Hace unos días podíamos saber que la corporación estadounidense General Mills anunciaba que etiquetaría todos sus productos con el etiquetado transgénico para que los consumidores pudieran ejercer su derecho a saber qué es lo que comen y cómo se ha producido. Mientras se implanta esta etiqueta, la corporación anunciaba que ponía en marcha en su página web una sencilla herramienta de búsqueda de productos que informaba sobre la presencia de materias primas modificadas genéticamente. Esta decisión ha sido muy bien recibida y aplaudida, considerándose una gran victoria para los consumidores.
Pues bien, continúa el goteo de grandes compañías que deciden dar a conocer a los consumidores si utilizan transgénicos en sus productos, a Campbell y a General Mills se suma Mars, una compañía que elabora todo tipo de alimentos y que se considera la sexta mayor compañía de capital privado en Estados Unidos. Mars anuncia que utilizará el etiquetado transgénico, todos aquellos alimentos que contengan materias primas modificadas genéticamente serán identificados a través de las etiquetas alimentarias. Para la GMA (Grocery Manufacturers Association), Asociación de Fabricantes de Alimentos de Estados Unidos, es un nuevo varapalo, antes o después deberán aceptar la nueva realidad y deberán liberar esta información que ha sido tan solicitada por los consumidores.
En este artículo de la página web de Mars, la compañía da a conocer su posición con respecto a los alimentos transgénicos, comenta que tiene dos principales preocupaciones, fabricar y comercializar alimentos que cumplan con los más altos estándares de calidad y seguridad alimentaria, y satisfacer las necesidades de sus clientes, ya que su éxito depende de ellos. La compañía asegura estar comprometida con la transparencia para con sus clientes, por lo que deben saber qué es lo que contienen los alimentos que comercializan.
Mars explica que en el año 2014 el Estado de Vermont fue el primero de Estados Unidos en aprobar un proyecto de ley para etiquetar los alimentos modificados genéticamente, ley que entrará en vigor en julio del presente año. Para poder cumplir con esta nueva ley, la compañía ha decidido adoptar la misma decisión que General Mills, el etiquetado será aplicado a nivel nacional, ya que etiquetar explícitamente para un sólo Estado supondría un incremento del coste de los productos, algo que se puede evitar con esta solución. De nuevo se muestra que este tipo de etiquetado no va a incrementar el precio de los alimentos como han estado argumentando las compañías alimentarias que estaban en contra de dar a conocer esta información.
La compañía cree firmemente que las materias primas transgénicas con las que se elaboran algunos de sus productos son seguras, argumenta que los alimentos desarrollados con biotecnología se han estudiado ampliamente, se han valorado y juzgado por un amplio abanico de agencias reguladoras, investigadores, profesionales de salud y otros expertos del mundo. Con ello explican que van a seguir utilizando estas materias primas, pero con la diferencia de que a partir de ahora van a informar a los consumidores sobre la presencia de transgénicos para que decidan según criterio y opiniones.
Compañías como General Mills explican que el cambio de etiquetado no supone un inconveniente, de hecho, cada cierto tiempo se cambian formatos de envase, etiquetados y otras cuestiones relacionadas con el marketing, por ello no van a cobrar más por los alimentos que comercializan. Recordemos que en el año 2014, un estudio independiente desarrollado por Jerry Greenfield, experto en marketing alimentario, concluía que etiquetar los alimentos transgénicos no supondría un incremento de precios. El experto explicaba que agregar un par de palabras o un logo identificativo en la etiqueta de un producto no podía suponer un incremento del coste de la cesta de la compra.
Jerry Greenfield comentaba que los cambios en las etiquetas de los productos tienen un impacto prácticamente insignificante sobre el precio de un producto. Apuntaba que los cambios son una constante en la industria alimentaria y se hacen por miles de razones, por marketing, por actualización de la apariencia de la marca, por la inclusión o supresión de nuevos ingredientes, o por la puesta en marcha de alguna legislación que obligue a incluir una determinada leyenda, por todos estos cambios los consumidores no sufrimos ningún incremento en el precio de los productos.
Environmental Working Group (EWG) comenta en este artículo que la compañía Coca Cola es una de las más firmes opositoras al etiquetado de los alimentos transgénicos. Esta compañía acaba de lanzar un nuevo etiquetado para Coca Cola Light que hará que cada envase de 33 centilitros sea único bajo el eslogan “es mío”. Esta es una tecnología costosa y no provoca un incremento en el precio de la bebida, sin embargo, la compañía ha invertido millones para evitar el etiquetado transgénico y ha argumentado en varias ocasiones que encarecería el precio de los productos, esto delata claramente que no son ciertas sus afirmaciones y que son otros los motivos por los que no quiere que los consumidores puedan ejercer su derecho a saber.
Como anteriormente, la EWG comenta que los representantes políticos deberían secundar lo que han hecho estas compañías respetando el deseo de los estadounidenses, cada vez está más próxima la legislación a nivel nacional que obligue a identificar los alimentos que contengan materias primas transgénicas.