El pasado 5 de noviembre Foodwatch presentó a los candidatos al Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año 2019, cinco productos alimenticios seleccionados por ser un fraude al consumidor, sea por ensalzar ingredientes de un producto prácticamente inexistente en la formulación, por reducir la cantidad de producto y aumentar exageradamente el precio, por anunciarse como producto saludable sin aval científico y comercializarse a un precio desorbitado, por utilizar todo tipo de reclamos que invitan a creer que un producto es saludable sin serlo, etc.
Pues bien, uno de esos candidatos es la salsa de tomate ecológica infantil de la marca Zwergenwiese, que contiene nada más y nada menos que un 11% de azúcares añadidos, pero de una forma encubierta, por ejemplo, con la adición de jarabe de manzana. Pues bien, hoy nos sorprende la respuesta y defensa que realiza la empresa, que justifica el azúcar añadido a su producto a través de una declaración realizada en su perfil de Facebook argumentando lo siguiente: “Cuanto más pequeño es el niño, más dulce debe ser el producto”.
Lógicamente este tipo de declaraciones no pasan inadvertidas y ha recibido las oportunas críticas por parte de nutricionistas, médicos y población en general, además, es probable que la salsa de tomate se haya colocado en el centro de atención, y termine siendo el blanco de los internautas que participen en la votación del ‘Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año’. Coincidimos con lo que declara Thomas Fischbach, presidente de la Asociación Nacional de Pediatras de Alemania, la declaración de Zwergenwiese es tan estúpida como peligrosa.
El pediatra explica que en la configuración del gusto de los niños, los padres deben establecer el rumbo alimentario, pero también es responsabilidad de los fabricantes que los productos alimenticios sean lo más saludables posible. Zwergenwiese se ha defendido argumentando que no ha añadido azúcar como tal al producto, sino jarabe de manzana como antes hemos comentado, pero eso es también azúcar, hay que recordar que la OMS (Organización Mundial de la Salud) considera a este ingrediente como azúcar libre o añadido.
La lista de ingredientes que pueden considerarse azúcares añadidos es muy amplia, jarabe de ágave, jarabe de maíz, dextrosa, edulcorante de fructosa, edulcorante de malta, jarabe de arroz, melaza, miel, todo tipo de zumos concentrados que, aunque sean de fruta, deja de ser azúcar intrínseco y, lamentablemente, se añaden a muchos productos alimenticios, y así un largo etcétera. En este sentido y hablando de azúcares añadidos, merece la pena retomar la lectura del post ¿Es verdadero el mensaje “sin azucares añadidos” de los productos alimenticios?
La empresa explica en un comunicado que está trabajando en la reducción del concentrado de manzana que se añade a la salsa de tomate hasta un 5%, pero Foodwatch comenta que es una reducción insuficiente, en realidad no debería añadir nada, ya que hablando de productos dirigidos al público infantil, la OMS recomienda que sólo se utilice salsa de tomate sin azúcares añadidos. Zwergenwiese manifiesta su sorpresa por la nominación de su salsa de tomate infantil, dando todo tipo de explicaciones que, en realidad, no hacen más que aumentar la indignación.
Podéis conocer todos los detalles de la noticia a través de este artículo publicado en la página de Foodwatch, a través de la página de Facebook de Zwergenwiese y en este comunicado de la empresa.