Algunos crustáceos, como la langosta, se suelen introducir vivos en agua hirviendo con sal para cocinarlos. Este sistema de cocción del marisco es, para muchas personas, una práctica cruel que ahora se ha prohibido por ley en Suiza. La iniciativa forma parte de una reforma general de protección de los animales que entrará en vigor el próximo mes de marzo en el país, en ella que se determina que los crustáceos deben ser aturdidos antes de cocinarlos a fin de evitar que sufran innecesariamente. Por supuesto, la medida ha provocado la crítica del sector culinario del país.
Hace algunos años se creía que los crustáceos no sufrían dolor cuando se introducían vivos en agua hirviendo, la razón argumentada era que el sistema nervioso de estos animales no era lo suficientemente complejo para ello, pero posteriormente, algunas investigaciones como la llevada a cabo por expertos de la Universidad de Queens (Irlanda del Norte) y que podéis leer aquí, demostraron que si sufrían dolor. Este estudio se diseñó para diferenciar entre el dolor y un fenómeno reflejo conocido como nocicepción, el ensayo era sencillo, pero los datos arrojaron pruebas evidentes.
En Suiza han prohibido la práctica de cocer vivos los crustáceos por ley, pero se trata de un debate que ha estado presente desde hace años en países como Estados Unidos, donde ya hace varios años dio lugar a que activistas de los derechos de los animales y algunos investigadores, determinaran los procedimientos y el modo en el que se deben manipular estos seres a fin de evitarles un sufrimiento innecesario. En otros países también se ha considerado la introducción de la medida acorde a lo que consideran una gran mayoría de biólogos y científicos, que han aceptado que el sistema nervioso de las langostas es sofisticado y por ello concluyen que son animales dotados de sensibilidad (así lo demuestran las investigaciones como la antes citada).
En la nueva legislación se incluye que los crustáceos vivos ya no se pueden transportar en agua helada o hielo, son especies acuáticas que deben mantenerse siempre en un entorno natural, además, a la hora de cocinarlos hay que aturdirlos previamente. Esta no es una iniciativa aislada, recientemente en Italia también entró en vigor una ley similar en el marco de la legislación sobre la protección animal. En las modificaciones de la Ordenanza sobre la Protección de los Animales (OPAn) y la Ordenanza sobre la matanza de animales y el control de la carne (OAbCV) que podéis leer aquí, se habla de la mencionada protección de crustáceos citando como ejemplo a la langosta y haciendo referencia a la cuestión del transporte y la manipulación en la cocina.
En este documento no se especifica qué métodos se pueden utilizar para aturdir a los crustáceos antes de proceder a su cocción, generalmente se suelen introducir en el congelador antes de proceder a su manipulación o directamente se les da muerte con un cuchillo. Además de esta reforma, según explican en este artículo de Swissinfo, se han aprobado otras que aluden a los eventos con animales, como las exposiciones o competiciones deportivas, medidas contra el comercio ilegal de perros, o el sacrificio de animales por estar enfermos o heridos que ya no puedan ser atendidos, reforma que se aplica a los animales de compañía o los animales de granja.
Quizá, con el tiempo, la Unión Europea realice modificaciones en la legislación sobre bienestar animal, recordemos que los consumidores europeos quieren que se hagan más esfuerzos para garantizar el bienestar de los animales con los que se abastece la cadena alimentaria, algo de lo que ya hablábamos en este post. Esperamos que no se demoren.
Foto 1 | Lars Plougmann
Foto 2 | Matt Johnson