En los últimos años hemos conocido todo tipo de estudios sobre posibles efectos saludables o perjudiciales del café, pero ahora, la sentencia de un juez de la Corte Suprema de California (tribunal de última instancia), dictamina que las compañías de café deberán incluir un etiquetado de advertencia sobre el riesgo de cáncer, o sea, que asocia el consumo de café al riesgo de padecer cáncer.
Parece ser que el litigio se inició en el año 2010 (Pdf), una organización sin ánimo de lucro (Council for Education and Research on Toxics) demandó a los tostadores de café, los distribuidores y minoristas, por la presencia de acrilamida en el café. Esta sustancia se cataloga como un compuesto orgánico cancerígeno que se forma a partir de la cocción superior a 120º C de aquellos alimentos que contienen asparagina y azúcares reductores como, por ejemplo, las patatas fritas, las galletas, el pan, la pastelería o, como en este caso, el café.
Al introducirse la acrilamida en el organismo, se metaboliza en el hígado transformándose en glicidamida, metabolito que ha sido objeto de varios estudios realizados con animales, concluyendo que se trataba de una sustancia altamente cancerígena. Sin embargo, hay que apuntar que, aunque apenas se han realizado estudios sobre los efectos de la acrilamida en seres humanos, organismos como la EFSA confirmaron que este compuesto aumentaba el riesgo de cáncer, considerando que los resultados de las pruebas realizadas con animales de laboratorio podían trasladarse a los seres humanos.
A través de la demanda interpuesta, el CERT (Council for Education and Research on Toxics) quería que los consumidores estuvieran informados sobre el riesgo de cáncer asociado al café por la presencia de acrilamida. La industria del café, por su parte, argumentó que esta sustancia es inofensiva en los niveles detectados en el café tostado, por lo que consideraban que no era necesario incluir un etiquetado de advertencia. Además, explicaban que la sustancia se producía a partir de un proceso natural de cocción, como si esta cuestión pudiera ser aceptada sin más, que se forme naturalmente no es un argumento para justificar su inocuidad.
En Europa, por ejemplo, se creó un nuevo reglamento que previsiblemente debería entrar en vigor en breve, para reducir la presencia de acrilamida en los alimentos, exigiendo a los operadores de empresas alimentarias, restaurantes, panaderías, etc., que apliquen una serie de directrices y medidas obligatorias con la finalidad de reducir la presencia de este compuesto en sus productos.
El caso es que el café podría incluir un etiquetado de advertencia sobre el riesgo de cáncer en California (Estados Unidos) en base a la reglamentación de la Proposición 65. En ella se incluyen los productos químicos clasificados por la Oficina del Estado de Salud Ambiental y Evaluación de Riesgos de California, como productos peligrosos que pueden causar defectos de nacimiento o cáncer, obligando a que todos los artículos y alimentos que contengan estos productos químicos, sean etiquetados con un mensaje de advertencia.
Según leemos aquí, se espera que con esta sentencia las compañías de café se esfuercen por reducir la cantidad de acrilamida presente en el café de forma que no suponga un riesgo significativo de cáncer. Mientras, todos los productos a base de café que comercializan compañías como Starbucks, deberán incluir en los envases una advertencia clara sobre los riesgos de sufrir cáncer por su consumo. Por su parte, la industria del café insiste en decir que se ha demostrado que el café es una bebida saludable, además, las directrices dietéticas del gobierno de los Estados Unidos establecen que el café puede ser parte de un estilo de vida saludable, por lo que la inclusión de un etiquetado de advertencia confunde a los consumidores.
Sobre este tema, la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) todavía se encuentra en la etapa de recopilación de datos sobre la acrilamida, pero es cierto que ya ha proporcionado una serie de recomendaciones para que los consumidores reduzcan o eliminen este compuesto de la dieta. Del mismo modo, ha proporcionado recomendaciones a la industria para reducir el nivel de esta sustancia en los productos que elaboran, pero son recomendaciones, no existe obligación alguna para que las lleven a cabo, así se puede leer aquí.
El abogado que representa al CERT comenta que en el país existe una epidemia de cáncer y que al menos una tercera parte de los casos están relacionados con la alimentación, por lo que en la medida en la que se puedan eliminar estos carcinógenos de los alimentos, supondrá un gran paso en la lucha contra la enfermedad reduciendo su incidencia. Aquí explican que parece ser que es posible intentar apelar para que la decisión judicial no se resuelva, pero se da el caso de que en raras ocasiones, las decisiones de este tribunal se revierten, por lo que existen muchas posibilidades de que, en breve, en los envases de café aparezca la advertencia sobre el riesgo de cáncer en este Estado.
No tardaremos mucho en saber si la medida se aplica o si se acepta un recurso y se pospone, estaremos atentos a nuevas noticias.
Foto 1 | rudolf_schuba
Foto 2 | Greencolander
1 comentarios
A lo mejor esa «epidemia de cáncer» no se debe al café, sino a las hamburguesas de M;cDonalds, de las que se comen muchas en EEUU. ¿Por qué no cerramos todos los McDonalds? Ah…ya veo, eso no.