En varias ocasiones hemos hablado del problema de la resistencia a los antibióticos, pero siempre en el contexto del uso de estos fármacos de forma preventiva en los animales de granja. Recordemos que este tipo de prácticas que tienen el cometido de prevenir y contrarrestar las condiciones de crianza insalubre de los animales, han sido una de las principales razones por las que las bacterias han desarrollado esta resistencia. Sin embargo, hoy conocemos un descubrimiento en el que se apunta que la harina de pescado parece tener un papel significativo en la diseminación de los genes de resistencia a los antibióticos.
Un grupo de investigadores chinos han descubierto genes de resistencia a los antibióticos en la harina de pescado y que éstos tienen prevalencia a nivel mundial, siendo su presencia un tema de preocupación en el contexto del uso de estos fármacos. Los expertos han encontrado 132 genes de resistencia en la harina de pescado que está disponible comercialmente, siendo un potencial riesgo por la posibilidad de que algunos de ellos podrían conferir resistencia a los microorganismos frente a los antibióticos comunes o los de último recurso como la vancomicina, especialmente efectiva con bacterias Gram-positivas como el Staphylococcus aureus o la Clostridium difficile, entre otras.
Los expertos explican que en el proceso y tratamiento térmico que se realiza durante el procesamiento de la harina de pescado, se eliminan la mayoría de los microorganismos que puedan estar presentes en la materia prima, sin embargo, estos genes pueden ser persistentes y no ser destruidos. Los expertos detectaron 95 genes de resistencia a los antibióticos en la harina de pescado china y 8 en muestras en harina de pescado rusas, esta variación refleja que la presencia de la cantidad de genes varía según el país.
Hasta la fecha, ningún estudio había medido la presencia de estos genes en la harina, teniendo en cuenta que se producen millones de toneladas de harina de pescado para la producción de pescado en las granjas de acuicultura situadas en el mar, los expertos querían profundizar en el tema para conocer qué impacto podrían tener los genes en la propagación de la resistencia a los antibióticos. Los investigadores consideran que es necesario comprender la identificación de los canales de introducción y la dinámica de esta propagación para poder desarrollar estrategias que la eviten.
Los expertos explican que los genes de resistencia a los antibióticos son prevalentes a nivel mundial en los sedimentos generados en las granjas de maricultura, siendo su presencia un tema preocupante en el contexto del uso de los antibióticos. Aunque se han liberado grandes cantidades de harina de pescado en estos sedimentos, el papel que tiene este ingrediente en la diseminación de los genes de resistencia, es algo que sigue sin estar claro y necesita investigaciones adicionales en profundidad.
Esta investigación ha revelado por primera vez que la harina de pescado en sí es un importante contenedor y diseminador de los genes de la resistencia, pudiendo provocar cambios en la comunidad bacteriana presente en los sedimentos, de ahí que adviertan sobre este riesgo que hasta la fecha no había sido percibido y que afecta a los ecosistemas donde se está utilizando la harina de pescado. Estos sedimentos se consideran un punto caliente en lo que respecta al intercambio global de los genes, ya que éstos se introducen en la cadena alimentaria a través de peces y mariscos, con un alto riesgo de que sean transferidos a los microorganismos que afectan a los seres humanos.
Hasta el momento se ha estudiado sobre todo la resistencia a los antibióticos y su relación con la acuicultura por el uso de los fármacos con carácter preventivo, tal y como se realiza con los animales de granja, pero ahora hay una conciencia creciente de que la resistencia se puede encontrar en los sedimentos en ausencia de estos fármacos. Los investigadores chinos comentan que los genes de resistencia a antibióticos, como la tetraciclina, la sulfonamida y la trimetoprima, son muy persistentes en los sedimentos localizados en las piscifactorías del Mar Báltico, incluso tras varios años sin haber utilizado estos fármacos.
Se han encontrado enterococcus, patógenos responsables de causar importantes infecciones clínicas en los sedimentos de una granja piscícola de la costa mediterránea, se han encontrado genes de resistencia a la trimetoprima en bacterias presentes en los sedimentos de una granja de peces situada en Pakistán y además, sin que hubiera antecedentes de que se hubieran utilizado antibióticos. A la vista de los descubrimientos realizados, los expertos consideran que es necesario intensificar las inspecciones en la harina de pescado para detectar la presencia de estos genes que pueden aparecer en cualquier eslabón de la cadena alimentaria. Hay que tener en cuenta que la harina de pescado se utiliza también en la ganadería, en la acuicultura continental, como fertilizante orgánico, etc., por lo que el riesgo de diseminación de estos genes es muy elevado.
Se considera prioritario eliminar la harina de pescado residual del medio ambiente con agentes microbianos, diseñar estrategias de alimentación que eviten la diseminación de los genes, desarrollar nuevas tecnologías capaces de eliminar estos genes en la harina de pescado durante su fabricación, etc. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, las bacterias resistentes a los antibióticos se pueden encontrar en todo tipo de alimentos listos para el consumo, conocer los canales por los que los seres humanos pueden estar expuestos a estas bacterias es importante, ya que se podrá hacer frente mucho mejor a esta amenaza.
La investigación es interesante y posiblemente otros investigadores utilicen los resultados para analizar productos relacionados con la harina de pescado, podéis conocer todos los detalles del trabajo a través de este artículo publicado en la American Chemical Society y en este otro de la misma página.
Foto | Sarma Fish