A finales del año pasado os hablábamos de las técnicas de marketing del vino utilizadas en el Reino Unido con el propósito de vender más, aunque más que técnicas, se podrían definir como un fraude, ya que las botellas se presentaban con términos y descriptivas que otorgaban un valor inmerecido a los vinos, como por ejemplo Grand Vin, Reserva y Gran Reserva, Selección del enólogo, etc. Siguiendo esta línea, hoy conocemos un estudio desarrollado por expertos de la Universidad de Adelaida (Australia) en el que se concluye que los vinos presentados con elaboradas descripciones tienen mejor sabor.
Según los expertos, las presentaciones y descripciones influyen mucho en los consumidores a la hora de elegir un vino, ya que pueden captar la atención y alterar las emociones, incrementando el gusto por el vino y animarles a que paguen más por la botella. Se ha estudiado en varias ocasiones la importancia que tiene el etiquetado del vino, demostrando que se trata de un canal informativo útil y que influye en los consumidores a la hora de realizar la elección.
Lo que hace esta nueva investigación es ampliar los resultados y centrarse en las descripciones del vino y en cómo influyen en la experiencia de compra y consumo. Como ya hemos comentado en otras ocasiones, todo influye en la percepción que se tiene de los alimentos y bebidas, el tipo de envase o embalaje, el color, el tamaño, el precio, el lugar donde se compra, el espacio en el que se realiza el consumo, el tipo de copa, vaso o plato utilizado para el consumo, etc. Los expertos en marketing sensorial saben que la percepción del sabor se ve influenciada por muchos condicionantes, son factores que facilitarán que un producto pueda terminar considerándose excelente.
Los investigadores comentan que las descripciones de un vino se elaboran de forma inteligente procurando que despierten emociones positivas y mejoren la percepción sobre la calidad y el precio que se estaría dispuesto a pagar por la botella. El estudio se ha realizado con vinos blancos australianos que están disponibles en el mercado (Chardonnay, Riesling y Sauvignon Blanc), y participaron 126 personas que habitualmente consumían vino blanco.
Se realizó una cata a ciegas de los vinos sin tener ningún tipo de información, una semana más tarde se informó a los participantes que catarían seis nuevos vinos (en realidad eran los mismos) que incluían descripciones muy simples. Finalmente, en una siguiente cata los vinos se presentaron con descripciones detalladas con carácter emocional, en estas descripciones se incluía la historia de la bodega y declaraciones favorables a la calidad del vino, esto aumentó de forma significativa la expectación antes de la cata e incrementó la calificación que los catadores brindaron a los vinos.
Según los resultados, las descripciones más largas se asociaron con un aumento de la disposición de los consumidores a pagar un mayor precio por los vinos. Y es que, a la hora de acudir a una vinoteca, puede resultar difícil elegir un vino, sobre todo si se tiene poco conocimiento de este mundo, en este caso se puede optar por la intuición, siendo las descriptivas de las etiquetas un factor importante de elección. Una descriptiva que hábilmente combine la información y el factor emocional, tiene más posibilidades de captar la atención del consumidor y que el vino termine siendo elegido.
Otro dato importante que se destaca es la veracidad, si en la cata el consumidor aprecia que las descriptivas emocionales de la etiqueta se asocian con la experiencia de cata que tiene, las emociones que experimenta son más positivas que si las descriptivas no son acordes a su experiencia de degustación. Los investigadores consideran que estos resultados tienen implicaciones importantes para los productores y las personas y negocios que estén relacionados con el mundo del vino. No bastan las notas de cata, el aspecto emocional es importante, por ello llegan a considerar que las bodegas podrían valorar la participación de los consumidores en las descriptivas de las etiquetas para optimizarlas y así transmitir mejor los valores del vino.
Esta no es una idea descabellada, quizá sería un modo de darle una vuelta de tuerca al marketing del vino. Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este artículo publicado en la página web de la Universidad de Adelaida, y en este otro publicado en la revista científica Food Research International.