Con nuestro pan de centeno, dátiles y semillas hemos preparado este desayuno que repetimos de vez en cuando, aunque con distintos tipos de pan de centeno, pues es de nuestros panes preferidos para desayunar. A veces es pan casero y otras veces es de una panadería cercana que sí elabora pan de centeno integral de verdad, a veces es 100% centeno, otras incorpora un poco de harina de trigo… Pero este no es el tema, puesto que cada uno de vosotros, si queréis probar este desayuno saludable, podréis hacer o comprar vuestro pan de centeno favorito.
También debemos decir que esta Tostada de pan de centeno con queso, moras y albahaca no la hacemos más a menudo porque nos gusta mucho más con las moras silvestres que recogemos en su temporada, las moras de cultivo ya veis como son, suponemos que también las habéis probado, enormes, faltas de aroma y sabor, pero de vez en cuando… Y bueno, acompañadas con un pan casero como este ¡ganan mucho! Esperamos que os animéis a probar este sencillo desayuno, porque además de rico, es nutritivo y se prepara en pocos minutos.
Ingredientes (Por persona)
- 1 rebanada de pan de centeno y semillas artesano
- 1 c/s aprox. de speisequark
- un puñado de moras (la cantidad varía según el tamaño)
- unas hojas de albahaca fresca
- 1 c/s de sirope de ágave o miel.
Elaboración
Corta las rebanadas de pan necesarias y tuéstalas un poco en la plancha, en el horno o en la tostadora, donde prefieras o te guste más el resultado.
Retira el suero del queso quark espeso para que no se agüe, lava seca y corta las moras si son muy grandes, sin son pequeñas no hace falta. Escoge hojas de albahaca pequeñas o pícalas si son grandes, pero hazlo justo en el momento de presentar el desayuno.
Unta cada tostada con el speisequark (es un queso muy bajo en grasas) y a continuación coloca las moras repartidas por toda la superficie. Si las pones enteras, presiona ligeramente para que se queden pegadas con el queso y así no se muevan cuando se va a comer.
Reparte las hojas de albahaca, sin excesos para que no sea demasiado poderoso su sabor en cada bocado, o sí, según el gusto del comensal. Para terminar, riega con una cucharada de sirope de ágave o de miel.
¡Buen provecho!