La EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) ha publicado el informe anual sobre los residuos y trazas de plaguicidas presentes en los alimentos, informe que como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, se da conocer con dos años de retraso debido a que los datos corresponden a las actividades de control y los análisis que se iniciaron en el año 2014, siendo un proceso de gran envergadura y muy complejo.
Los controles se han realizado, como es habitual en Noruega e Islandia, aunque en esta ocasión también ha participado por primera vez Croacia. La EFSA comenta que ha analizado los resultados de casi 83.000 muestras de alimentos (82.649) proporcionadas por los 28 Estados miembros de la UE, en teoría debería haberse nombrado a 29, ya que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) se produjo este año, y los datos obtenidos son de hace dos años. De todos modos, esto no altera los resultados del informe en el que se concluye que el 97% de los alimentos de la UE contienen plaguicidas dentro de los límites legales.
Para la elaboración de este informe, los Estados miembros presentaron los resultados de los análisis que realizaron a partir de un programa desarrollado a nivel nacional, así como un programa coordinado por la Unión Europea en el que todas las autoridades de control alimentario, tuvieron que analizar los mismos alimentos. Se han analizado muestras de todo tipo de productos, procesados y no procesados, como por ejemplo los alimentos agrícolas crudos. La tarea era detectar la presencia de más de 770 plaguicidas, casi 100 más que en el informe que se dio a conocer el año pasado, lo mismo ocurre con las muestras alimentarias, se ha incrementado en algo más de 2.000.
Los resultados obtenidos de los análisis son los siguientes:
El 97% de las muestras analizadas contenían restos de pesticidas dentro de los límites establecidos por la legislación europea. De estas nuestras, un 53’6% eran alimentos libres de residuos cuantificables, y un 43’4% contenía residuos que estaban dentro de las concentraciones permitidas. De las muestras procedentes de los países comunitarios, un 1’6% contenía residuos que superaban los límites legales de forma significativa, es decir, una décima más que en el informe del año pasado.
También se analizaron más de 8.000 muestras de alimentos procedentes de terceros países, alimentos que cada año son sometidos a controles más exhaustivos y cuyos resultados no hacen más que evidenciar que es necesario seguir controlando con más rigor. En este caso, las muestras que superaron los niveles máximos permitidos alcanzaron el 6’5%, hay que tener en cuenta que en el documento dado a conocer el año pasado, el porcentaje fue de un 5’7%, lo que representa el aumento de casi un punto porcentual. En los alimentos de terceros países las cifras bailan año tras año, en el año 2012 el porcentaje de muestra que incumplían la legislación comunitaria alcanzó el 7’5%, en el año 2013 se redujo al 5’7%, ahora los datos del 2014 muestran de nuevo un repunte.
Es interesante recordar que los alimentos de terceros países son los que más alertas alimentarias provocan, por ejemplo, un país que continuamente infringe las normas comunitarias en materia de productos fitosanitarios es Turquía, año tras año es responsable de activar cientos de alertas alimentarias y parece que los toques de atención de la UE son obviados. Un alimento que ha disparado las alarmas continuamente son los limones turcos, de hecho, los limones de este país son considerados un producto de riesgo, por lo que los países miembros aprobaron de forma unánime incluir este alimento en el anexo 1 del Reglamento (CE) nº 669/2009, en él se establece un listado de alimentos y piensos de origen no animal que deben ser objeto de un control oficial más exhaustivo al entrar en terreno comunitario.
En el informe se concluye que en un 91’8% de las muestras de alimentos para bebés, no se detectaron residuos cuantificables de plaguicidas. Un 98’8% de los alimentos ecológicos estaban libres de plaguicidas o contenían restos dentro de los límites legales. Hay que aclarar que según la legislación europea, cuando las plantas no puedan protegerse adecuadamente de las plagas y enfermedades mediante las prácticas habituales de la agricultura ecológica, el reglamento permite el uso de un grupo de plaguicidas y productos fitosanitarios, azadiractina, aceites vegetales, rotenona, piretrinas, lecitina, espinosad, etc.
La EFSA analizó, como cada año, los datos de este informe para evaluar si la exposición actual a los plaguicidas a través de la dieta suponía un riesgo para la salud de los europeos a corto o largo plazo. En los dos casos se ha llegado a la conclusión de que es poco probable que dicha exposición suponga un riesgo para la salud de los consumidores. En el nuevo informe la EFSA, a petición de diferentes partes interesadas, ha incluido con más detalle información sobre los alimentos ecológicos, los alimentos para bebés, e incluso se ha publicado una sección dedicada al glifosato, incluyendo comparativas con los registros de años anteriores. Esto tiene sentido dada la preocupación que tiene una buena parte de la población por el uso del glifosato a raíz del informe del año pasado del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS, en el que se concluía que el glifosato era posiblemente cancerígeno para los seres humanos, de ello hablábamos aquí.
A continuación podéis ver una escueta infografía elaborada por la EFSA sobre cómo Europa supervisa la presencia de los residuos de plaguicidas en los alimentos.
La EFSA comenta que este año se ha mejorado la armonización e integración de los datos que los países miembros han presentado a la agencia, pero se sigue trabajando para mejorar la eficiencia y contar con datos más precisos y fiables. En el informe se ha incluido una serie de sugerencias para que los programas de control de plaguicidas sean más eficientes, en este caso no deberían ser sugerencias, sino una obligación, ya que la EFSA depende de los datos que les facilitan los países.
En definitiva, se puede decir que el informe es similar al del año pasado, salvo por las novedades y por el repunte de la presencia de plaguicidas en los alimentos de terceros países. Podéis conocer todos los detalles del informe a través de la página oficial de la EFSA.
Foto | Michael Stern