Hoy hemos preparado un plato de pasta muy sencillo pero delicioso, en parte, inspirados en esta receta del chef Grant Achatz, únicamente por preparar la salsa de mantequilla que impregna la pasta fresca rellena. Aprovechando que en navidades hicimos mantequilla de trufa negra, y que todavía nos quedaba una poca, la hemos utilizado para unos girasoles rellenos de espárragos. El resultado, exquisito, y el tiempo para cocinar el plato, irrisorio, pues prácticamente esta salsa es lo único que hay que hacer, además de introducir la pasta en agua hirviendo unos minutos.
No dudéis en preparar este plato cualquier día que queráis disfrutar de un buen plato de pasta fresca, teniendo en cuenta que, aunque en esta receta utilizamos pasta rellena de espárragos, también queda muy bien con una pasta rellena de setas o de queso, por ejemplo. Sobre la mantequilla de trufa, posiblemente la podéis comprar hecha, y si tenéis la trufa negra fresca, pues podéis incorporarla laminada, en el último momento, sobre la mantequilla fundida y lista para incorporar la pasta. Seguro que resolvéis un plato para chuparse los dedos simplemente tomando la idea de nuestra Pasta rellena de espárragos con mantequilla de trufa.
Ingredientes (4 comensales)
- 500 gramos de pasta rellena de espárragos
- 50-60 gramos de mantequilla de trufa
- 100 gramos de agua
- 4 puntas de espárragos verdes frescos
- c/n de sal
- c/n de pimienta negra recién molida
- c/n de perlas de guindilla (opcional)
- c/n de perlas de vinagre balsámico (opcional).
Elaboración
Pon una olla con abundante agua a calentar para cocer la pasta. Cuando rompa a hervir añade la sal y la pasta rellena. Cuécela el tiempo que indique el paquete, e intenta que en el momento en el que esté hecha, la salsa de mantequilla esté también lista.
Mientras el agua para la cocción de la pasta se calienta puedes preparar la salsita de mantequilla de trufa, simplemente pon en una sartén amplia (para que después quepa la pasta) la mantequilla troceada un poco fina y el agua. Añade también las puntas de espárragos verdes limpias y abiertas por la mitad longitudinalmente, y un poco de sal.
A medida que la mantequilla trufada se vaya fundiendo, ve haciendo bailar la sartén para que vaya emulsionando, si es necesario ayúdate de unas varillas. Deja evaporar un poco de agua para crear una salsita brillante. Retira los espárragos y reserva.
Cuando la pasta rellena esté hecha, procurando que esté en su punto para que no se pase y no se rompa, escúrrela y pásala a la sartén. Con cuidado, dale la vuelta a cada pieza para impregnarla de la mantequilla trufada.
Acabado y presentación
Sirve en los platos los girasoles de espárragos (o la pasta que hayas elegido), espolvorea un poco de pimienta y coloca en el centro, de forma armónica las puntas de espárrago. Reparte también las perlas si lo deseas, las de vinagre balsámico contrarrestarán la sensación de grasa en boca de la mantequilla, las de guindilla proporcionarán un sutil toque picante y además, una textura más. Para terminar, adereza con la salsa de mantequilla que haya quedado en la sartén. Este plato no espera a nadie, así que a la mesa y ¡buen provecho!