Ya hace bastante tiempo que se sabe que la calidad de la leche de las vacas está condicionada por el trato que reciben los animales y por su alimentación, aunque no hace tanto que se realizan estudios científicos sobre este tema, que avalen lo que ya sabían ganaderos y consumidores. Podemos recordar, por ejemplo, un estudio desarrollado por un grupo de investigadores del Nafferton Ecological Farming Group en el año 2008, en el que se concluía que las vacas que pastan libremente proporcionan una leche de mayor calidad.
Sobre el tema se han seguido realizando nuevas investigaciones, hoy conocemos un estudio desarrollado por expertos de la Universidad Colegio Cork y Teagasc (Autoridad de Desarrollo de la Agricultura y la Alimentación de Irlanda), en el que se concluye que se obtienen mejores productos lácteos si las vacas comen pastos verdes. Se trata de una evidencia científica que pone en valor la importancia del “carácter verde” de la alimentación del ganado, para poder disfrutar de leche y mantequilla con mejores propiedades nutricionales y cualidades organolépticas.
Según comentan los investigadores, la mayoría de las vacas del mundo (haciendo alusión a las de producción industrial) son alimentadas en cautividad y con pienso y pastos secos, nada que ver con los pastos verdes con los que se alimenta prácticamente todo el ganado de Irlanda. En la investigación, que forma parte de un amplio programa de colaboración desarrollado por el Centro de Investigación Moorepark Teagasc, y el Instituto de Microbioma APC, se ha constatado que las vacas alimentadas con pastos verdes producen una leche con un mayor contenido en grasas, proteínas y caseína, destacando que el contenido en grasas saludables es significativamente mayor que en la leche de las vacas de producción industrial recluidas en establos.
Estas diferencias nutricionales se pueden apreciar en el producto final, la mantequilla que se obtiene tiene una mejor apariencia, calidad, sabor y color, algo que también se ha corroborado a través de un panel de cata. Con respecto a su contenido nutricional, se destaca un nivel más elevado de ácido linoleico conjugado (CLA c9-t11) y Beta-caroteno, el carotenoide más abundante en la naturaleza y el más importante para la dieta humana, que brinda a la mantequilla un color dorado llamativo.
Los expertos explican que los resultados obtenidos en la investigación proporcionan un fundamento científico sobre el que se puede afirmar que los productos lácteos obtenidos a partir de animales que consumen pastos verdes libremente, son de mejor calidad que los obtenidos de vacas recluidas en establos y que se alimentan con otro tipo de productos. Ahora, los expertos plantean realizar otra investigación esperando que los resultados demuestren que los productos lácteos obtenidos de estas vacas, proporcionan una influencia positiva a largo plazo en la salud humana.
Parece evidente que la investigación tiene la finalidad de poner en valor la leche que se produce en Irlanda, pero no hay que olvidar que los resultados que se han obtenido se pueden trasladar a las vacas lecheras de producción ecológica que podemos encontrar en muchos países del mundo. De esta investigación pueden sacar partido los productores ecológicos y poner aún más en valor la calidad de la leche de sus vacas y la de los productos que se elaboran con ella.
Merece la pena retomar la lectura de este post en el que se planteaba la pregunta, ¿cuál es el método de crianza de ganado vacuno más respetuoso con el medio ambiente? La respuesta parece obvia, el sistema ecológico es el más favorable, los animales están más sanos y felices, además proporcionan leche de mejor calidad tal y como concluye el estudio irlandés. Sin embargo, dada la demanda mundial de leche, derivados lácteos y carne, el sistema de pastoreo como el de Irlanda tiene un impacto climático suficientemente elevado como para justificar los esfuerzos que se realizan para intentar limitar la producción láctea.
Irlanda se ha citado como ejemplo en muchas ocasiones por el elevado nivel de gas metano que genera a consecuencia de su producción ganadera, de hecho, una buena parte de los estudios que se centran en buscar el modo de reducir las emisiones de metano del ganado, han sido desarrollados por investigadores del país. Se ha propuesto utilizar aceite de pescado, un nuevo suplemento denominado 3-nitrooxypropanol (3NOP), ingeniería genética para obtener ganado que produzca menos metano, etc.
En definitiva, se ha puesto en valor la leche que produce el país, ahora es cuestión de que se apliquen las posibles soluciones para reducir la producción de metano. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página web del Teagast, y en este otro publicado en la revista científica Journal of Dairy Science.