Normalmente hacemos focaccia partiendo de una masa madre o prefermento, pero últimamente no tenemos este recurso de forma habitual, así que buscamos otras alternativas, como hacer largas fermentaciones. Si os pasa lo mismo, os gustará ver cómo lo hacemos, y para ponerlo a prueba, nada mejor que esta receta de Focaccia de tomates secos y provolone ahumado que está de lujo.
Es una elaboración muy sencilla, si habéis hecho masa de pan o de pizza en alguna ocasión, es lo mismo. Y después, el condimento, lo que va a aportar un poco más de sabor a este pan plano con el que podemos acompañar unos aperitivos en una comida o cena especial, no tiene ningún misterio, y además se puede adaptar a vuestros gustos a lo que tengáis en la despensa. Hay que decir que la combinación del tomate seco en aceite con el provolone ahumado y unas hierbas aromáticas es una delicia para una focaccia, así que intentad probarlo y nos contáis.
Ingredientes (2 focaccias)
Para la masa
- 500 gramos de harina de fuerza
- 10 gramos de levadura fresca de panadero
- 320 gramos de agua
- 8 gramos de sal
- 30 gramos de aceite de oliva virgen extra.
Para el topping
- 15 tomates secos en aceite de oliva virgen extra
- 2 c/s de hierbas provenzales
- 2 c/p de ñora molida
- c/n de aceite de oliva virgen extra
- 200 gramos de provolone ahumado cortado en finas lonchas.
Elaboración
Prepara la masa de la focaccia en la amasadora o a mano, mezcla la harina con la levadura fresca disuelta en un poco de agua, con el resto de agua, con la sal y el aceite de oliva virgen extra. Amasa durante unos seis u ocho minutos y después forma una bola con la masa.
Ponla en un bol ligeramente enharinado, espolvorea también un poco de harina sobre la masa y cubre el recipiente con un paño (o un gorro de ducha) y deja reposar hasta el día siguiente. Si lo haces por el día puedes dejarlo en el frigorífico, y si lo haces por la noche, déjalo a temperatura ambiente.
En caso de haberlo dejado 24 horas en el frigorífico, un par de horas antes de preparar las focaccias, deja la masa a temperatura ambiente. Como hemos comentado, con esta cantidad de masa salen bien dos focaccias, así que divide la masa en dos porciones cortándola con unas tijeras o con una rasqueta de panadero.
En la mesa ligeramente enharinada, haz dos bolas de masa y déjalas reposar diez o quince minutos antes de extenderlas (pues después de trabajar la masa se queda tensa). Llegado este momento, enharina también el rodillo para que la masa no se pegue en él al extenderla. Prepara dos bandejas de horno con papel vegetal o láminas de teflón.
Extiende la masa con el rodillo pero no la dejes tan fina como si fueras a hacer una pizza, dale un grosor de cerca de dos centímetros. Después úntala con aceite de oliva virgen extra y coloca los tomates secos escurridos y troceados, espolvorea las hierbas provenzales y la ñora molida. Hunde ligeramente la masa por donde está el tomate con los nudillos y cúbrela con un paño. Deja reposar una hora a temperatura ambiente.
Calienta el horno a 250º C con calor arriba y abajo, cuando esté caliente y la masa haya reposado, introdúcela en el horno y programa unos 15-20 minutos. Cuando la focaccia haya subido y se haya dorado, retírala del horno. Coloca las lonchas de queso y vuelve a introducir la focaccia en el horno sólo con el grill, hasta que el queso se funda.
Acabado y presentación
Al retirar la focaccia de tomates secos y queso ahumado del horno, ponla sobre una rejilla y llévala a la mesa para comerla caliente, recién hecha. A tus comensales les va a encantar. ¡Buen provecho!
Abreviaturas
c/s = Cuchara sopera
c/p = Cuchara de postre
c/c = Cuchara de café
c/n = Cantidad necesaria
1 comentarios
Una receta seguramente deliciosa, pronto podré contar el resultado de mi preparación.