En algunas ocasiones hemos hablado de lenguas o narices electrónicas que tienen diferentes cometidos, diferenciar sustancias dulces o naturales, determinar la humedad o el contenido de sal en el jamón, identificar aquellos alimentos que tienen más aroma, detectar los diferentes compuestos químicos presentes en un vino o identificar alérgenos presentes en los alimentos, entre otras cosas. En los ejemplos mencionados, el denominador común es el uso de diferentes sensores y herramientas electrónicas para obtener los datos.
Hoy conocemos el desarrollo de una lengua sintética para diferenciar los tipos de whisky, a diferencia de las citadas anteriormente, la tecnología y los dispositivos no están presentes en ella, se trata de un sistema químico formado por pequeñas botellitas que integran un tipo diferente de tinte elaborado con un polímero fluorescente denominado polielectrolito, de ahí que los investigadores de la Universidad de Heidelberg (Alemania) definan al sistema como “lengua sintética”.
Con este sistema químico los responsables de la investigación comentan que al introducir una gota de la bebida en cada botellita, la composición química del sensor altera de forma sutil la fluorescencia de la mezcla provocando una reacción diferente en cada caso, estos componentes químicos reaccionan sólo ante una combinación única de la química de cada variedad de whisky.
Como comentábamos, los resultados obtenidos son sutiles y no se aprecian a simple vista, en este caso es necesario el uso de un fotómetro para apreciar esas diferencias. Posteriormente, los resultados permiten crear una huella digital única para cada tipo de whisky, aunque dos sean muy similares, el sistema los diferenciará con precisión. Esta prueba está diseñada para ser utilizada con bebidas de alta gama que químicamente son tan similares que con las pruebas estándar habituales no se pueden diferenciar.
Los investigadores explican que el sistema permite discriminar entre 33 variedades de whisky diferentes en función del país de origen, la marca, su edad, su sabor y los ingredientes con los que se han elaborado. Estas lenguas sintéticas no necesitan ninguna preparación de la muestra, y los resultados que ofrecen son iguales o superiores a los que ofrecen otros sistemas como la espectrometría de masas en cuanto a eficiencia de la diferenciación, discriminación o resolución. Hay que decir que este tipo de lenguas sintéticas o químicas ya se han empleado por los investigadores con anterioridad para diferenciar entre las distintas variedades de vino blanco con éxito, es decir, se ha estado trabajando con el sistema desde hace unos años.
Según leemos aquí, los expertos comentan que no se puede identificar un whisky cuya mezcla sea desconocida a partir de cero, pero sí puede determinar si la muestra analizada corresponde a una de las 33 variedades que el sistema puede identificar, por lo que se considera que puede ser una herramienta interesante para detectar falsificaciones de gran precisión y no sólo de estas bebidas, en un futuro se podrían detectar falsificaciones de medicamentos o fármacos.
Por cierto, hace unos días un grupo de investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (España) y de la Universidad Tecnológica de Gdansk (Polonia), dieron a conocer los resultados de un estudio que permite diferenciar distintos grupos de whisky a partir del origen y las técnicas de producción. Los expertos han combinado una serie de sensores, una lengua (espectroscopia infrarroja), una nariz (espectrometría de masas) y un ojo (espectroscopia ultravioleta-visible), tres técnicas analíticas combinadas para diferenciar cinco grupos de whisky, irlandés, español, escocés, bourbon y Tennessee.
Según los resultados obtenidos, los análisis permiten, además, determinar diferencias dentro de cada grupo de whiskies, sea por las materias primas utilizadas o por el sistema de elaboración utilizado. En este caso, el sistema también se puede utilizar para evitar fraudes y adulteraciones, utilizando métodos sencillos que permitieran realizar la autentificación incluso por su origen botánico.
Pero el método desarrollado tenía en realidad como objetivo poder emular el trabajo que desarrollan los paneles de cata, ya que en pocos minutos se puede obtener una huella digital de la bebida con una información química completa de cada variedad catada. Por tanto, se considera que es un sistema útil para realizar controles de calidad, así como un elemento de ayuda en el trabajo que desarrollan los paneles de cata, podéis conocer todos los detalles de este estudio a través de este artículo publicado en la página de la Universitat Rovira i Virgili.
Volviendo a la lengua sintética del whisky, el sistema es completamente distinto y se considera muy completo, ya que son muchos los parámetros que puede identificar. En la investigación publicada en la revista científica Chem podréis ver una serie de tablas con las bebidas analizadas y los resultados, marca, origen, tipo, contenido en alcohol, edad, etc. Para conocer más detalles de este estudio y los realizados anteriormente con otros tipos de bebidas, podéis consultar esta página de la de la Universidad de Heidelberg.
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