Jack Winkler, profesor de política nutricional en la London Metropolitan University, director de la consultora independiente sobre nutrición Food & Health Research, y presidente del Foro Nacional de Obesidad, considera que el impuesto del azúcar funciona en Reino Unido, algo que se constata en los cambios que se han producido en la venta de los refrescos.
El profesor comenta que desde que entró en vigor el impuesto de los refrescos azucarados, se ha producido un cambio histórico en la venta de bebidas carbonatadas, las compras de bebidas sin azúcar han aumentado de forma significativa, mientras que las bebidas con azúcar han experimentado una notable caída en las ventas. Por ejemplo, Coca Cola Zero experimentó un aumento del 50% en las ventas el año pasado, mientras que la Coca Cola original ha caído en ventas, pero la compañía no ha querido dar a conocer más datos.
Esta conclusión contrasta con otros estudios que se realizaron anteriormente y que se podían considerar precipitados, por ejemplo, el elaborado por la consulta Nielsen sólo cuatro meses después de la entrada en vigor del gravamen. En dicho estudio se concluía que el impuesto del azúcar había tenido poco impacto entre los consumidores, dando a entender que no se perdía el gusto por el azúcar. Probablemente, si Nielsen repite el estudio, los datos que obtendrá serán distintos, aunque todo dependerá de cómo lo enfoque.
Lo mismo ocurre con otras marcas de refrescos como Pepsi, su bebida tradicional cae en ventas mientras que la opción sin azúcar crece. El profesor comenta que cada vez que un consumidor cambia una botella de 500 ml de una coca Cola tradicional por su equivalente sin azúcar, se traduce en una reducción de más de 200 kilocalorías, cierto es que reducir o eliminar el azúcar en los refrescos no solucionará el problema del sobrepeso y la obesidad, ya que hay otros muchos productos alimenticios con elevadas cantidades de azúcar, pero es un paso adelante en la intención de mejorar la dieta.
Se apunta que el cambio en las ventas se ha producido por las diferencias en los precios, las opciones sin azúcar son más económicas al no pesar sobre ellas el gravamen. Recordemos que la tasa se segmenta en dos niveles, un gravamen de 0’20 euros por litro para las bebidas que contienen de 5 a 7 gramos de azúcar, y otro de 0’27 euros por litro para los refrescos y bebidas azucaradas que superen los 8 gramos de azúcar. Se podría decir que la reducción también guarda relación con la mayor conciencia sobre los riesgos del azúcar, las campañas preventivas que se realizan, etc., pero si fuera así, también se habría experimentado una reducción generalizada de las ventas de muchos otros productos con un elevado contenido en azúcar.
Además del impuesto, se destaca que desde hace un año los consumidores han contado con incentivos económicos para la compra de bebidas sin azúcar o con bajo contenido en este elemento, los datos muestran que los descuentos han tenido el efecto esperado por especialistas en salud y economistas. Se cree que esta tendencia hacia las bebidas y refrescos sin azúcar se mantendrá e incluso aumentará, algo propiciado por el precio y también por la concienciación de los consumidores.
Muchas compañías han reformulado sus bebidas para evitar el gravamen, aunque algunas se mantienen inalterables y así lo anunciaron en su momento, entre ellas, Coca Cola, la compañía anunció que no cambiaría su formulación porque a los consumidores les encanta el sabor de su Coca Cola clásica y le solicitaron que no modificase la fórmula. Pero si como se dice, es cierto que las ventas de este refresco se han reducido en Reino Unido, quizá la compañía termine planteándose alguna medida, o quizá no, porque vender siguen vendiendo, aunque sea la versión edulcorada.
Según leemos aquí, el gravamen parece funcionar, pero como ya hemos comentado, no soluciona el problema de salud, no se puede hablar de los refrescos y dejar a un lado el hecho de que muchos de los productos que se comercializan en el supermercado contienen azúcares añadidos, y no hablamos de chocolates y productos de confitería, sino de productos que no se perciben como muy azucarados, como son las salsas, las verduras en conserva, así como otros alimentos procesados en general.