Ayer se celebró el Día Mundial del Agua 2018 y con motivo de esta celebración la OCU (Organización Nacional de Consumidores) ha recordado a las administraciones públicas un petición realizada hace tiempo, que bares y restaurantes ofrezcan agua del grifo gratis por ley, siendo un complemento a la oferta que proporcionan estos establecimientos.
A lo largo de los últimos años se han llevado a cabo diferentes iniciativas en distintas comunidades españolas, para fomentar el consumo de agua del grifo, considerando que es un agua tan buena como la embotellada, pero con el añadido de que con su consumo se reduce el impacto medioambiental generado por las botellas de plástico. En este sentido merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos sobre el coste medioambiental del agua embotellada, y también la lectura de este otro sobre la catástrofe ambiental causada por el uso de las botellas de plástico
Para la OCU, que bares y restaurantes ofrezcan agua del grifo debe ser una obligación y si los consumidores piden agua del grifo para acompañar su comida, no deberían justificarse y mucho menos tener que aceptar comprar agua embotellada si se desea consumir agua, sobre todo si el agua del grifo puede consumirse con todas las garantías de calidad. Posiblemente el tema de que sea gratuita es cuestionable, ya que, aunque se trate de agua del grifo, los establecimientos deben pagarla (aunque sea un coste reducido), pero sobre todo por el gasto del servicio de mesa, la limpieza de la jarra y de los vasos para el agua, etc.
Algunos pensarán que es correcto que por ley se obligue a los establecimientos a que proporcionen agua del grifo a quienes la pidan, pero pagando el precio que pudiera estar asociado a este servicio, por lo que, quizá, al final resultaría más caro pedir una jarra de agua del grifo que una botella de agua, entonces se debería regular para evitar esta situación.
La OCU comenta que el agua del grifo es perfectamente apta para su consumo y que al tratarse de un “bien básico”, debe proporcionarse de forma obligatoria y no como cortesía. Cita algunos ejemplos de iniciativas puestas en marcha en Mallorca, Granada o Pamplona, donde se han puesto en marcha proyectos de normativas en los que se incluye la obligación de proporcionar a los clientes un recipiente con agua del grifo y vasos para su consumo.
De este tema se habla desde hace años, mientras el consumo de agua embotellada supera récords año tras año y no sólo en España, en muchos otros países del mundo. Recordemos, por ejemplo, que en Estados Unidos la venta y consumo de agua embotellada ha superado a los refrescos. En el caso de nuestro país, y según el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, el agua embotellada el año pasado fue uno de los pocos productos que han aumentado de forma considerable en la cesta de la compra.
Quizá, aunque se logrará introducir una legislación como la que pide la OCU, su repercusión no sería significativa y la mayoría de los clientes de bares y restaurantes seguirían consumiendo agua embotellada, ya que se mantiene la percepción de que tiene mejor calidad, en su sabor no se integran los productos químicos que están presentes en el agua del grifo para garantizar su potabilidad e inocuidad. Por otro lado, el sabor del agua del grifo varía dependiendo de la región, en algunas comunidades el agua se considera muy buena, en otras, por muy potable que sea, su sabor invita a no repetir su consumo.
Otra cuestión que merece la pena destacar es el hecho de que el agua embotellada contenga microplásticos (partículas de tereftalato de polietileno (PET), polietileno, celofán y otros materiales) y de que no se sepa a ciencia cierta si este material puede afectar a la salud humana, quizá este hecho contribuiría a reducir el consumo de agua embotellada visto que parece que el tema medioambiental no suscita tanta preocupación. Pero lamentablemente, el agua del grifo también contiene estos elementos.
Volviendo al tema, estamos de acuerdo en que se apruebe una reglamentación que obligue a los establecimientos a proporcionar el servicio de agua del grifo, principalmente por reducir el elevado consumo de agua embotellada y sus consecuencias medioambientales, pero discrepamos del carácter gratuito de la medida, el servicio se debe pagar por las razones antes argumentadas, pero el coste debería ser inferior al de una botella de agua. Podéis conocer más detalles sobre la petición a través de este artículo publicado en la página web de la OCU.
Foto 1 | Erich Ferdinand
2 comentarios
Excelente medida. En Buenos Aires deberia implementarse esta medida. A veces hasta niegan un vaso de agua para tomar un medicamento. Para consumir agua durante cualquier comida, siempre sirven la envasada y es abusivo el precio que cobran
Estoy totalmente de acuerdo con que se ofrezca agua potable al cliente, pero no por ley, ya solo falta legislar la frecuencia, intensidad, etc., de los coitos, no por ley como decia, sino por amor propio, es decir, un establecimiento que ofrezca agua potable a sus clientes, depurada en el propio local, etc., gana muchos enteros desde el punto de vista comercial, y esto no deberia ser objeto legislable, se deberia enseñar en las escuelas como materia de buenas practicas, enfoque mucho mas etico y razonable que lo de legislar (ya sabemos que la ley y la trampa son la misma cosa). Y por ultimo, informar publicamente de los establecimientos que se adhieren voluntariamente a estas «buenas practicas».