Ayer se presentó una demanda colectiva en California contra algunos de los principales productores vinícolas de Estados Unidos por comercializar sus vinos con un elevado nivel de arsénico, las muestras analizadas contenían hasta cinco veces la cantidad máxima de arsénico permitida por la EPA (Agencia de Protección Ambiental), establecida en 0.010 ppm (partes por millón) por litro de agua, a fin de proteger a los consumidores de los efectos a largo plazo de este elemento. Recordemos que sobre los efectos del arsénico en la salud se han realizado varios estudios que concluyen que una elevada ingesta de este elemento químico puede provocar daños cromosómicos, en otras investigaciones se ha demostrado la relación que tiene con el cáncer.
En Estados Unidos apenas existen requisitos a nivel federal sobre el etiquetado del vino, es decir, no aparece en la etiqueta lo que contiene el vino, esta es la razón por la que un laboratorio de Denver empezó a trabajar para desvelar qué es lo que contenían los vinos más populares que se comercializan en el país. Los resultados muestran que algunos vinos contienen niveles realmente elevados de arsénico, de las 1.300 botellas de vino analizadas, una cuarta parte superaba la cantidad máxima de arsénico establecida por la EPA. Además se ha hallado otra relación, los vinos más económicos son los que más arsénico contienen.
Con las pruebas en mano se intentó contactar con algunas de las empresas vinícolas que habían elaborado los vinos analizados para preguntarles por el contenido de arsénico en sus vinos, parece ser que ninguna quiso contestar zanjando de inmediato la conversación. Una vez se recabaron los datos y preparado el informe, se llevó a un bufete de abogados que se encargó de preparar la demanda colectiva que afecta a 24 empresas vinícolas y algunas empresas distribuidoras. Hay que decir que las pruebas para determinar el nivel de arsénico se han realizado en dos laboratorios independientes y los resultados han sido prácticamente idénticos.
En muchas muestras de vino el contenido de arsénico superaba entre 2 y 5 veces el límite recomendado por la EPA, pero se han llegado a encontrar muestras que contenían hasta 50 ppm, un nivel significativamente elevado que encierra enormes riesgos para la salud por su consumo a largo plazo. Los expertos aclaran que aunque el contenido pueda parecer muy reducido, hay que tener en cuenta que el arsénico es altamente tóxico. Evidentemente el estudio se basa en los límites determinados en el agua potable, pero la misma regla se debería aplicar a otras bebidas como por ejemplo el vino. El Gobierno Federal del país no regula el vino del mismo modo que regula el agua, este punto ha servido para que una de las compañías demandadas, The Wine Group, el tercer mayor productor de vino del mundo con sede en California, explique que no sería exacto o responsable aplicar la normativa estándar del agua en el vino y la razón argumentada es que se bebe más agua que vino.
Este es un argumento de poco peso, no importa el tipo de líquido o alimento, no se debe condicionar el nivel de arsénico al patrón de consumo, además es posible que algún consumidor pueda beber de forma habitual más vino que agua. Otro argumento que pretende hacer frente a la demanda es el hecho de que el contenido en arsénico del vino estadounidense es la mitad del contenido máximo permitido de este elemento para el vino canadiense, establecido en 100 ppm. Si te riges por la legislación estadounidense no puedes justificarte con la legislación de otro país, en todo caso habría que regirse por una recomendación a nivel mundial como la que proporciona la OMS (Organización Mundial de la Salud), que establece el máximo permitido en 0,01 ppm.
Según la legislación californiana, las empresas están obligadas a advertir a los consumidores cuando sus productos contienen un elemento químico que puede provocar problemas de salud a largo plazo, como es el caso del arsénico, además el máximo tolerable de este elemento en California es el mismo que proporciona la EPA. El Instituto del Vino, una asociación de enólogos, explica que la industria del vino ya proporciona las oportunas advertencias a través de las tiendas minoristas, esta es una información confirmada, pero para muchos no es suficiente y de nuevo se retoma la reglamentación, todas las bebidas deben cumplir la normativa aplicada al agua.
La industria enológica debería averiguar de dónde procede el arsénico presente en los vinos, pero de momento, debería identificarse en las etiquetas que los vinos contienen arsénico. La industria argumenta que no existen investigaciones que demuestren que la cantidad de arsénico presente en el vino sea un riesgo para la salud de los consumidores, además esta noticia preocupa al sector y por eso se ha dado a conocer que aunque no existen límites establecidos en Estados Unidos, las exportaciones de vino que se realizan a la Unión Europea contienen valores por debajo del máximo permitido según la legislación comunitaria. Esto nos podría hacer pensar que pueden controlar el nivel de arsénico y que dependiendo a donde se destine el vino tiene más o menos contenido de este elemento químico.
Se considera que esta demanda contra los productores de vinos estadounidenses con un elevado nivel de arsénico que hemos conocido a través de este artículo del periódico digital CBS News, es una campaña de publicidad irresponsable realizada por la parte litigante, y podría hacer creer a los consumidores que el vino no es seguro. Seguramente este tema dará que hablar, pronto tendremos nuevas noticias al respecto.
Foto 1 | Sharon Mollerus
Foto 2 | Lee Edwin Coursey