Parece que la Comisión Europea está prestando algo más de atención a los problemas relacionados con la cadena de suministro de alimentos en Europa, ayer nos hacíamos eco de las acciones emprendidas contra los alimentos de doble calidad, y hoy destacamos la iniciativa de prohibir las prácticas comerciales desleales en la cadena de suministro de alimentos para garantizar que las pequeñas y medianas empresas alimentarias y agrícolas reciban un trato justo, pero curiosamente no se habla de las ventajas de estos cambios para los consumidores.
El año pasado la CE manifestó su intención de construir una cadena de suministros alimentarios más justa, para ello, puso en marcha una consulta pública a nivel comunitario para que cualquier parte interesada, compartiera sus puntos de vista sobre el actual funcionamiento de esta cadena. Como explicábamos aquí, no tenía mucho sentido que la CE hablase de la existencia de indicios de que el valor añadido en la cadena de suministro de alimentos no se distribuye adecuadamente en todos sus niveles, sobre todo sabiendo que conoce desde hace varios años los problemas que le afectan, las diferencias del poder de negociación de los operadores más pequeños, los movimientos especulativos y sus repercusiones en el mercado, etc.
Pero lo cierto es que la Comisión Europea retomó el tema porque el Parlamento Europeo votó aprobando una resolución no legislativa contra las prácticas comerciales desleales en la cadena de suministros de alimentos, solicitando posteriormente a la CE que pusiera en marcha medidas legislativas que acabasen con este tipo de prácticas abusivas. Pues bien, ahora la CE actúa por primera vez en muchos años y prohíbe esas prácticas desleales en la cadena alimentaria, otorgando a agricultores, pequeñas y medianas empresas, mayor certeza y menor necesidad de gestionar riesgos sobre los cuales tienen poco o ningún control.
La CE explica que las prácticas de comercio desleal son aquellas que se desvían de la buena conducta comercial y son contrarias a la buena fe y al trato justo, son prácticas que se imponen de manera unilateral por un socio comercial (grandes compañías) sobre otro (pequeñas empresas). La Comisión Europea ha propuesto prohibir las prácticas comerciales desleales más perjudiciales, en esta propuesta se incluyen disposiciones efectivas de aplicación que permiten a las autoridades de cada país miembro imponer sanciones cuando se establecen esas infracciones.
Se prohibirán los pagos atrasados de productos alimenticios perecederos, la cancelación de pedidos en el último momento, los cambios unilaterales en los contratos por parte de las grandes empresas (práctica bastante habitual), etc. Se permitirán otras prácticas siempre que estén presentes en un acuerdo inicial claro e inequívoco entre las partes, por ejemplo, la devolución a un proveedor de los productos alimenticios no comercializados, el pago por parte del proveedor de promociones o la comercialización de productos alimenticios vendidos por el comprador.
En la propuesta se exige a los Estados miembros que designen una autoridad pública encargada de hacer cumplir la nueva reglamentación, esta autoridad podrá imponer una sanción proporcional y disuasoria en caso de incumplimiento de la reglamentación. Estas medidas son complementarias a las que existan en los Estados miembros, así como del código de conducta de la iniciativa voluntaria de la cadena de suministro, pero, además, los Estados podrán tomar nuevas medidas si lo consideran oportuno.
La CE advierte que estas medidas no deben provocar un aumentos de precios para los consumidores, de hecho, no existen pruebas de que esto pudiera suceder, pero una cosa es lo que se dice y otra la realidad, para los intermediarios y las grandes empresas, cualquier excusa es válida para subir precios y aumentar el margen de beneficios. La Comisión Europea comenta que el próximo paso será mejorar la transparencia del mercado, tema en el que se está trabajando y del que se hablará dentro de unos meses.
Sin embargo, hay que destacar que no se introducen todas las medidas que permiten alcanzar plena transparencia y equidad en las relaciones entre productores, proveedores y distribuidores, tampoco se ha hablado de las prácticas que conducen a la sobreproducción y el despilfarro, por lo que se puede considerar que no se han abordado plenamente los desequilibrios existentes en la cadena de distribución. Veremos, además, si en el tema sobre la mejora de la transparencia del mercado, se pone en marcha una ley sobre los márgenes comerciales de los productos agroalimentarios, algo de lo que se ha hablado durante años pero a lo que se ha resistido la UE, esta si sería una ley que beneficiaría a los productores y a los consumidores.
Podéis conocer todos los detalles sobre la prohibición de las prácticas comerciales desleales más perjudiciales en la cadena de suministro de alimentos, a través de este artículo publicado en la página web de la Comisión Europea.
Foto 1 | J. Triepke