En 2015, tras un año de espera, la Comisión Europea presentaba un informe sobre las grasas trans en los alimentos en el que se recomendaba poner en marcha una legislación para limitar el contenido de grasas trans a 2 gramos por cada 100 gramos de grasa en todos los países de la Unión Europea. Un año después se votaba en el Parlamento Europeo un proyecto de resolución legislativa para establecer los límites del uso de grasas trans, posteriormente y al cabo de un mes, se trasladaba a la CE esta resolución, instando a este organismo a que pusiera en marcha los mecanismos para legislar sobre esta cuestión.
Pues bien, ahora, la Comisión Europea propone limitar a un 2% las grasas trans a través de un proyecto de ley y de ser aprobado, las empresas tendrán hasta el 1 de abril de 2021 para asegurarse de que sus productos cumplen con la limitación establecida. Da la impresión de que la CE intenta alargar el máximo posible este tema, si contamos desde que se empezó a tratar el tema, son varios los años que se ha estado “mareando la perdiz”. La Comisión Europea explica en un comunicado que la Propuesta de Reglamento se basa en el informe que presentó en el año 2015, tras llevar a cabo las conversaciones oportunas con las partes interesadas, especialmente la industria y las asociaciones y organizaciones de consumidores.
Esto resulta curioso, sobre todo sabiendo que varias grandes compañías alimentarias pidieron a la CE a través de una carta abierta que limitase las grasas trans a un máximo de 2 gramos por cada 100 gramos de grasas, tal y como recomendaba la OMS, antes de que este organismo presentara su informe, lo que muestra que ya estaban de acuerdo en esta limitación. Del mismo modo, organizaciones como la BEUC, organización que representa y defiende los intereses y derechos de los consumidores europeos, también expresaron su conformidad. Parece que las conversaciones se han alargado mucho, a pesar de que estaban todos de acuerdo.
Antes hemos citado a la OMS y su recomendación de adoptar este límite, pero recordemos que ahora este organismo quiere que se eliminen completamente las grasas trans, por lo que creó una guía de acción denominada REPLACE, cuya finalidad es mostrar cómo evitar que se generen grasas trans en los procesos industriales que llevan a cabo las empresas alimentarias para elaborar ciertos productos alimenticios. La OMS ya no recomienda esa limitación del 2%, considera que eliminarlas sería determinante para poder proteger la salud de la población y salvar vidas. Quizá dentro de unos años la CE termine cambiando la legislación y prohibiéndolas completamente, pero, de momento, será la limitación propuesta del 2% la que previsiblemente se establecerá.
La Propuesta de Reglamento que podéis leer en este documento (Pdf), está sujeto a un periodo de cuatro semanas en el que las partes interesadas podrán enviar comentarios que serán publicados aquí. La CE explica que la propuesta presentada se basa en una serie de estudios científicos, como los realizados por la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea), en los que se concluía que la ingesta de ácidos grasos trans debía ser lo más baja posible para evitar riesgos para la salud.
La CE comenta que, a pesar de las advertencias sanitarias realizadas en países del este y el sudeste de Europa, los niveles de ácidos grasos trans de varios productos (especialmente alimentos preparados, snacks y bollería industrial), se han mantenido muy elevados desde el año 2000, por lo que se puede decir que ha sido muy lamentable la inactividad de la CE. No es de extrañar que existieran diferencias significativas en la tasa de mortalidad entre países. Recordemos que en países como Hungría, Austria y Dinamarca el índice de mortalidad asociado a la ingesta de estas grasas era mucho menor, ya que son los únicos países miembros de la UE que adoptaron una legislación que limitaba a un 2% las grasas trans de producción industrial en la cadena alimentaria.
En el comunicado de la CE se explica que desde hace muchos años, los estudios científicos han demostrado que un alto consumo de grasas trans aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Entonces, ¿porque han estado tantos años obviando el tema? ¿por qué se ha tardado tanto en presentar un informe, en hablar con las partes interesadas, en presentar la propuesta de reglamento? En esta cuestión, la actuación de la CE ha sido lamentable, no ocurre lo mismo cuando se trata de alguno económico, algún acuerdo comercial entre países, etc., entonces la CE sí que corre.
En fin, es una buena noticia, pero ya puestos, se podría seguir el consejo de la OMS y eliminar completamente estas grasas, aunque quizá pasarían 10 años antes de que se aprobará una reglamentación así. Podéis leer el comunicado de la CE en este enlace en su página oficial.
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