En abril de este año, en Francia se aprobaba una enmienda para prohibir el uso de términos cárnicos en los productos vegetarianos y veganos, y anteriormente hemos podido conocer iniciativas en otros países con la finalidad de evitar que la industria de los alimentos y bebidas vegetales utilicen términos que se consideran propios de la industria láctea o cárnica, se puede citar Alemania o Estados Unidos entre otros.
Pues bien, ahora Australia se sube al carro de este tipo de reivindicaciones y se posiciona en contra del uso de términos lácteos y cárnicos en productos vegetarianos y veganos. Un Ministro de Servicios Regionales del país comenta que es necesario que estos alimentos y bebidas que elaboran las empresas que ofrecen alimentos alternativos a la carne y a los productos lácteos, modifiquen el etiquetado y dejen de utilizar unas descriptivas que no les corresponden. Se considera muy importante proteger la reputación de la industria láctea y cárnica, así como evitar crear confusión entre los consumidores.
La ministra Bridget McKenzie explica que quiere que los consumidores tengan plena confianza de que cuando compran un producto en el que se habla de ‘carne’, realmente contiene carne de origen animal, y lo mismo con los productos que contienen la descriptiva ‘leche’, que cuando adquieran uno, tengan claro que se trata de leche de origen animal. Aunque algunos expertos han comentado que los consumidores no se confunden, a la hora de comprar alimentos alternativos a la carne y a la leche, algunos estudios parecen demostrar lo contrario.
Se puede citar como ejemplo el elaborado por la Fundación del Consejo Internacional de Información Alimentaria (IFIC) de Estados Unidos, en el que se concluía que un pequeño porcentaje de consumidores creía que la “leche” vegetal contenía leche de origen animal. Aunque hay que recordar que en este mismo estudio también se destacaba que existía confusión con la leche de vaca, un porcentaje significativo de consumidores no estaba seguro de si los productos lácteos contenían leche de vaca.
Los políticos australianos han solicitado a la Food Safety Australia New Zealand (FSANZ), organismo responsable del desarrollo de las normas alimentarias en Australia y Nueva Zelanda, que revise los estándares del etiquetado, dependiendo de las conclusiones, se podría obligar a que la industria de los alimentos alternativos deje de utilizar los términos que se consideran propios de la industria cárnica y láctea. Se apunta que estas industrias han realizado fuertes inversiones para obtener productos alimenticios que se identifican por lo que son, y el sector de los alimentos y bebidas vegetales se aprovecha de ese trabajo y prestigio obtenido, algo que no se debe permitir.
Otros políticos van más allá y aseguran que los fabricantes de alimentos alternativos a la carne y a los lácteos están realizando una falsificación, utilizan el mismo lenguaje y dan la misma apariencia a sus productos para que se parezcan a los de las industrias cárnicas y lácteas. Por ello, se considera prioritario proteger a estas industrias y en especial al consumidor. Da la impresión de que se están excediendo en sus acusaciones y afirmaciones, además, demuestran posicionarse sin ser objetivos e imparciales.
La FSANZ explica en su página web que, en general, las bebidas vegetales no tienen el mismo contenido en nutrientes que la leche de vaca o de cabra, que tienen un mayor contenido en vitaminas, proteínas y minerales. Recordemos que se han realizado estudios que determinan que el perfil nutricional de las bebidas vegetales es menor que el de la leche de vaca, siendo la bebida de soja la que más se acerca a la leche de vaca en valores nutricionales. La agencia comenta que si estas bebidas vegetales forman parte de la dieta diaria de un niño, es necesario recurrir a otras fuentes de alimentos que suplan la proteína y la energía que se deja de recibir por el consumo de este tipo de bebidas. Da la impresión de que esta puede ser una justificación de peso que se utilice para definir en un futuro normas que impidan el uso de términos lácteos y cárnicos en alimentos y bebidas de origen vegetal.
Según leemos aquí, el detonante de esta situación fue la decisión de la cadena de supermercados Woolworths de colocar en su lineal de productos cárnicos un producto alimenticio de “carne picada” que, en realidad, se había elaborado a partir de materias primas vegetales. Quizá si se hubiera colocado en la sección de alimentos y bebidas alternativas esto no habría pasado, en este caso si se podría haber provocado una confusión entre los consumidores. A partir de este hecho, varias organizaciones instaron al gobierno a establecer regulaciones en los alimentos de origen vegetal, posteriormente han ido apareciendo otras cuestiones como la del uso de términos propios de la industria cárnica y láctea.
Veremos cómo termina este tema, pero es probable que en Australia se acaben introduciendo cambios legislativos que beneficien a la industria láctea y cárnica.