En la percepción del sabor y la calidad de los alimentos todo influye, el etiquetado, el color del envase, su diseño, el precio, etc., los expertos en marketing sensorial explican que hay que tener en cuenta todos los detalles para que un producto triunfe, un simple error de formato, tamaño o color, entre otras cosas, puede provocar el rechazo por parte de los consumidores. Ejemplos en la industria hay muchos, se puede citar el cambio de formato que hizo Cadbury en su marca de chocolatinas con leche Dairy Milk, recibió multitud de quejas de los consumidores asegurando que el sabor había cambiado a pesar que lo único que se cambió fue el envase.
Hoy conocemos una investigación realizada por expertos de la Universidad Tecnológica de Delft en la que se añade una variable que hasta ahora no habíamos tratado, afirman que un envase respetuoso con el medio ambiente mejora la percepción de la calidad del producto y los consumidores quizá estarían dispuestos a pagar más por él. Como dato adicional, en esta investigación se constató que los consumidores percibían de mejor calidad aquellos productos cuyo envase era de color verde, esto es algo que ya vimos en esta investigación realizada por expertos de la Universidad de Cornell.
En este nuevo estudio se prueba la influencia del envasado sostenible en la percepción de la calidad de los productos alimenticios, anteriormente se había analizado la influencia de la sostenibilidad de un producto alimenticio, pero no la que ejerce el envase. Para las empresas alimentarias la calidad de un producto es un factor reconocido como muy importante de competitividad, puede aumentar la cuota de mercado y la rentabilidad, pero es necesario que el producto se acompañe de otros atributos como los descritos al principio, formato, color, precio… y también se ha de tener en cuenta el carácter sostenible del envasasado.
En una primera parte del estudio participaron 132 consumidores que debían calificar la sostenibilidad del envase con sólo verlo, para ello se les mostraron dos formatos de envases que contenían chocolate y pasas. El envase sostenible tenía una apariencia de cartón reciclado, el convencional era un envase de plástico blanco, en ambos formatos se utilizaron las mismas etiquetas, descriptivas, imágenes, etc. La mayoría de los participantes del estudio consideraron que el producto envasado en cartón reciclado era más respetuoso con el medio ambiente, pero además, a la hora de valorar la calidad de las pasas o el chocolate, a pesar de ser el mismo producto, se consideró que el que estaba contenido en el envase sostenible era de mejor calidad.
En una segunda parte del estudio participaron 127 personas que debían examinar cuatro paquetes de café, cuyos envases tenían una apariencia modificada para manipular la sostenibilidad que se podría percibir. El café se presentó en un envase convencional y en un envase reciclable, ambos formatos se mostraron en color verde o blanco, además, algunos envases incluían un logotipo de agricultura ecológica. El café con un envase respetuoso con el medio ambiente se percibió como de más calidad que el envasado con el formato convencional, es decir, se obtuvo el mismo resultado que en la primera parte del estudio. Sin embargo, el envase no tuvo efecto alguno si en él se encontraba la etiqueta de agricultura ecológica, es decir, el envase sostenible no tiene impacto alguno en la calidad percibida cuando aparece una identificación reconocible como el sello de agricultura ecológica.
Según leemos aquí, rediseñar los envases con alternativas más sostenibles puede aumentar el número de consumidores que se decanten por el producto, ya que lo perciben como de más calidad, por lo que se trata de una estrategia que además de ayudar al medio ambiente, contribuiría a incrementar las ventas. Durante los últimos años la venta de productos sostenibles y ecológicos no ha dejado de crecer llegando a duplicarse en la última década, lo que muestra el interés y las inquietudes de los consumidores. Algunas empresas, conscientes de ello, renuevan el envase de sus productos para que sea más respetuoso con el medio ambiente, sabiendo que es algo que quieren los consumidores, este estudio muestra que la razón es que los alimentos se perciben con más calidad.
Merece la pena recordar que el año pasado hablábamos de esta investigación en la que se concluía que consumir alimentos producidos éticamente ofrece una satisfacción moral que tiene un impacto mesurable en el disfrute del sabor, se podría decir que los resultados se trasladan al mundo de los envases. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Food Quality and Preference.
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