La corporación estadounidense General Mills ha anunciado que no puede etiquetar los productos alimenticios que fabrica para un solo Estado, recordemos que en unos meses entrará en vigor la nueva legislación del Estado de Vermont (Estados Unidos) en la que se exige identificar los alimentos que contienen materias primas transgénicas. Por ello, ha decidido utilizar el etiquetado transgénico de forma voluntaria a nivel nacional, en poco tiempo los consumidores podrán saber qué productos de las marcas propiedad de General Mills contienen materias primas modificadas genéticamente.
Según la corporación, etiquetar explícitamente para un sólo Estado supondría un incremento del coste de los productos, algo que se puede evitar aplicando el etiquetado a nivel nacional. General Mills explica que otros Estados del país quieren también promulgar este tipo de etiquetado, a esto se suma el deseo mayoritario de los consumidores de saber más sobre los alimentos que consumen y las continuas discusiones en Washington para poner en marcha una legislación sobre este tema, haciendo referencia al Proyecto de Ley denominado H.R 1599 o Ley del Etiquetado de Alimentos Seguros y Precisos (conocido popularmente como Dark Act o Ley Oscura del etiquetado de los alimentos transgénicos).
Si se supone que los transgénicos no son una preocupación para la salud o la seguridad, al menos así lo consideran las agencias de salud y seguridad de muchos países del mundo, ¿por qué negar el etiquetado? Esto sólo contribuye a generar mayor desconfianza a los consumidores, pues se niega el derecho a saber qué es lo que comen y cómo se ha producido. Así, mientras se sigue debatiendo en Washington para encontrar una solución, la corporación alimentaria ha decidido poner en práctica lo que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses ha estado solicitando durante los últimos años.
Esta decisión ha sido bien recibida y aplaudida por la EWG (Environmental Working Group, Grupo de Trabajo Ambiental), considerando que es una gran victoria para los consumidores y recordando que este tipo de etiquetado no es una especie de advertencia para el consumidor, incluso existen estudios que demuestran que esta información no será interpretada de este modo y tan sólo informará para que los consumidores con preocupaciones ambientales puedan tomar decisiones informadas a la hora de comprar. Esta investigación se presentó el año pasado en la conferencia anual de la Agricultural & Applied Economics Association (AAEA), en ella se concluía que no existían evidencias de que la actitud ante los alimentos transgénicos cambiaría de forma positiva o negativa por el hecho de etiquetar los productos del mercado que contienen materias primas modificadas genéticamente.
EWG recuerda que nueve de cada diez estadounidenses quieren ejercer su derecho a saber si los alimentos que consumen contienen transgénicos, del mismo modo que lo pueden saber los consumidores de 64 países del mundo donde sí se identifican estos alimentos. Esta organización espera que el Congreso de Estados Unidos adopte una solución nacional, una decisión coherente sobre el etiquetado transgénico que satisfaga a la industria alimentaria y a los consumidores.
Por otro lado, y según leemos aquí, General Mills ha puesto en marcha una herramienta sencilla de búsqueda en su página web para proporcionar información sobre los ingredientes transgénicos presentes en los productos que elabora y comercializa en Estados Unidos y que podéis conocer aquí. En esta página la corporación explica que cree que los consumidores tienen derecho a saber y por ello van a proporcionar la información requerida, además explica qué son los alimentos transgénicos y qué dicen de ellos las agencias y organizaciones como la EFSA, la OMS, la FAO, etc. La corporación explica que no ha cambiado su opinión acerca de la seguridad y beneficios que ofrecen los alimentos modificados genéticamente, considerando que esta decisión de dar a conocer qué productos los son, le beneficiará a corto y medio plazo.
Posiblemente esta decisión haya provocado discrepancias en el sector de la industria alimentaria que se opone a revelar la información, el paso dado por General Mills podría suponer un revulsivo para que otras empresas hagan lo mismo y al final se logre instaurar la etiqueta que identifica a los alimentos transgénicos en todo Estados Unidos. La EWG comenta que si las grandes empresas como General Mills y Campbell (empresa que tomó una decisión similar hace un par de meses), están aceptando que esto es lo que los consumidores quieren, los representantes políticos deberían secundar lo que han hecho estas compañías respetando el deseo de los estadounidenses.
Por cierto, la GMA (Grocery Manufacturers Association), Asociación de Fabricantes de Alimentos a la que pertenecen compañías como PepsiCo, BASF, Bayer Cropscience, Dow Agrosciences, Nestlé, Coca Cola, Dupont Conagra, Syngenta, Kellogg’s o Monsanto, entre otras, declara que sus miembros se encuentran ahora entre la espada y la pared, no ha sentado nada bien que empresas que pertenecen a esta asociación como General Mills, haya decidido de forma individual cómo va a cumplir con la ley de Vermont.
Foto | JeepersMedia
1 comentarios
El uso del etiquetado, coincido, en que es un gran representante de la transparencia empresarial. Puede que sea perjudicial para la empresa, pero las pérdidas no serán tan grandes, como si no lo pusiese. Muchas gracias por compartir esta noticia.