El año pasado un grupo de parlamentarios franceses presentaba una propuesta legislativa cuya finalidad era luchar contra el desperdicio de alimentos, en ella se solicitaba que los supermercados y grandes superficies donasen los alimentos próximos a caducar pero todavía aptos para comer, a bancos de alimentos y organizaciones benéficas. En esta propuesta también se apuntaba que estos alimentos no se podrían comercializar a un precio rebajado del 50% como han hecho algunos centros hasta la fecha. Pues bien, ha pasado casi un año desde que se presentó esta propuesta y ahora el Parlamento del país la ha aprobado.
La propuesta fue presentada por el anterior Ministro de Agricultura Guillaume Garot, en ella se determina que los alimentos deberán ser aprovechados sea para donación, para la alimentación animal, para elaborar compost para la agricultura o para producir energía. Los supermercados franceses que cuenten con una superficie superior a 400 metros cuadrados, deben firmar contratos con organizaciones humanitarias para la donación de alimentos antes de principios de junio de 2016, de lo contrario, los responsables de los establecimientos se enfrentarán a multas de 75.000 euros y una pena de prisión de menos de dos años.
La Federación Francesa de Comercio y Distribución considera que se trata de un grave error que la medida sólo se aplique a los grandes supermercados, ya que su actividad apenas representa el 5% del desperdicio total de alimentos. Por esta razón se considera que los grandes supermercados están en el punto de mira de esta nueva legislación de una forma muy desproporcionada. Por otro lado, también argumentan que estos establecimientos son los primeros en cuanto a donaciones de alimentos y más de 4.500 supermercados tienen firmados acuerdos con las organizaciones humanitarias para la donación de alimentos.
Según explica el Ministerio francés de Medio Ambiente, los franceses tiran a la basura entre 20 y 30 kilos de comida cada año, lo que representa un desperdicio calculado de entre 12.000 y 20.000 millones de euros al año. Esta nueva ley es una de las medidas que se adoptan en el marco del plan de reducción de desperdicios de alimentos iniciado en el año 2012, con el objetivo de lograr reducir hasta un 50% el desperdicio alimentario en Francia para el año 2025.
Otra medida que se pretende adoptar en la lucha contra el desperdicio de alimentos es la inclusión de un plan de responsabilidad social y ambiental en el programa educativo de los niños para que en un futuro sean adultos responsables y reduzcan el desperdicio alimentario. Según leemos aquí, E.Leclerc, una cadena de hipermercados principal competidor de Carrefour, comenta que es una ley coherente, pero hay que fijarse en la otra parte, es decir, las organizaciones que se van a encargar de recoger los alimentos, considera que hay que poner en marcha un plan para poder ayudar a estas organizaciones para que tengan el espacio que necesitan para almacenar los alimentos, así como los camiones para el transporte o los refrigeradores para poder conservar estos alimentos donados.
En su momento ya comentábamos que la aprobación de esta ley provocaría que los bancos de alimentos y organizaciones humanitarias estarían sometidos a una elevada presión financiera, muchos no disponen de los medios necesarios para almacenar más comida. ¿Quién pagará estos gastos adicionales que ocasionarán los nuevos locales, camiones, cámaras frigoríficas, etc.? Dado que es un plan del Gobierno para luchar contra el desperdicio alimentario, lo coherente habría sido incluir en la nueva legislación un paquete de ayudas para que estas organizaciones pudieran hacer frente a la nueva situación. Pero claro, esto supone un gasto considerable, se lanza la propuesta de ley, pero se obvian los problemas que puede provocar.
Algo que no se ha materializado en este plan para legislar las donaciones de alimentos en el país es el diálogo entre los bancos de alimentos, el Gobierno y las grandes superficies y supermercados, obviamente no parece haberse considerado el efecto de la nueva legislación en las partes, sobre todo en quienes reciban los alimentos. De todos modos, y aunque se habla de que en Francia se prohíbe por ley que los supermercados tiren comida, aún quedan algunos pasos para que se instaure definitivamente, el próximo martes se deberá votar su aprobación en la Cámara Baja del Parlamento y posteriormente pasará al Senado.
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