Hoy conocemos una iniciativa puesta en marcha por la organización de consumidores Foodwatch que persigue poner al descubierto todas las mentiras publicitarias de los productos alimenticios que se comercializan en Alemania. Se trata de una plataforma de quejas donde los usuarios podrán subir fotografías de los productos acompañadas de una explicación sobre su mentira, por ejemplo, un paté que se comercializa como si fuera de pato, pero que en realidad debería denominarse paté de cerdo, ya que el ingrediente mayoritario del producto es la carne de cerdo.
De este tipo de mentiras y trampas publicitarias hemos hablado en varias ocasiones, se puede citar, por ejemplo, el pavo trufado con pistachos del que hablábamos aquí, la mayor parte de la carne es de cerdo, no se indica el porcentaje de carne de pavo utilizada en la elaboración, y, además, la trufa ni siquiera aparecía en la lista de ingredientes. Como ya explicaba en su momento la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), la industria alimentaria quiere engañar a los consumidores y un modo de evitarlo o, al menos, de minimizar el riesgo de engaño, es leer las etiquetas de los productos.
Foodwatch comenta que el engaño se ha convertido en una regla (no es una excepción, no es ocasional), las empresas alimentarias maquillan sus productos lo mejor posible y no dudan en utilizar todo tipo de técnicas de marketing que confundan y hagan creer algo que no es sólo para su propio beneficio. Las empresas pueden anunciar el producto con un único ingrediente, sea cual sea su porcentaje, y ocultar el porcentaje del resto de ingredientes presentes en dicho producto, de ahí que nos podamos encontrar una crema de bogavante que sólo contiene un 0’5% del crustáceo, siendo un auténtico y permitido fraude al consumidor. Lamentablemente muchas de las estrategias que lleva a cabo la industria alimentaria son legales y de momento no se pueden frenar, a menos que se realice un cambio en la legislación comunitaria.
Por eso es interesante el trabajo que desarrollan algunas organizaciones de consumidores, nutricionistas y usuarios de las redes sociales, blogs y otros medios de comunicación, dando a conocer todas esas mentiras publicitarias con el objetivo de evitar que los consumidores compren siendo engañados, y forzando a las empresas a que sean más legales y transparentes. Si hablamos del carácter saludable, en Europa se permite que determinados productos alimenticios y bebidas integren en su composición diferentes nutrientes que les brindan el poder de utilizar declaraciones ‘saludables’, esto a pesar de que en realidad son productos poco o nada saludables porque están cargados de grasas insanas, azúcares o sal.
El caso es que la asociación alemana de consumidores intenta por todos los medios cambiar esta situación con el Premio al Producto Alimenticio más Fraudulento del Año, con las diversas denuncias y campañas que lleva a cabo y, ahora, con esta nueva plataforma de denuncias abierta a la participación de todos los usuarios que detecten cualquier tipo de fraude. Foodwatch explica que la experiencia muestra que la presión sobre los fabricantes tiene suficiente peso como para obligar a que cambien su modo de actuar, de hecho, algunas empresas de los productos seleccionados para ‘Premio al Producto Alimenticio más Fraudulento del Año’ han terminado rectificando, sea con cambios en la composición del producto, en la publicidad para promocionar los productos o en informar debidamente al consumidor sobre los porcentajes de ingredientes utilizados.
Con esta plataforma colaborativa se pretende denunciar y lanzar un mensaje claro y público a las empresas alimentarias, que ya no se pueden tolerar más trampas y mentiras publicitarias. Hay que decir que esta plataforma servirá también para seleccionar a los candidatos al premio al producto alimentario más fraudulento del año, haciendo que los consumidores sean aún más participes en este singular evento. Sólo se pueden tomar decisiones de compra informadas cuando las etiquetas alimentarias y la publicidad de los productos estén enmarcados en la honestidad, virtud algo escasa en la industria alimentaria.
Cuantas más iniciativas de este tipo aparezcan y más personas denuncien, más probabilidades habtá de que las empresas rectifiquen y de que la UE adopte una nueva legislación donde no tengan cabida este tipo de fraudes y engaños alimentarios legalizados. A través de este enlace podréis conocer con más detalle la plataforma de denuncias puesta en marcha por la organización de consumidores.