En septiembre del año 2015 podíamos saber que la Comisión Europea planeaba aumentar la tasa de mercurio permitida en el pescado de mayor tamaño al doble de lo que actualmente se permite. La asociación alemana sin ánimo de lucro Foodwatch se hizo eco de esta noticia denunciando que la Comisión Europea anteponía los intereses económicos comunitarios, a los de la salud de los consumidores europeos, advirtiendo que el aumento de la tasa suponía un riesgo elevado para la salud de los ciudadanos y especialmente de las mujeres embarazadas y los niños.
La CE propuso reducir la tasa permitida de mercurio en los peces pequeños de 0’5 a 0’1 miligramos por kilogramo de pescado, sin embargo, en el caso de los peces más grandes, como por ejemplo el atún o el pez espada, entre otros, propuso un incremento del 100% en el límite máximo, pasando de 1 a 2 miligramos por kilo de pescado. El tema parecía haberse quedado aparcado, pero la realidad es que según la organización alemana, la tasa de mercurio en el pescado permitida en la UE aumentará en cualquier momento, y además sin que se enteren los consumidores. El motivo del aumento de la tasa es facilitar la venta legal de piezas que con la actual limitación no se pueden comercializar.
Por esta razón Foodwatch ha retomado la campaña que inició en 2015 para para recoger firmas y evitar que se lleve a cabo el incremento sin sentido de esta tasa. Como ya hemos podido comprobar en otras ocasiones, la CE modifica el umbral de seguridad de determinados elementos tóxicos presentes en los alimentos con el fin de poder facilitar el comercio internacional, un ejemplo es la variación del límite máximo de aflatoxinas presentes en los cereales y frutos secos, que pasó de 4 a 10 microgramos para poder seguir manteniendo las relaciones comerciales de estos alimentos con terceros países.
Parece ser que Foodwatch ha accedido a información que así lo confirma, en cualquier momento se puede producir el incremento de la tasa y posiblemente informando solamente a las partes interesadas. La organización comenta que en Bélgica, a principios de este mes las autoridades sanitarias advirtieron de la presencia de pez espada en el mercado con una elevada tasa de mercurio que no podía comercializarse, con los límites propuestos este problema desaparecería y se podría poner en el mercado de forma legal para desgracia de los consumidores.
El mercurio es un metal muy volátil que una vez emitido a la atmósfera por la actividad humana, se dispersa rápidamente y se introduce en el ciclo del medio ambiente. Este elemento termina depositándose en los ambientes acuáticos convirtiéndose en metilmercurio, debido a la metilación por algas y bacterias que son alimento de muchos peces pequeños, no se excreta y se aloja de por vida en el organismo de estos peces que a su vez son el alimento de peces más grandes. El metilmercurio pasa de una especie a otra acumulándose de este modo en los peces de mayor tamaño, que se convierten en contenedores de esta neurotoxina, esa es la razón por la que las especies más grandes contienen más metilmercurio que las especies pequeñas. Como el ser humano está al final de la cadena alimentaria, consume estas especies y se convierte en el último receptor de la peligrosa carga.
Los planes de la comisión Europea son irresponsables, anteponen el comercio a la salud de los consumidores, como ya comentó Foodwatch en su momento, no tiene sentido justificar el aumento del nivel límite de exposición a la neurotoxina en peces grandes reduciéndolo en los peces pequeños, sobre todo porque los límites en los peces grandes ya son elevados. Hay que recordar que el Comité Mixto FAO/OMS recomienda que el contenido de metilmercurio por kilo de pescado no supere los 1’6 microgramos por kilo de peso corporal y por semana. Los valores propuestos por la CE se alejan de estas recomendaciones que tienen el cometido de proteger al feto y a los niños menores de tres años.
Para poder comercializar legalmente estas especies que superan en muchos casos los niveles actuales de la neurotoxina, la solución de la CE es incrementar los valores permitidos, a sabiendas de que esta decisión no casa con las recomendaciones proporcionadas por las agencias de salud. Pero aquí hay algo que no tiene sentido, la recomendación generalizada por las agencias de salud, es la de consumir especies pequeñas de peces, a fin de aprovecharse de los beneficios que brinda el pescado para la salud y minimizar la exposición al metilmercurio. Entonces, ¿de qué modo este cambio de valores facilitará la comercialización? En opinión de algunos expertos, la CE juega con la ignorancia y el desconocimiento, a pesar de las recomendaciones que se brindan sobre este tema, estas especies grandes son muy consumidas y existe gran demanda, por lo que descartar ejemplares por superar los valores permitidos de la neurotoxina es un inconveniente para el mercado.
En esta campaña se recogen firmas que acompañarán a un correo electrónico que será enviado a Vytenis Povilas Andriukaitis, Comisario Europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, en el escrito se hace un llamamiento para que no se lleve a cabo el aumento de la tasa de mercurio en el pescado, solicitando, además, que se reduzcan las emisiones de mercurio de forma sistemática por aplicación de las medidas establecidas en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio (Pdf). Foodwatch explica que la exposición de los consumidores a un elemento como el mercurio, que supone un riesgo para la salud, no puede aumentarse bajo ninguna circunstancia.