Según un nuevo estudio publicado en la revista científica Environmental Research Letters sobre el desperdicio alimentario, de todos los países de la Unión Europea, los consumidores del Reino Unido son los que más alimentos tiran a la basura. El estudio ha realizado una revisión de los datos de seis investigaciones sobre el desperdicio alimentario realizados en Alemania, Finlandia, Dinamarca, Rumanía, Países Bajos y el Reino Unido, no se utilizaron estudios de otros países comunitarios porque los expertos argumentaron que o bien no se encontraron, o sus datos y conclusiones no eran fiables.
Anteriormente, y según comentan los expertos, se han realizado estudios a gran escala, pero no se ha profundizado en el desperdicio de alimentos a nivel doméstico. Según los datos obtenidos, en los hogares del Reino Unido se desperdician unos seis millones de toneladas de verduras, frutas y cereales que en su mayoría se podrían aprovechar, lo que supone una media de entre 80 y 110 kilos por persona. A nivel general se calcula que se podría evitar el desperdicio del 80% de los 22 millones de toneladas de alimentos que se calcula que se tiran a la basura en los hogares de los países comunitarios, lo que supone una media estimada de 97 kilos por persona y año.
Mientras los consumidores del Reino Unido tiran una media de entre 80 y 110 kilos de alimentos a la basura, en otros países como Dinamarca, Alemania o los Países bajos se tira una media de entre 40 y 60 kilos de alimentos por persona y año, la diferencia es bastante notable. Parece ser que los alimentos mencionados son los que más se desperdician debido a su corta vida útil.
En esta investigación se pretendía cuantificar los recursos de agua y nitrógeno que se desperdician en la UE como resultado del desperdicio alimentario, aunque los alimentos citados son los que más se tiran a la basura, los expertos apuntan que la carne que se tira (menor cantidad aunque importante) es el alimento que más contribuye a la pérdida de los recursos de agua y nitrógeno, la razón es sencilla, la producción de carne utiliza muchos más recursos que el resto de alimentos citados, aunque el desperdicio no sea tan significativo, el impacto es mayor en términos de pérdidas.
Sobre la pérdida de recursos provocada por la carne, merece la pena retomar la lectura de este post, en él podíamos conocer las conclusiones de Jeremy Rifkin, un licenciado en economía, sociólogo, escritor y activista estadounidense, que investiga el impacto de los cambios científicos y tecnológicos en la sociedad, la economía y el medio ambiente. Jeremy Rifkin asegura que la carne es el alimento menos eficiente para alimentar a la humanidad, y por ello aboga por un modelo alimentario más coherente y sostenible sin evitar los alimentos obtenidos de los animales, es decir, reducir el consumo de carne y otros productos derivados. Con ello no sólo se aprovecharían mejor los recursos, también mejoraría la salud y se haría frente al cambio climático.
Hay que tener en cuenta que se han utilizado los datos de 6 de los 28 países miembros de la Unión Europea, por lo que si se pudiera contar con estudios fiables aportados por todos los países comunitarios quizá la cifra resultante podría abrumarnos. El pasado mes de julio el Parlamento Europeo instó a los países comunitarios a reducir el desperdicio de alimentos, recordemos que se pretendía prohibir por ley que los supermercados de la Unión Europea tiraran a la basura la comida, de ello hablábamos aquí. Esta medida se planteó a raíz de la reglamentación instaurada en Francia recientemente, en la que se prohíbe que los supermercados tiren comida obligándoles a llegar a acuerdos con organizaciones humanitarias para donar los alimentos próximos a caducar, ya que de lo contrario se enfrentarían a cuantiosas multas e incluso a penas de prisión de un máximo de dos años.
El nuevo estudio no hace más que mostrar que es necesario llevar a cabo diferentes acciones para intentar reducir el desperdicio de alimentos y por ende, el desperdicio de recursos, los expertos explican que hay muchas maneras de reducir el volumen de alimentos, abogan por la educación en las escuelas como una medida muy importante, cambios en las políticas que llevan a cabo los gobiernos, las empresas alimentarias y la propia Unión Europea.
Algo que preocupa mucho es la situación económica familiar, pues según es estudio tiene un gran efecto sobre el desperdicio de alimentos, cuando la situación es favorable la alimentación tiende a ser una parte menos importante en los gastos diarios de los hogares, lo que provoca el incremento de los alimentos que se tiran a la basura por varias razones, aquí debe entrar en juego la educación y la concienciación. Aquí explican que en aquellos países en los que la población tiene una economía más deprimida, el desperdicio de alimentos es muy reducido.
Para los expertos es positivo que este tipo de desperdicios sean evitables, eso quiere decir que se puede hacer algo al respecto, pues que se haga ya, está en manos de todos. A través de este enlace (Pdf) podréis conocer con detalle la investigación llevada a cabo.
Foto 1 | Jeanne Menjoulet & Cie