Como cada año por estas fechas, la organización de consumidores Foodwatch ha presentado a los candidatos al Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año 2019 (Goldener Windbeutel 2019). Se trata de un galardón que se entrega a aquel producto alimenticio que se ha considerado el más fraudulento, según los resultados de la votación online en la que participan cada año miles de consumidores.
Foodwatch realiza un llamamiento a los consumidores, para que se defiendan activamente de los engaños y fraudes que a diario se pueden encontrar leyendo las etiquetas alimentarias, participando en esta votación, denunciando los productos a través de la plataforma de quejas contra las mentiras publicitarias de los productos alimenticios creada en 2018 por la organización de consumidores, etc. Foodwatch comenta que sólo cuando las etiquetas alimentarias sean honestas y transparentes, facilitando que los consumidores puedan tomar decisiones de compra informadas, será cuando el Goldener Windbeutel dejará de realizarse, por lo que se puede decir que este particular concurso tiene asegurada la continuidad.
Los candidatos al Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año son cinco, han sido elegidos de entre los 200 productos que se han presentado durante el último año en la plataforma de quejas contra las mentiras publicitarias de los productos alimenticios. Estos candidatos son sólo una pequeña representación de las artimañas y tácticas de la industria alimentaria, así que vamos a conocerlos. En esta edición, los productos nominados para recibir el premio son un zumo de zanahoria ecológico para bebés, unos cacahuetes con wasabi, unas barritas de cereales con chocolate, una bebida láctea y una salsa de tomate ecológica infantil.
El primer candidato es el zumo de zanahoria ecológico para bebés de la marca Hipp, la organización de consumidores denuncia que el producto ha incrementado su precio considerablemente y se reduce la cantidad de producto que se ofrece. Anteriormente este zumo se comercializaba en botellas de 500 mililitros, ahora se presenta en una botella de 330 mililitros y su precio se incrementa en un 95%, alcanzando los 4’50 euros por litro. La receta de la bebida es prácticamente la misma, el único cambio realizado es que se ha añadido un 1% de zumo de limón a la formulación, para Foodwatch no existe justificación para el significativo incremento de precio.
El segundo candidato son unos snacks a base de cacahuetes bañados en wasabi de la marca Rewe, que nos recuerdan a los guisantes con wasabi o Wasabi Green Peas de los que os hablábamos hace unos años. La organización de consumidores denuncia que el producto sólo contiene un 0’003% de wasabi, el baño de los cacahuetes está formado principalmente por saborizantes y colorantes alimentarios que simulan al wasabi. La presentación del producto, su nombre, el color del envase, la fotografía de los cacahuetes… todo hace creer que son cacahuetes bañados en wasabi, pero nada más lejos de la realidad. En el producto se utilizan complejos cúpricos de clorofilas y clorofilinas, colorantes seminaturales que se pueden obtener de ortigas, algas, alfalfa e incluso hierba, se utiliza aroma de mostaza, etc.
Como vemos, un ingrediente absolutamente minoritario se convierte en protagonista en la presentación del producto, esto es algo que sucede con mucha frecuencia, ya que es una práctica o “fraude” aceptado que debería ser prohibido por la legislación comunitaria. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, no tiene ningún sentido que se mencione y ensalce el ingrediente minoritario de un producto, aunque decir minoritario (0’003%) es quedarse corto. Cierto es que se especifica en la lista de ingredientes, pero debería mostrarse en el frontal, algo que exigen las organizaciones de consumidores porque con ello se reduciría significativamente este tipo de prácticas.
El tercer producto son las barritas de cereales con chocolate de Schwartau (habitual en estos premios y con diferentes formatos de barritas) que se presenta con el mensaje “Proteína baja en carbohidratos”. Foodwatch comenta que da la impresión de que se trate de un producto saludable ideal como tentempié, pero la realidad es que contiene un 24% de azúcares añadidos, un 13% de grasa y sólo un 40% menos de carbohidratos en comparación con otras barritas similares. En este caso, la organización de consumidores comenta que es inadmisible denominar al producto bajo en carbohidratos con sólo una reducción del 40%.
Se trata de un producto que se promociona como saludable a pesar de que contiene altos niveles de azúcar y grasa, luce declaraciones nutricionales saludables que ensombrecen el verdadero valor nutricional del producto. Y esto no es admisible según el Reglamento Europeo de Declaraciones Saludables en los alimentos, de ahí que en 2009 se hablara de la creación de los perfiles nutricionales para acabar con este tipo de artimañas, recordemos que el pasado 9 de enero se cumplieron 10 años de retraso en la publicación de los perfiles nutricionales.
El cuarto producto nominado es la bebida láctea Yakult, se trata de leche fermentada que contiene Lactobacillus casei Shirota. Según Foodwatch, se presenta como una bebida milagrosa para la salud intestinal, pura pseudociencia, ya que los efectos beneficiosos para la salud con los que se anuncia no están probados científicamente. Para rizar el rizo, un botellín de 55 mililitros de este producto contiene casi nueve gramos de azúcar (aunque esta cantidad varía dependiendo del país), siendo además una estafa económica, ya que su coste es, según la organización de consumidores, prohibitivo, 8’40 euros por litro. Yakult se presenta con todo tipo de mensajes que aluden a la salud, dando la impresión de que se trate de una cura milagrosa.
Finalmente, el último candidato al ‘Premio a la Mentira Publicitaria más Insolente del Año 2019’ es la salsa de tomate ecológica infantil de la marca Zwergenwiese. Esta salsa presentada con un personaje infantil y llamativos colores contiene un 11% de azúcares añadidos, curiosamente la versión normal contiene un 4’6% de azúcares, por lo que este producto supuestamente indicado para los más pequeños contiene un 140% más de azúcar que su versión normal. Claro, que el azúcar se añade a través de otros ingredientes como el zumo de manzana. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, los fabricantes se las ingenian para añadir azúcares ignorando las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La votación estará abierta hasta el próximo día 1 de diciembre, podréis votar y conocer con más detalle cada uno de los nominados a través de la página oficial de Foodwatch.