La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) acaba de publicar el informe Obesity Update 2017 (Actualización sobre la obesidad 2017) a fin de mostrar cuál es la situación de la denominada epidemia del siglo XXI, en qué países ha aumentado, se ha mantenido o reducido, a qué segmentos de edad y género afecta más, qué políticas y estrategias se están llevando a cabo para hacer frente a la obesidad, la previsión sobre el aumento de su prevalencia, etc.
En este informe se muestra el ranking de países de la OCDE con mayor tasa de obesidad, y aunque se presenta ahora, hay que decir que se han analizado los datos hasta el año 2015. Si los datos fueran actuales, seguramente algunas cifras variarían porque durante los dos últimos años se ha intensificado la lucha por frenar la tasa de obesidad. Según los datos, con un 38’2%, Estados Unidos encabeza la clasificación de la población adulta (mayores de 15 años) con mayor tasa de obesidad, le sigue México con un 32’4% y Nueva Zelanda con un 30’7%.
En el otro extremo, encontramos los países con la menor tasa de obesidad en la población adulta, Japón lidera esta clasificación con sólo un 3’7%, le siguen Corea con un 5’3% e Italia con un 9’8%. Según el informe, durante los últimos cinco años la tasa de obesidad ha seguido creciendo aunque a un ritmo más lento que en años anteriores. La media de la tasa de sobrepeso y obesidad de los países de la OCDE se establece en un 19’5% de la población adulta y en un 17% de la población infantil, por otro lado, se prevé que seguirá creciendo de forma constante al menos hasta el año 2030.
Destaca el hecho de que los países con menor índice de obesidad, como por ejemplo Corea, experimentarán previsiblemente un aumento significativo de las personas que sufren sobrepeso u obesidad, pasando del actual 5’3% al 9% en el año 2030. Por género, el informe apunta que en lo que respecta a la obesidad en adultos, las mujeres tienden a estar más afectadas que los hombres, aunque la obesidad masculina ha crecido de forma significativa.
Según el informe Actualización sobre la obesidad 2017, uno de los factores que se relacionan con la obesidad es la desigualdad social, especialmente entre la población femenina, al menos en la mitad de los países las mujeres tienen un nivel básico de educación, algo que se asocia a un riesgo hasta tres veces mayor de sufrir sobrepeso u obesidad en comparación con las mujeres que tienen un mayor nivel educativo. Esto destaca especialmente en países como Corea, donde la desigualdad entre mujeres creció de forma significativa entre el año 2010 y el año 2014.
Los países donde se espera que aumente de forma significativa la obesidad de mayor a menor son, Estados Unidos, México, Inglaterra, Canadá, España, Francia, Suiza, Italia y Corea, claro, que se trata de una previsión y dependiendo de las medidas y políticas que se adopten en breve, los datos podrían cambiar. Recordemos que durante el año 2016 se ha hablado mucho de la introducción del impuesto del azúcar, en el presente año la industria alimentaria ha anunciado una reducción del azúcar presente en los alimentos e incluso se han realizado llamamientos por parte de las empresas alimentarias para mejorar la nutrición y la salud, algo de lo que hablábamos en este post.
El conjunto de países de la OCDE han puesto en marcha políticas diseñadas para abordar el tema de la obesidad, la mayoría centradas en la información y comunicación, no se habla de abordar el problema de un modo más significativo, como por ejemplo introducir la asignatura de nutrición en las escuelas, subvencionar los alimentos saludables, legislar obligando a que la industria alimentaria reformule sus productos de forma que sea significativa la reducción de azúcar, grasas o sal…
El pasado mes de abril conocíamos un informe de la organización Consumer Goods Forum (CGF), destacando que en el año 2016 se reformularon 180.000 productos para reducir el contenido en azúcar y sal, aunque no se indicaba qué cantidades se habían reducido. Como ya explicamos aquí, si un producto contiene casi un 57% de azúcar y se aplica una reducción del 5% ya se incluye en este listado, pero la reducción no sirve de nada ya que apenas varía el contenido en azúcar. Si estas son las iniciativas que se deben esperar por parte de la industria, es probable que las previsiones de la OCDE se cumplan.
Muchas de las acciones se centran en intentar concienciar a la población sobre la importancia de seguir una dieta y un estilo de vida saludable, el informe destaca acciones como la de recomendar consumir siete raciones de frutas y verduras al día, o el uso de las redes sociales para llevar a cabo campañas promocionales para mejorar la salud. Se considera que a través de la comunicación se puede lograr que mejore la alimentación, es evidente que no se pretende invertir de forma significativa en medidas que podrían ser muy eficaces, algo lógico teniendo en cuenta que sigue prevaleciendo el aspecto económico al saludable.
A través de este enlace (Pdf) podéis leer el informe completo y sacar vuestras conclusiones.