Del 11 al 17 de junio se celebra la Semana Mundial sin Carne 2018, celebración que impulsa la organización World Meat Free Week con el objetivo de concienciar a la población mundial sobre la necesidad de reducir el consumo de carne en beneficio de la salud, del ahorro de recursos naturales del planeta, de la lucha contra el calentamiento de la Tierra reduciendo la liberación de gases de efecto invernadero, etc. Como cada año, se pide la participación ciudadana en esta celebración, teniendo presente que no se pide que se elimine la carne de la dieta, sino que es posible reducir su ingesta a lo largo del año obteniendo beneficios significativos para la salud y el medio ambiente.
Esta organización celebraba el World Meat Free Day (Día Mundial sin Carne) hasta el año pasado, pero a partir de este año la celebración se hace extensible a una semana, ya que, a mayor tiempo, mayores posibilidades de difundir y concienciar a las personas sobre lo importante que es reducir el consumo de carne. ¿Por qué se debería reducir la ingesta de este alimento?, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en el año 2080 se consumirán unos 577 millones de toneladas de carne en todo el mundo, lo que supone 277 millones más que en el año 2010.
En la actualidad se utilizan los recursos de la tierra para producir alimentos para una población de unos 7.000 millones de personas, aunque lamentablemente unos 850 millones de personas sufren hambre. En los últimos años, la producción animal a nivel industrial ha provocado una devastación ambiental, un impacto negativo en la salud mundial y un elevado nivel de abuso animal. Si se habla de salud, se puede decir que quienes consumen carne con frecuencia tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y cáncer. Si se dejara de comer carne se reduciría un factor de riesgo de sufrir cáncer de colon, se tendría un menor riesgo de sufrir diabetes tipo 2 y muchas menos probabilidades de morir a causa de una enfermedad cardíaca.
Se calcula que el 26% de la tierra cultivable del mundo se utiliza para el pastoreo del ganado y el 33% para cultivar alimentos para los animales, a esto sumamos que el 70% de los recursos de agua dulce se destinan al sistema agrícola. Por tanto, si continúa aumentando la producción de carne, las consecuencias serán nefastas, tanto en la disponibilidad de tierra, como de agua y de otros recursos. Además, hay que añadir que se incrementarán de forma significativa las emisiones de gases que promueven el calentamiento del planeta.
En relación al bienestar y derecho de los animales, actualmente unos 56 millones de animales de granja son sacrificados para la alimentación humana cada año, en este sentido, la organización denuncia que los animales son seres sensibles que son capaces de percibir o sentir cosas, dolor, miedo, felicidad, etc., por lo que no tiene sentido el trato que reciben en la actualidad. Merece la pena recordar que, según Jeremy Rifkin, licenciado en economía, sociólogo, escritor y activista estadounidense que investiga el impacto de los cambios científicos y tecnológicos en la sociedad, la economía y el medio ambiente, la carne es uno de los alimentos menos eficientes para alimentar a la humanidad.
La organización World Meat Free Day comenta que es un error habitual creer que se necesita consumir carne para poder obtener las proteínas que necesitamos para funcionar, cierto es que la carne aporta muchas proteínas, pero existen otras alternativas que permiten cubrir todas las necesidades, por ejemplo, con legumbres, semillas, frutos secos, ciertos pseudocereales, verduras, algas… son muchos los alimentos que proporcionan cantidades variables de proteínas y se deben considerar una fuente de este macronutriente. También se podría citar el consumo de insectos, recordemos que en un estudio realizado en 2013, expertos de la Universidad de Wageningen concluían que las proteínas de alimentos cárnicos y de insectos son similares.
Si se redujera el consumo de carne, alcanzar la meta de mantener el calentamiento del planeta por debajo de los 2º C sería mucho más sencillo, recordemos que se considera que la producción de carne es un motor importante del cambio climático, ya que contribuye, al menos, con un 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a las emisiones generadas por los vehículos que utilizan combustible basado en el petróleo. Este dato puede dar una idea de lo necesario que es reducir el consumo de carne y no sólo para reducir la liberación de gases de efecto invernadero, también para poder contar con más tierras de cultivo para poder producir alimentos vegetales más saludables para el ser humano y el medio ambiente.
Aunque la organización habla únicamente de la reducción del consumo de carne, habría sido interesante hablar también del desperdicio alimentario asociado a esta producción, ser más coherentes y no obviar que los alimentos básicos, como puede ser la producción de soja, arroz, maíz, aceite de palma y trigo, generan más emisiones de gases de efecto invernadero que los producidos de forma individual por casi cualquier país del mundo, salvo Estados Unidos y China, lo que supone un enorme impacto ambiental, de ello hablábamos en este estudio.
Al margen de estos datos, cierto es que es necesario reducir el consumo de carne y de productos lácteos, muchos estudios confirman todos los beneficios que se obtendrían con ello, pero año tras año se incrementa la producción, por lo que no es extraño que se considere que sea necesario introducir un impuesto en los productos cárnicos y lácteos. Según expertos de la Universidad de Oxford, un impuesto del 40% en la carne de vacuno y un 20% en los productos lácteos provocaría una notable reducción de la venta de estos alimentos y, por tanto, terminaría reduciéndose forzosamente la producción.
Los expertos comentan que para el año 2050 el mundo desarrollado necesitará reducir su consumo de carne un 50%, y para que la población adquiera conciencia del impacto que tiene el consumo de carne en nuestro planeta y en nuestra salud, proporciona una calculadora se sostenibilidad que nos permitirá determinar el impacto de nuestra alimentación en la salud y el medio ambiente eliminando la carne. Esta herramienta da a conocer el ahorro que se obtendría en términos energéticos, la cantidad de grasa que no consumiríamos, la cantidad de agua que se ahorraría, etc., simplemente hay que introducir el número de personas que compone la familia y el número de comidas que podríamos realizar sin incluir la carne.
En la página de World Meat Free Week encontraréis,además,una colección de recetas de cocina sin carne, información sobre las empresas que trabajan para preservar el planeta ofreciendo soluciones sostenibles en productos de consumo, consejos para reducir en cinco pasos el consumo de carne, información sobre por qué es recomendable seguir una dieta vegetariana, etc. Nosotros secundaremos la celebración de la World Meat Free Week 2018 publicando un recopilatorio de ricas recetas sin carne, como hacemos desde hace años, y reduciendo el consumo de carne, otro de nuestros hábitos. También nos centraremos en los nuevos estudios relacionados con el tema y en los eventos que se realizarán para tratar de concienciar sobre la importancia del cambio de dieta a lo largo de esa semana.