Todavía está pendiente que la FDA (Food and Drug Administration) dé a conocer su veredicto sobre el salmón transgénico de AquaBounty Technologies, en varias ocasiones se ha anunciado su inminente aprobación (la última a finales del año 2013), por lo que se convertiría en el primer animal transgénico para consumo humano. La tardanza ha provocado todo tipo de críticas, para algunos científicos es algo inconcebible que la FDA permita que el salmón y la empresa que lo ha desarrollado permanezcan tantos años en un limbo regulatorio.
Este grupo de investigadores, en el mes de septiembre del año pasado presentó una carta al Presidente de Estados Unidos solicitándole que diera un toque de atención a la Agencia de Medicamentos y Alimentación, a fin de que tomara de una vez por todas una decisión sobre el salmón transgénico de AquaBounty Technologies. Estos investigadores argumentaban que la FDA basa sus decisiones en la política y en la opinión pública en vez de en la ciencia, y una prueba de ello es el caso del salmón modificado genéticamente, de ello hablábamos aquí. Pues bien, ahora se han dado a conocer una serie de estudios que quizá terminen paralizando la aprobación del salmón, o lo mantengan durante mucho más tiempo en ese limbo regulatorio. Una evaluación realizada por investigadores del Gobierno canadiense, ha encontrado nuevos problemas con el salmón transgénico relacionados con su bienestar y su rendimiento.
En un informe de Fisheries and Oceans Canada (Agencia de Pesca y Océanos de Canadá) se explica que el salmón modificado genéticamente es más susceptible que el salmón salvaje a la Aeromona salmonicida, una bacteria patógena que provoca todo tipo de problemas de salud afectando gravemente a las diferentes poblaciones de salmónidos. Para la agencia canadiense esto plantea problemas de salud pública y problemas ambientales que la FDA no había considerado. Pero hay más, también se constata que el crecimiento de estos salmones modificados genéticamente disminuye drásticamente, por lo que se pone en duda la finalidad con la que fue modificado genéticamente.
Recordemos que los salmones transgénicos contienen un gen que evita que dejen de crecer con la llegada del invierno y el cambio de temperatura de las aguas, este gen pertenece a otra especie que habita en aguas más frías y que posibilita al salmón seguir creciendo, el resultado es un salmón que como mínimo crece hasta dos veces más rápido que un salmón tradicional, alimentándose los dos de forma similar. Gracias a esta modificación un salmón transgénico puede ser hasta cuatro veces más grande que un salmón tradicional. La agencia canadiense apunta que la variedad de salmón muestra un rendimiento muy variado, la tasa de crecimiento es inconsistente, por lo que se deduce que el gen que fue insertado no funciona de una forma predecible, algo que plantea interrogantes acerca de su durabilidad, seguridad y viabilidad comercial.
Por estas razones, la agencia canadiense solicita a la agencia estadounidense que suspenda sus evaluaciones y posible veredicto favorable, considera que la FDA ha realizado su trabajo de evaluación de la tecnología de AquaBounty Technologies con una fe ciega, delatando que no ha ponderado todos los problemas de seguridad que encierra el salmón. A todo esto hay que añadir otras cuestiones, como por ejemplo el descubrimiento de una planta de producción de la empresa biotecnológica en Panamá, operando sin los permisos legales requeridos y que están relacionados con la seguridad del medio ambiente. Además hay que citar un problema mecánico que hubo en una piscifactoría de la empresa como consecuencia de una tormenta y que provocó la pérdida de salmones.
Según los expertos, la FDA ha realizado una evaluación de riesgos inadecuada y no se relaciona con la realidad, se acusa a la FDA de anteponer los intereses de la industria biotecnológica a los intereses de los consumidores y la seguridad medioambiental, y eso que todavía no ha dado un veredicto. El proyecto canadiense de evaluación de riesgos se inició en el año 2013 y hace poco que se ha dado a conocer, podéis leer el informe a través de este enlace (Pdf).
A todos los problemas citados, hay que añadir que los consumidores, los productores de salmón tradicional, los grupos ambientalistas e incluso cadenas de supermercados, están en contra del salmón transgénico, recordemos que se creó una campaña con la finalidad de obtener un compromiso para no comercializar este salmón por parte de los principales minoristas del país. Los resultados de la evaluación canadiense se suman a otros que determinan que el pescado modificado genéticamente no ofrece ningún beneficio para la acuicultura y en cambio puede provocar muchos problemas, tanto de salud como ambientales. La pregunta por tanto es, ¿por qué se empeña la FDA en seguir analizando el caso del salmón transgénico que tantos riesgos encierra?
Seguramente no tardaremos mucho en conocer la reacción de AquaBounty Technologies y posiblemente, como ya ha realizado en otras ocasiones, emita un comunicado defendiendo su producto. Sobre la FDA, posiblemente siga como hasta ahora, en absoluto silencio. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en Friends of the Earth.