Hoy conocemos un interesante estudio titulado “El envasado de plástico no evita el desperdicio alimentario” elaborado por la organización ecologista Amigos de la Tierra, en el que se concluye que el uso de los envases plásticos con el fin de garantizar la conservación de los alimentos, no reduce el desperdicio de alimentos, es más, no sólo ha aumentado en la última década, también se han incrementado los residuos de envases plásticos.
Hasta no hace mucho, el plástico se ha considerado un material ideal para la fabricación de envases que son relativamente económicos y más fáciles de producir que con otros materiales, son ligeros, por lo que reducen el peso y, por tanto, el coste del transporte, permiten la preparación de alimentos con mayor rapidez, además, se ha destacado de estos envases su capacidad para proteger y preservar los alimentos de la contaminación bacteriana y de otros microorganismos, su capacidad para mejorar la presentación, la calidad y seguridad de los alimentos, su carácter reciclable, etc.
Los años han demostrado sobradamente que los envases plásticos, lejos de solucionar el despilfarro alimentario, han contribuido a aumentarlo de forma significativa. En este informe se destaca una correlación entre el envasado plástico y el desperdicio alimentario, desde la implantación en Europa de los envases plásticos en la alimentación en la década de los 50, el nivel de residuos de envases de plástico y de alimentos por persona y año han crecido simultáneamente con valores que superan los 30 kilos de residuos de plástico y 70 kilos de residuos alimentarios domésticos per cápita.
Según la gráfica que podéis ver a continuación, lo que realmente se ha disparado son los desperdicios de alimentos, el desecho de plásticos ha ido aumentando pero no en la misma proporción. En el informe se apunta que la cantidad de residuos, tanto de alimentos como de envases plásticos, se ha estabilizado en los últimos años, pero la razón argumentada es la saturación del mercado de bienes de rápido consumo y la ralentización del crecimiento económico europeo. Pero en general, teniendo en cuenta los datos a nivel nacional o a nivel europeo, el flujo de residuos de alimentos y envases de plástico sugieren que el aumento del envasado de plástico no ha puesto solución al desperdicio alimentario.
Amigos de la Tierra explica que los envases plásticos de alimentos no encajan con los objetivos de economía circular, algo evidente dados los bajos índices de reutilización y reciclado, así como la cantidad de estos residuos que terminan en el medio ambiente. Podemos citar como ejemplo el caso de las botellas fabricadas con PET (tereftalato de polietileno), a pesar de ser un material altamente reciclable (y así lo han anunciado durante años las empresas que comercializan sus productos en estos envases), las empresas no han querido trabajar con este material reciclado denominado RPet (Pet reciclado) porque no ofrece el atractivo de las botellas fabricadas a partir de materias primas nuevas o vírgenes.
Según un estudio realizado por Roland Geyer, profesor en la Universidad de California especializado en ecología industrial, el 91% de los envases PET no son reciclados, así se concluía en un estudio publicado por la revista científica Science Advances. Claro, que esto podría cambiar si se empieza a trabajar con la nueva tecnología de reciclaje de plásticos PET para el envasado de alimentos desarrollada por la spin-off Ioniqa en colaboración con Unilever e Indorama Ventures. Esta nueva tecnología permite reciclar el PET convirtiéndolo en un nuevo material transparente de grado virgen y el proceso se puede repetir de forma indefinida.
Según el estudio de Amigos de la Tierra, a nivel global se producen anualmente 300 millones de toneladas de plástico, producción que se prevé que se duplique en dos décadas. En Europa, la demanda de plástico alcanza los 49 millones de toneladas anuales de las que un 40% se destina al envasado y la mayoría es de un solo uso, perdiéndose el 95% de su valor económico tras este primer y único uso, lo que supone una pérdida de 100.000 millones de euros por año.
En 2015 los residuos alimentarios en Europa se cifraron en una pérdida de 143.000 millones de euros, cada habitante de la Unión Europea genera una media de 173 kilos de residuos alimentarios por año. Por otro lado, los residuos de envases plásticos alcanzan una media de 30 kilos per cápita, de los que un 70% terminan en los vertederos, son incinerados o acaban en el medio ambiente. Sobre las causas del desperdicio alimentario y el envasado plástico, el informe apunta una gran complejidad, produciéndose en todos los eslabones de la cadena alimentaria.
El informe pone de manifiesto los impactos, responsabilidades y posibilidades de mejora de cada uno de los sectores implicados para reducir los dos tipos de residuos, también destaca el desconocimiento sobre las implicaciones de las posibles migraciones químicas de los envases de plástico a los alimentos, siendo un tema que se debe investigar en profundidad para preservar la salud de los consumidores. Recordemos que los alimentos pueden actuar como disolventes con algunos elementos químicos integrados en los envases, provocando que se integren en el producto de consumo, es lo que se denomina proceso de lixiviación, algo que se ha constatado con los envases alimentarios de cartón reciclado que transfieren aceites minerales a los alimentos.
Se ha abogado por el plástico por su capacidad para conservar alimentos, pero esto no casa con el enorme volumen de alimentos que se desperdician, el informe analiza las causas en origen de ambos flujos de residuos y propone medidas y soluciones para reducir los dos tipos de desperdicios, como reducir los envases de plástico de un solo uso, desarrollar políticas que incentiven medidas de ecodiseño, crear una normativa que permita que los consumidores puedan devolver cualquier envase de plástico en su punto de compra, reducir la confusión existente sobre el etiquetado de los alimentos y las fechas de caducidad, así como de los envases biodegradables, etc.
En el documento que podéis consultar en este documento (Pdf) se apunta que una de las causas asociadas al despilfarro alimentario causado por el envasado son los requerimientos de calibre por tamaños de envases, algo que hace que se desechen productos comestibles. Se puede decir que es algo similar a lo ocurrido con las denominadas frutas y verduras feas o imperfectas, que por no cumplir estándares de mercado son desechadas. También hay que citar la cuestión de los muti-packs, que obligan a los consumidores a comprar una cantidad de producto que puede ser superior a lo que realmente necesitan, lo que aumenta la probabilidad de que se genere desperdicio alimentario.
El informe de Amigos de la Tierra es muy interesante y merece la pena leerlo detenidamente, permitirá adquirir conciencia sobre el problema y será de gran ayuda si queremos cambiar nuestra forma de comprar y consumir a fin de reducir el desperdicio alimentario y los desechos de envases plásticos.