Según el último informe del Índice de Sostenibilidad Alimentaria 2017, Francia es el país más sostenible para la alimentación gracias a su lucha contra el desperdicio de alimentos, recordemos que es el país en el que los supermercados no pueden tirar los alimentos próximos a caducar, están obligados a donarlos a bancos de alimentos y organizaciones benéficas. Hay que añadir otras iniciativas, como obligar a los restaurantes a que proporcionen a los comensales bolsas para llevarse las sobras, ambas iniciativas convirtieron al país galo en el más proactivo en la lucha contra el desperdicio de alimentos en la Unión Europea.
El Índice de Sostenibilidad Alimentaria (Food Sustainability Index) es una herramienta desarrollada por The Economist Intelligence Unit en colaboración con el Centro Barilla para la Alimentación y la Nutrición, que tiene el objetivo de evaluar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios de manera cualitativa y cuantitativa. El índice también tiene el cometido de destacar las mejores prácticas alimentarias de diferentes países, estableciendo un punto de referencia comparable para poder medir los progresos que se realizan a lo largo del tiempo.
En la primera edición de este indicador se clasificaron 25 países en base a la sostenibilidad de sus sistemas alimentarios, este año el índice ha clasificado a 34 países, nueve más que en la pasada edición. Se han mantenido los tres pilares fundamentales utilizados el año pasado, la agricultura sostenible, los desafíos nutricionales y el desperdicio alimentario, para evaluar qué país es el más sostenible en materia alimentaria. Hay que advertir que la clasificación que proporciona el Food Sustainability Index 2017 no tiene como objetivo ser un informe crítico, sino proporcionar datos sobre la evolución de los esfuerzos que realizan los países para hacer frente a los principales retos a los que se enfrenta el sistema alimentario mundial.
Se prevé que en próximos indicadores, el FSI incluya a otros países en el análisis longitudinal para poder mostrar una imagen más global sobre los avances que se realizan en materia se sostenibilidad alimentaria. Bien, en el informe de este año Francia destaca como clasificado en primer lugar en el grupo de los países que más se esfuerzan por mejorar el sistema alimentario, en este grupo están presentes y clasificados en el siguiente orden Japón, Alemania, España, Suecia, Portugal, Italia, Corea del Sur y Hungría. Los países que menos hacen por mejorar la sostenibilidad alimentaria son Arabia Saudí, Egipto, Brasil, Marruecos, Túnez, Líbano, Indonesia, India y Emiratos Árabes Unidos.
Como decíamos, el índice se basa en tres pilares, pero también se tiene en cuenta un esquema de ponderación basado en las consultas realizadas a expertos en materia alimentaria, todo el conjunto tiene un impacto en el resultado de las clasificaciones y los indicadores. Los tres pilares utilizados se dividen en ocho categorías que, a su vez, se dividen en 35 indicadores con escala de 0 a 100 en cuanto a sostenibilidad y la puntuación total obtenida por cada país se calcula a partir del promedio ponderado obtenido en cada categoría.
Los expertos del Food Sustainability Index (FSI) comentan que todos somos responsables de la sostenibilidad alimentaria, tanto a nivel de usuario (consumidor) como a nivel de país (gobierno). No es nada ético ni moral saber que se desperdician toneladas de recursos alimentarios mientras millones de personas pasan hambre en el mundo, el índice trata también de mostrar qué países demuestran ser más responsables en este contexto. Ya no se trata sólo del desperdicio alimentario, a esto hay que sumar otros factores asociados, el gasto energético, el desperdicio de recursos como las tierras de cultivo o el agua, o la liberación a la atmósfera de gases de efecto invernadero.
Francia ocupa la primera posición y eso ha sido posible gracias a las iniciativas y objetivos que se han marcado, ha sido el primer país comunitario en introducir una legislación específica sobre los residuos alimentarios y ha logrado reducir de forma significativa el desperdicio en la cadena alimentaria, de hecho, sólo pierde un 1’8% de su producción alimentaria anual, recordemos que en otros países como Estados Unidos, el desperdicio se cuantificaba hace unos años en nada menos que un 40% de toda la producción alimentaria, la diferencia es muy notable.
Cierto es que en Estados Unidos se han puesto en marcha planes para lograr cambiar esta situación con el objetivo de reducir el desperdicio alimentario en un 50% para el 2030, pero según el Índice de Sostenibilidad Alimentaria, aunque los países con mayores ingresos han tenido un mejor desempeño en este índice, la mala administración del suelo y los fertilizantes que se emplean en la agricultura, el excesivo consumo de carne, azúcares y grasas saturadas, así como otros factores, han provocado que Estados Unidos quede rezagado y se sitúe en el puesto 21, por debajo de países como Grecia o Sudáfrica.
Podemos ver que España se coloca en cuarto lugar en esta clasificación, según el informe, tanto los fabricantes del país como la asociación de distribuidores, han adoptado medidas para reducir el desperdicio alimentario en la producción y en el consumo, claro, que España es uno de los cuatro países piloto financiados por la Unión Europea en el marco del programa REFRESH, proyecto de investigación y plataforma clave de intercambio de conocimientos para la lucha contra el desperdicio de comida.
Los Emiratos Árabes Unidos están en el último lugar a pesar de ser uno de los países con mayor ingreso per cápita de los 34 que se han evaluado, tienen un nivel de desperdicio alimentario que se establece en casi 1.000 kilos anuales por persona, la incidencia de la obesidad va en aumento y cuenta con un sector agrícola dependiente, cuyos recursos hídricos sufren agotamiento extremo. Como dato curioso, merece la pena destacar a Etiopía, a pesar de ser el país más pobre de los que se han evaluado, se coloca en la posición 12.
Os recomendamos leer el informe que podéis consultar aquí (Pdf), seguramente algunos datos os sorprenderán, como el citado sobre Etiopía. Es de suponer que el año que viene se incluirán otros países en el ranking del Food Sustainability Index (FSI), proporcionándonos una visión más general del problema del desperdicio y la sostenibilidad alimentaria en el mundo.