Anteriormente hemos hablado de algunos de los factores de riesgo asociados a la globalización del mercado alimentario, por ejemplo, el riesgo de que se produzca una crisis alimentaria, así se apuntaba en este estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Virginia (Estados Unidos). Hoy conocemos una nueva investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Aalto (Finlandia) en la que se concluye que casi 2.000 millones de personas dependen de los alimentos importados, demostrando que la presión poblacional aumenta la importación alimentaria.
Se trata del primer estudio (según los investigadores) en el que se muestra que existe una relación entre la escasez de recursos, la presión del crecimiento poblacional y las importaciones alimentarias. Según los expertos, este ha sido un tema de debate mundial desde hace mucho tiempo, pero hasta la fecha no se había podido demostrar claramente la relación entre la escasez de recursos y las importaciones alimentarias. En este trabajo se ha realizado un análisis global centrándose especialmente en las regiones del planeta en las que la limitación del agua restringe la producción de alimentos.
En este análisis se evaluó el grado en el que el aumento de la población de una determinada región ejercía presión incrementando las importaciones, para ello se combinaron los datos obtenidos con los datos de las estadísticas de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), teniendo en cuenta otros parámetros como el incremento de la eficiencia en la producción alimentaria gracias al desarrollo tecnológico. Según los resultados, en el 75% de las regiones con recursos escasos, la importación de alimentos aumentó a la vez que la producción regional era insuficiente. Los resultados muestran también que en las regiones con menos recursos se basaron en la estrategia de la importación, aunque en esta caso no siempre con el éxito esperado.
La investigación determina que 1.400 millones de personas son dependientes de las importaciones, por otro lado, 460 millones de personas viven en zonas donde el aumento de las importaciones no ha sido suficiente para poder compensar la falta de producción local. Los expertos consideran que las personas no son conscientes de que han elegido la dependencia de las importaciones en vez de invertir más en la producción local, o frenar la demanda de determinados productos. Es lógico que se busquen alimentos de otros países cuando la producción a nivel local no es suficiente, aunque parece la elección correcta, no debe darse por sentado.
Un sistema alimentario globalizado es sensible a numerosos factores y provoca fluctuaciones significativas en los previos que afectan a la seguridad alimentaria, sobre todo en los países más pobres que dependen de esas importaciones de alimentos. En estos países la solución es invertir para incrementar la producción alimentaria, de este modo se puede mantener la demanda alimentaria bajo control, pero también es importante que se reduzca el desperdicio alimentario, ya que el volumen de alimentos que se desechan es enorme.
Sobre estas líneas podéis ver un mapa en el que se destacan las zonas que utilizan la estrategia de la importación de alimentos. En azul aparecen las zonas que están próximas a la escasez de recursos, aunque los recursos locales siguen siendo suficientes, en verde se identifican las zonas donde la estrategia de las importaciones tiene éxito y la seguridad alimentaria depende de ellas, en marrón aparecen las zonas donde la estrategia de la importación no tiene éxito y se sufre una insuficiencia de alimentos. En gris aparecen las regiones donde no se utiliza la estrategia de la importación alimentaria a pesar de la escasez de recursos, y en blanco aparecen las regiones donde los recursos locales son suficientes y por ello no se incluyen en el análisis.
Como sabemos, en las últimas décadas la dependencia de los alimentos que producen otros países se ha incrementado notablemente afectando a países desarrollados o en vías de desarrollo, encontramos países que son conscientes de este problema y quieren cambiar la situación. Un ejemplo es Reino Unido, hace unos años se presentó en este país un plan que tenía como objetivo reducir la dependencia alimentaria de otros países. Para reducir las importaciones de alimentos se diseñó un plan para aumentar el consumo de productos elaborados en el propio país. Pero no se puede comparar la situación de un país rico con un país con recursos económicos limitados, las necesidades varían, así como las preferencias de los consumidores. A esto hay añadir la influencia económica, en muchas ocasiones son los propios países (los grandes operadores alimentarios) los que eliminan la producción nacional de un producto al comprar exclusivamente el producido en otro país porque resulta más económico y ofrece más margen de beneficios.
Este estudio se complementa con el trabajo de los investigadores de la Universidad de Virginia (antes citado), dando una visión más generalizada de los problemas que genera la globalización del mercado alimentario y las diferentes razones por las que se incrementa el riesgo de crisis alimentaria. De todos modos, son muchos los factores a analizar, en cada región las razones del aumento de las importaciones no son las mismas, no influyendo ni la presión del crecimiento poblacional ni la escasez de recursos. Se puede citar lo que ha pasado en nuestro país con la producción de tomates, patatas u otros alimentos, encontramos estos productos procedentes de otros países en los mercados, en cambio, la producción nacional entra en crisis al no poder competir con los precios y los agricultores terminan abandonando los cultivos o trasladándolos a otros países.
Otro estudio que merece la pena citar y que se suma a los dos comentados, es el que realizó el Centro Internacional de Agricultura Tropical y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en el que se concluía que casi un 70% de los alimentos que se consumen proceden de otros países. Esta investigación proporciona una mayor comprensión sobre cómo afecta la globalización alimentaria en la dieta, así como lo complicado que resultaría depender en exclusiva de los alimentos producidos a nivel nacional. Como ya hemos comentado, se han de realizar muchas discriminaciones y analizar de un modo independiente cada región, ya que los factores asociados a la dependencia de los alimentos producidos en otras regiones del mundo varían según el tipo de alimento, las necesidades de la población, la economía, etc.
Podéis conocer todos los detalles del estudio a través de este extenso artículo publicado en la revista científica Earth’s Future.
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