Con el título Not Just Tuna, se ha puesto en marcha una campaña de Greenpeace para cambiar la industria del atún, concretamente la campaña tiene como cometido intentar cambiar el modo en el que trabaja Thai Union Group, empresa que se considera la mayor del mundo dedicada a las conservas de atún, representando el 44% de los ingresos fruto de su actividad. Hay que decir que también tiene un importante nicho de mercado con otros productos, como por ejemplo las gambas, representando un 24% de su volumen de negocio.
Según Greenpeace, Thai Union Group permite las prácticas de pesca destructivas como el palangre o el arrastre pelágico, dos de las técnicas más insostenibles que se pueden utilizar para las capturas. En el caso de las redes de arrastre pelágico, se capturan tortugas, cetáceos, delfines y otros animales marinos, provocando un grave daño a su hábitat. Merece la pena recordar que recientemente Greenpeace España publicó la Guía del Atún 2015, una guía que tiene como cometido ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas a la hora de comprar atún enlatado, para que contribuyan en la protección de los océanos.
Esta guía informa sobre 14 marcas que comercializan atún en nuestro país y que han sido evaluadas por Greenpeace. Para esta organización es importante que se sepa cómo y dónde se ha pescado el atún, qué controles se llevan a cabo para garantizar que no llega a España ningún producto relacionado con el atún capturado de forma ilegal y por qué es tan importante la trazabilidad, en este caso os recomendamos leer este post que habla sobre la importancia de la trazabilidad, siendo la única forma de poder realizar un seguimiento en un laberinto muy complejo en el que los alimentos cambian de manos y países continuamente.
Thai Union Group es el centro de atención de la campaña Not Just Tuna, la razón es que se ha asociado a abusos laborales que atentan contra los derechos humanos, los trabajadores son explotados, maltratados y obligados a trabajar en los barcos durante meses o años. Merece la pena recordar que el año pasado una investigación realizada por periodistas de la publicación digital The Guardian, ponía al descubierto los problemas que sufrían los trabajadores tailandeses dedicados a la pesca, obligados a trabajar durante años bajo amenaza de violencia extrema y sin recibir ninguna retribución económica, de todo ello hablábamos aquí.
A pesar de todo lo ocurrido durante el último año en Tailandia al destaparse los problemas asociados a la pesca ilegal y a las condiciones laborales de los trabajadores, parece ser que Thai Union Group continúa permitiendo que se lleven a cabo las prácticas de pesca destructivas como las antes citadas, que se siga abusando de los trabajadores y que se lleve al borde de la extinción a algunas especies de atún. Por todo ello se realiza esta campaña a nivel global, en la que se pide a la empresa que cambie su modelo de trabajo y que marque diferencias, convirtiéndose en un modelo a seguir.
Se hace un llamamiento para que se rechacen las prácticas ilegales relacionadas con la pesca del atún, para conseguir que esta industria sea justa, sostenible y pueda proseguir su actividad en las próximas décadas. Greenpeace invita a todos aquellos consumidores preocupados por el bienestar del ecosistema marino, a sumarse a la firma de una petición en la que se solicita a Thai Union Group que encabece el cambio en los métodos de pesca del atún y de otros productos marinos para que imperen la transparencia, la sostenibilidad y la trazabilidad, siendo el único camino para ayudar a las personas, a los océanos y a disfrutar de un futuro pesquero sostenible y duradero.
De momento y tras 10 días de campaña, ya se han sumado más de 211.000 personas a la petición, si queréis formar parte de ella, tan sólo tenéis que acceder a esta página, proporcionar vuestro nombre, correo electrónico y firmar.