Seguramente a más de uno le hubiera gustado ver este vídeo hace apenas unas semanas, cuando preparaba sus regalos gastronómicos para sus amigos y familiares, unas galletas caseras, unas trufas, unas bolitas de coco… ya que posiblemente se compraron las bolsas de plástico típicas de las golosinas para introducir estos dulces, pero se olvidaron de comprar un bonito cordón o lazo para atarlas, y un poco de celo no luce mucho para estas ocasiones especiales.
En todo caso, siempre va bien conocer los recursos que tenemos en casa para solventar estos pequeños problemas, por eso queremos compartir el truco para sellar bolsas de celofán y que podréis utilizar con las bolsas que uséis para hacer vuestros obsequios comestibles como los anteriormente mencionados (también podéis buscar inspiración en este post, veréis diversas recetas de galletitas saladas) no hace falta que sea Navidad para regalar).
Aprender a sellar bolsas de plástico puede ser útil en cualquier momento, incluso pensando en no tener que comprar los mencionados lazos y evitar un gasto más, o simplemente porque dé la sensación de un mejor acabado del paquete. Así que, tomad nota del truco y observad el vídeo realizado por Justin Chapple de Food & Wine bajo estas líneas.
Lo único que necesitamos para cerrar las bolsas de celofán es papel de aluminio y una plancha, pero no sólo sirve la plancha de la ropa, también se puede hacer con la plancha de pelo, quizá para algunas personas sea más manejable, aunque no todas disponen de este aparato eléctrico que se utiliza para alisar o modelar el cabello.
El sistema por el que se sella la bolsa es evidente, el calor funde el plástico y lo deja pegado, impidiendo así que el contenido de la bolsa se salga. Pero no se puede aplicar el calor directamente sobre la bolsa (como sí se podría hacer con las máquinas selladoras, que existen tanto para uso industrial como para uso doméstico), por eso se debe proteger la bolsa con papel de aluminio, que, además, transmite muy bien el calor.
El papel de aluminio debe doblarse para acoger en su interior el filo de la bolsa de celofán por la parte que se quiera sellar, por la parte que está abierta, claro. En cinco segundos, estará listo, es fácil comprobar si la bolsa está bien sellada a simple vista. Si a la primera no ha quedado bien cerrada, se puede repetir la operación, a la que se haga un par de veces, estará controlado.
Una vez que la bolsa está cerrada, se puede personalizar poniéndole alguna pegatina o etiqueta con el nombre del receptor, o algo más importante, con lo que contiene la bolsa, la fecha de elaboración y cualquier información que sea relevante para quien va a recibir el regalo gastronómico, por ejemplo, los alérgenos. Esperamos que os resulte útil y os sirva para hacer obsequios mejor presentados.
Foto | Davebleasdale