El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado que planea revisar y actualizar el sistema de evaluación de los transgénicos con el propósito de crear un sistema alimentario más transparente, en el que además parece que se incluye el etiquetado obligatorio de los alimentos transgénicos, según comenta EWG (Environmental Working Group). Actualmente nadie está satisfecho con la regulación de los alimentos modificados genéticamente, ni la organización sin ánimo de lucro EWG (Grupo de Trabajo Ambiental) que se dedica a la protección de la salud humana y del medio ambiente, ni la Organización de la Industria Biotecnológica (Biotechnology Industry Organization), asociación que representa a las empresas que se dedican al desarrollo de la biotecnología.
Son dos organizaciones con intereses muy diferentes, pero coinciden en la necesidad de actualizar la política que rige las evaluaciones de seguridad en plantas, microorganismos y animales que se desarrollan a partir de la ingeniería genética. La Oficina de la Casa Blanca de Política Científica y Tecnológica puso en marcha en el año 1986 el Marco Coordinado para la Regulación de la Biotecnología con el objetivo de garantizar la seguridad de los alimentos modificados genéticamente, la última actualización de esta regulación se realizó en el año 1992, es obvio que se deba revisar dados los avances y cambios que se han producido desde ese año.
La Casa Blanca considera que la complejidad del conjunto de reglamentos y documentos de orientación desarrollado por las tres agencias federales con jurisdicción sobre productos de la biotecnología, la EPA (Agencia de Protección Ambiental), la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos) y el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), puede hacer que sea difícil que el consumidor entienda cómo se evalúa la seguridad de los productos biotecnológicos, así como los procesos que se llevan a cabo para la regulación de los alimentos transgénicos. Se pretende desarrollar una estrategia a largo plazo para asegurar que el sistema estará preparado para la evaluación de los nuevos productos biotecnológicos que se desarrollen en el futuro.
Según la Casa Blanca, el objetivo del esfuerzo que se va a realizar es mejorar la confianza pública en el sistema regulatorio, mejorar la previsibilidad, la coordinación, la transparencia y la eficiencia del sistema de regulación biotecnológica. El plan de trabajo a seguir es el siguiente:
Se actualizará el marco coordinado entre las tres agencias citadas, aclarando qué funciones y responsabilidades tiene cada una en el proceso regulatorio, así mismo se definirá cómo deben trabajar de forma coordinada las agencias para regular los nuevos productos modificados genéticamente. La administración elaborará una estrategia a largo plazo a fin de garantizar que el sistema de regulación federal estará preparado para evaluar de forma eficaz los riesgos asociados a los productos biotecnológicos. Se desarrollarán nuevas herramientas para ayudar a las pequeñas empresas que se dedican a la biotecnología y se mejorará la comunicación sobre las actividades regulatorias. También se llevará a cabo un análisis independiente del futuro de los productos desarrollados a partir de la biotecnología por parte de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina.
En estos cambios se tiene en cuenta la opinión del público, el Gobierno reconoce que es muy importante su participación en este proceso, por ello se llevarán a cabo sesiones de participación pública en diferentes regiones de Estados Unidos, la primera se celebrará en Washington el próximo otoño. Pero no se dice nada del etiquetado transgénico tal y como ha apuntado Environmental Working Group.
Lo cierto es que es necesaria desde hace tiempo la reforma de un sistema que se considera obsoleto y con muchos errores y lagunas, así lo considera uno de los responsables de Environmental Working Group’s, además indica que es un ejemplo más de por qué resulta necesario un etiquetado de los alimentos transgénicos con carácter obligatorio, le recuerda al Presidente Barack Obama que en el programa electoral del año 2007 manifestó su intención de poner en marcha un etiquetado obligatorio de alimentos transgénicos. También se le pide que se posicione y deje claro que rechazará el Proyecto de Ley apodado ‘Ley Oscura’, que tiene como objetivo bloquear cualquier iniciativa para etiquetar los alimentos modificados genéticamente en cualquiera de los Estados del país, así como bloquear los intentos de cualquier agencia o administración del país con el mismo objetivo, de todo ello hablábamos aquí.
El tema es bastante complejo, hay que decir que quienes están a favor de los alimentos modificados genéticamente consideran que la ingeniería genética está excesivamente regulada, se testan los nuevos alimentos transgénicos de forma inadecuada ralentizando el proceso de investigación, además este tipo de regulaciones son un gran obstáculo que impide a las nuevas empresas innovar, y como añadido, se indica que no se hace prácticamente nada por incrementar la confianza de los consumidores. Esto es una contradicción, si quieren aumentar la confianza y aseguran que los alimentos transgénicos son seguros, ¿por qué no quieren etiquetar los alimentos modificados genéticamente?, quienes están en contra consideran que la regulación es muy insuficiente y que ya es hora de realizar los cambios que demanda la población estadounidense.
El Gobierno de Obama va a tocar algo que nadie ha tocado en 30 años, los cambios tardarán en aplicarse y se intentará contentar a ambos bandos. Quizá uno de los temas que generen más polémica es la decisión que se adopte sobre el etiquetado transgénico, según leemos aquí, la semana pasada más de 125 empresarios enviaron una carta al Presidente de Estados Unidos dándole las gracias por su liderazgo en las cuestiones alimentarias, pidiéndole su apoyo para la puesta en marcha de una norma que establezca la obligación del etiquetado de los alimentos modificados genéticamente, aunque hay que decir que este punto es algo oscuro y dudamos que se trabaje para una ley federal que obligue al etiquetado. Podéis conocer más detalles del comunicado de la Casa Blanca a través de este artículo.
Foto | James Almond