Según una encuesta independiente encargada por Greenpeace sobre los hábitos de consumo de pescado y marisco en España, Grecia e Italia, una gran parte de las personas que consumen pescado lo prefieren sostenible y no les importa pagar más por ello. Según los resultados de la encuesta online, los consumidores de estos tres países quieren contribuir en la protección de los océanos mediante cambios en los hábitos de compra y consumo.
En el caso de los españoles, hasta el 61% de los encuestados contestaron en favor de los productos pesqueros sostenibles, a un 51% no le importaría pagar entre un 5% y un 10% más por un pescado capturado con artes pesqueras que contribuyen a proteger el medio ambiente marino y el 10% restante afirma que pagarían un 20% o más por el alimento sostenible. Greenpeace comenta que el comportamiento de los consumidores está regido por la situación actual de un mercado insostenible que ofrece especies en temporada y fuera de ella, procedentes de la explotación de los caladeros.
Claro, que la mayoría de los encuestados manifiesta que tiene poca información sobre los productos pesqueros que adquieren, pero si contaran con la información oportuna, a través del comportamiento de compra y consumo podrían contribuir en la protección de los océanos. En este sentido cabe destacar que es importante que los consumidores puedan conocer los métodos de pesca, ya que sería el único modo de poder evitar consumir pescado que se ha capturado con técnicas que son agresivas con el medio marino.
Desde finales del año 2014 está en vigor una normativa de etiquetado de la Unión Europea en la que se especifica cómo deben ser etiquetados los productos de la pesca y de la acuicultura para los consumidores, en el etiquetado se debe incluir el método de captura o pesca a fin de facilitar que los consumidores tomen decisiones informadas y responsables a la hora de comprar pescado. Pero siendo realistas, no son muchas las personas que se preocupan por este tema, lo primero que miran es el precio, siendo uno de los principales factores que condicionan una compra. Quizá la población que tenga un cierto poder adquisitivo y se preocupe por los temas ambientales, esté más predispuesta a pagar más por los productos pesqueros sostenibles.
Al respecto, merece la pena retomar la lectura de este post en el que nos hacíamos eco de una investigación desarrollada por Klaus Grunert, profesor de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), en la que se concluía que el precio y el valor nutricional de los alimentos están por encima de la sostenibilidad. El investigador asegura que hasta que los problemas medioambientales no sean más graves en el contexto alimentario, los consumidores (al menos la mayoría) no tendrán en cuenta la información ética y medioambiental de los alimentos.
Son muchos los investigadores y expertos que aseguran que sólo los modelos de pesca 100% sostenibles, tienen la capacidad de garantizar un futuro y continuidad para las especies que habitan en los océanos y con las que se abastece la humanidad. Consumir pescado procedente de los Monster Boats, barcos de pesca capaces de capturar hasta 350 toneladas de pescado en un sólo día, sin realizar distinción de especies y arrasando con todo lo que se encuentra en los fondos marinos, es el modo más insostenible de consumo que nos podemos encontrar.
Volviendo a los resultados de la encuesta sobre el consumo de pescado y marisco sostenible, en los tres países, las especies más populares son precisamente las que sufren la elevada presión pesquera a través de la sobreexplotación, un ejemplo es la merluza. Si los consumidores redujeran la compra de merluza y se centrarán en la que ha sido capturada de forma sostenible, jugarían un papel muy importante en la protección de los recursos marinos, y especialmente de la merluza. Merece la pena añadir que además del sistema de pesca, hay que tener en cuenta la temporada y el lugar en el que se ha capturado (proximidad), es necesario que los pescados se comercialicen con un etiquetado correcto y que proporcione información que permita realizar compras informadas e inteligentes.
Parece ser que, según los resultados, los consumidores saben muy poco de los productos marinos que adquieren y consumen, menos del 10% busca la forma en que el pez fue capturado, sólo 2-3 de cada 10 consumidores buscan en el origen del producto, a pesar de que muestran una preferencia por el pescado local o nacional. A la hora de realizar la elección, se valora especialmente la frescura, el precio y el sabor, se puede decir que este resultado coincide con la investigación de la que os hemos hablado de Klaus Grunert.
En España e Italia se ha incrementado el consumo de pescado en los hogares, algo que se atribuye al aumento de la importación de productos pesqueros que tienen precios muy competitivos y que no reflejan su elevado coste medioambiental. Se destaca que en Grecia el consumo de pescado ha disminuido en los restaurantes, pero no precisamente por la conciencia medioambiental, sino por la crisis económica que está atravesando el país.
Para los consumidores, el concepto de sostenibilidad no está muy claro y eso se traslada a las decisiones de compra, pero la mayoría de los encuestados considera que el nuevo etiquetado de la UE (el que entró en vigor a finales de diciembre de 2014) les permitirá tomar decisiones más sostenibles. Por otro lado, los consumidores creen que este etiquetado debería instaurarse en los restaurantes para poder tomar decisiones más coherentes. En la encuesta se refleja que los consumidores tienen predisposición a contribuir en la protección de los océanos con sus hábitos de consumo, y manifiestan que no les importaría pagar más, pero hay que diferenciar entre lo que se dice y lo que todos querrían, y la realidad, el precio es el principal condicionante y esas intenciones que se muestran en la encuesta no se ven reflejadas en los datos de venta de pescado y marisco.
Greenpeace comenta que a pesar de que más del 85% de las poblaciones de peces están sobreexplotadas en el mar Mediterráneo, en el mercado comunitario destacan los marisvos y pescados que han sido capturados de forma no sostenible, utilizando métodos de pesca destructivos que limitan inevitablemente las opciones de consumo. La organización ecologica anima a todas las personas a que sean parte de la solución para preservar los océanos, para ello deben exigir de forma gradual un modelo justo de mercado que respete el medio ambiente marino, que aumente la trazabilidad y premie a las personas que pescan de forma sostenible. Merece la pena recordar que Greenpeace lanzó esta guía para elegir pescado de temporada, una herramienta que resultará de gran utilidad para poder conocer y elegir pescado y realizar un consumo responsable.
Podéis conocer todos los detalles de la encuesta facilitada por Greenpeace a través de este enlace (Pdf).