Hace un par de meses podíamos saber que Arla Foods, la séptima mayor compañía de productos lácteos del mundo, cambiaba su política para promover la alimentación libre de transgénicos entre los ganaderos que le abastecen de leche. La compañía explicó que pagaría el sobrecoste que conlleva alimentar a los animales con alimentos sin transgénicos, compensando a los productores con un céntimo de euro por kilo de leche, incremento que en teoría pretendía trasladar a los consumidores, ya que según los estudios de mercado, éstos están dispuestos a pagar un poco más por lo que conlleva alimentar a los animales con este tipo de alimentación.
Hay que decir que esta decisión se tomaba a partir de las solicitudes de los minoristas alemanes de adquirir productos lácteos de vacas alimentadas con piensos libres de transgénicos. Pues bien, a este tipo de iniciativas se van sumando otras empresas, la cadena de supermercados de descuento Lidl anunció que a partir de este mes, en todos los establecimientos de la cadena situados en Alemania, empezaría a comercializar su marca de leche Milbona con la certificación libre de transgénicos “Ohne Gentechnik”, certificación que proporciona la VLOG (Asociación Alemana de Alimentos sin Ingeniería Genética) y en la que también ha participado el Ministerio Alemán de Alimentación y Agricultura respaldando la acción.
La cadena minorista se ha convertido en la primera cadena de supermercados alemana en obtener la certificación libre de transgénicos para la leche de marca privada. Lidl se compromete con la comercialización de alimentos libres de transgénicos ante la creciente demanda de consumidores que quieren productos alimentarios que no estén relacionados con las materias primas transgénicas. Ha anunciado además que en septiembre empezará a comercializar dos variedades de queso (emmental y Wisenländer) con el sello que certifica que están libres de transgénicos, es decir, que las vacas que producen la leche no se han alimentado con piensos u otros alimentos transgénicos.
A diferencia de Arla Foods, Lidl explica que no va a incrementar el precio de sus productos con la certificación sin transgénicos, a pesar de que ha anunciado que compensará a los productores por el sobrecoste que conlleva alimentar a los animales con soja no transgénica. En Alemania se están realizando cambios que agradecen los consumidores, como ya hemos comentado, muchos no quieren saber nada de los transgénicos y piden alimentos que se hayan obtenido sin su implicación. Otros minoristas alemanes, como la cadena de supermercados Rewe Group, el segundo mayor minorista alemán, o Edeka, la mayor red de comercio minorista en Alemania, también han manifestado estar a favor de utilizar soja tradicional y evitar la soja transgénica.
El año pasado Rewe Group, que además de en Alemania tiene presencia en otros 11 mercados europeos, explicaba que había iniciado conversaciones con sus cadenas de suministro para que los productos de marca propia, como carnes, huevos o leche, pudieran comercializarse como libres de transgénicos. Hay que destacar que cinco de los diez mayores procesadores lácteos de Alemania cuentan con la licencia que otorga la Asociación Alemana de Alimentos sin Ingeniería Genética, uno de los directivos de esta asociación explica que está hablando con otros tres procesadores para poder otorgarles la certificación, lo que induce a pensar que en poco tiempo todos trabajarán con proveedores de leche que no utilizan soja o alimentación transgénica para los animales.
Como podemos leer aquí, más empresas alimentarias se suman a este tipo de iniciativas, es el resultado de la presión que ejercen los consumidores, en cuestión de pocos años los minoristas de Alemania comercializarán sus productos con la certificación correspondiente. Claro, que dado que crece la demanda de soja no trasngénica, el precio de este producto desde su país de origen, por ejemplo Brasil, se ha incrementado de forma significativa.
La razón es que inicialmente, la mayoría de los compradores no se interesaron por la soja tradicional, por lo que los productores de países como Brasil se decantaron por el cultivo de soja transgénica, y ahora la soja no transgénica tiene una producción limitada. Pero esto es algo en lo que ya se está trabajando desde hace tres años, ya que se está presionando para que Brasil aumente la producción de la soja no modificada genéticamente para poder proporcionar mayor estabilidad a los mercados y adquirir materias primas a un menor coste.
Muchos minoristas de Europa van a tener que tomar ejemplo de Alemania, sobre todo porque cada vez más consumidores europeos exigen alimentos libres de transgénicos. Lidl ha realizado muchos cambios y ha evolucionado para asegurar la calidad en todos los pasos a lo largo de la cadena de producción y suministro, la intención es posicionarse como uno de los minoristas referente que intenta satisfacer los deseos y necesidades de los consumidores, al menos en Alemania.