Hoy conocemos un informe realizado por la organización Oxfam Internacional en el que se pone de manifiesto que los alimentos básicos provocan un enorme impacto ambiental. Sólo la producción de soja, arroz, maíz, aceite de palma y trigo, generan más emisiones de gases de efecto invernadero que los producidos de forma individual por casi cualquier país del mundo, salvo Estados Unidos y China.
Hablamos de la producción de sólo cinco alimentos, por lo que la huella de carbono de todo el conjunto de productos alimentarios básicos es enorme, así que Oxfam advierte que es necesario que la industria alimentaria se esfuerce y trabaje para reducir el nivel de emisiones de una forma drástica, ya que de lo contrario no se podrán cumplir las metas propuestas en el acuerdo alcanzado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrado en París a finales del año pasado.
Oxfam comenta que el mencionado acuerdo marcó un avance importante en la lucha contra el cambio climático, pero queda mucho por hacer para lograr reducir la emisión de gases de efecto invernadero. La organización considera que el sector de la industria alimentaria debería liderar los próximos avances que se realicen para cumplir los compromisos climáticos planteados en la cumbre de París, para poder limitar a 1’5º C el calentamiento global. En este informe se identifican las emisiones generadas por los suelos agrícolas como un importante factor que contribuye al cambio climático. Cita como ejemplo el metano que se genera en los campos de arroz o el óxido nitroso procedente del uso de fertilizantes como algunos de los contaminantes de impacto que se producen en suelos agrícolas.
En conjunto, estas emisiones son tan perjudiciales para el medio ambiente como las que produce la deforestación con el propósito de crear nuevas tierras de cultivo, precisamente uno de los focos de las políticas climáticas de la industria durante los últimos años. La industria alimentaria es responsable de aproximadamente el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, por lo que estamos hablando de uno de los mayores contribuyentes e impulsores del cambio climático. Oxfam calcula que de las 10 mayores empresas de alimentos y bebidas, dependen unos 100 millones de pequeños agricultores de todo el mundo, cuando estos sufren las consecuencias de los desastres climáticos, los agricultores y sus familias se ven obligados a vender sus posesiones y están en peligro de caer en la pobreza y el hambre.
Claro, que estos datos ya los conocíamos, recordemos que en el año 2014 Oxfam presentó un informe en el que se denunciaba que las grandes compañías alimentarias tomaban pocas medidas para luchar contra el cambio climático, destacando que las 10 principales empresas de alimentación y bebidas generaban tanta contaminación como el país número 25 que más gases de efecto invernadero produce. Junto al informe, la organización también ha presentado una herramienta online que ilustra la huella ambiental de 17 materias primas que se producen en el mundo, cada una de ellas se acompaña de información sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, el nivel de producción y la escasez de agua.
En esta herramienta aparecen los siguientes alimentos: soja, maíz, aceite de palma, trigo, caña de azúcar, patatas, cacao, plátanos, cocos, tomates, frutas cítricas, café, té, piñas, manzanas y fresas. Al seleccionar uno de estos alimentos, se muestra un mapa en el que se destaca la zona de mayor producción anual de gases de efecto invernadero, los países que más cultivan estos alimentos y dónde se sufre la mayor escasez de agua. Los datos sobre la huella del carbono de cada alimento se ofrecen a nivel mundial y a nivel regional. Podemos comprobar que los alimentos que tienen una huella más elevada de gases de efecto invernadero por tonelada producida son la soja y el coco en América latina, el café en Asia y Oceanía, y el cacao en Asia, Oceanía y África.
El arroz es, con diferencia, el alimento que se coloca a la cabeza de los productos que más emisiones contaminantes generan a nivel mundial, la soja se sitúa en segundo lugar con una huella del carbono que duplica la generada por el aceite de palma. Claro, que también hay que decir que la industria relacionada con el aceite de palma es la que más esfuerzos está realizando para reducir su impacto ambiental, al respecto merece la pena retomar la lectura de este post en el que hablábamos sobre el ranking de las compañías alimentarias más concienciadas con el uso de aceite de palma sostenible. Este ranking confeccionado por Greenpeace muestra aquellas compañías alimentarias con mayor conciencia sobre la necesidad de usar aceite de palma que se haya producido de forma sostenible.
En el informe Oxfam elogia a aquellas empresas que están trabajando para reducir el impacto de las emisiones contaminantes en la cadena de suministro, pero también pone de manifiesto la necesidad de alcanzar metas concretas basadas en la ciencia para cada cadena de suministro. El mensaje que se lanza al sector de la producción alimentaria es que es necesario duplicar los esfuerzos que se están realizando para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a cualquier materia prima, esta debe ser la meta.
Al final de este informe se proporcionan una serie de conclusiones y consejos en relación a los objetivos marcados en la cumbre sobre el Clima de París. Hubiera sido interesante que además de los cultivos, Oxfam hubiera tratado el tema de la producción de carne, otro de los alimentos que contribuyen en la emisión de gases que favorecen el calentamiento global. Recordemos que algunas investigaciones, como la realizada por Chatham House, concluía que el apetito por la carne es un importante motor del cambio climático, ya que el sector ganadero contribuye en el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a las emisiones generadas por todos los vehículos del mundo.
En este estudio se apuntaba la necesidad de realizar un cambio en la dieta consumiendo menos carne para cumplir los objetivos climáticos. Pues bien, si el sector agrícola no acomete los cambios necesarios para reducir el enorme impacto ambiental que generan, de poco va a servir que se reduzca el consumo y producción de carne, ya que sustituiríamos este alimento por otros a los que se asocia un elevado nivel de gases de efecto invernadero, es decir, desvestiríamos un santo para vestir a otro.
A través de este enlace (Pdf) podréis acceder al nuevo informe de Oxfam y sacar vuestras propias conclusiones.
Foto 1 | IAEA Imagebank
Foto 2 | United Soybean Board