Según Annie S. Anderson, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud de la Universidad de Dundee (Escocia), la principal estrategia para reducir el consumo de azúcar en la población es reduciendo su contenido en los alimentos que elabora la industria alimentaria, algo bastante complicado. La experta considera que la industria está jugando con el contenido de azúcar de sus productos, es poco significativa la reducción que se realiza en la formulación, muchos alimentos y bebidas siguen teniendo un valor muy elevado de azúcar y esto puede restar valor a las estrategias más básicas que se llevan a cabo.
La industria alimentaria debe reducir el contenido de azúcar en los alimentos, es necesario que vuelva a formular los productos y sin que se produzca un incremento de las grasas. Estos comentarios los realiza la experta a raíz de los consejos proporcionados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), indicando que se debería reducir el consumo de azúcares agregados en 25 gramos, la mitad de lo que anteriormente recomendaba. La OMS explicaba que si el consumo de azúcar no superaba el 5% del total de calorías ingeridas al día (unas seis cucharillas de café), se apreciarían beneficios significativos en la salud de la población.
El actual contenido de azúcar en alimentos y bebidas actualmente no puede cumplir esta recomendación, por ejemplo, una lata de refresco puede contener hasta 10 cucharaditas de azúcar, el doble de la cantidad diaria recomendada. Si a eso le sumamos el resto de alimentos y bebidas que contienen azúcar, la ingesta es muy elevada. Incluso si se reformularan los productos para que la cantidad de azúcar no superara la recomendación de la OMS, la suma de los alimentos y bebidas ingeridos arrojaría un valor que lo superaría, de todos modos se consumiría mucho menos azúcar que actualmente.
La experta explica que una persona en el Reino Unido consume una media de un 15% de las calorías diarias en forma de azúcares añadidos, si a esto le sumamos los azúcares libres la cantidad es realmente elevada, casi se podría hablar de sobredosis de azucares libres y añadidos. Para evitar consecuencias no deseadas, como la ingesta excesiva de calorías, las enfermedades asociadas al abuso del consumo de azúcar, etc., es necesario que los consumidores, las cadenas de suministros de alimentos y todos aquellos operadores implicados en la alimentación, adopten nuevos enfoques sobre la cantidad y consumo de azúcar.
Por otro lado, la experta apunta que los mensajes de marketing relacionados con el menor contenido de azúcar, en aquellos alimentos y bebidas que siguen teniendo un elevado contenido a pesar de la reducción que se haya podido realizar, pueden restar valor a las estrategias más simples que están destinadas a evitar el consumo regular de estos productos. Por poner un ejemplo, podemos citar el compromiso de Coca Cola, Pepsi y otras marcas de refresco en Francia, han acordado reducir el contenido de azúcar en un 5% al menos hasta final del 2015, ese 5% es insignificante teniendo en cuenta que una lata de Coca Cola contiene 35 gramos de azúcar. Al respecto os recomendamos leer el post sobre la campaña contra las bebidas azucaradas que se llevó a cabo en Australia y que nosotros titulamos ‘¿A que no te comerías 16 paquetes de azúcar? entonces, ¿por qué te los bebes?’
No se le puede dar bombo a una reducción insignificante de azúcar en los refrescos, además se supone que el Gobierno francés conoce las recomendaciones de la OMS, por lo que el Ministerio de Agricultura del país no debería haber aceptado esa reducción haciendo creer a los consumidores que las bebidas serían más saludables. Para la experta actualmente la estrategia a seguir para evitar la excesiva ingesta de azúcar es evitar el consumo de repostería, bollería, refrescos y todos aquellos alimentos que contengan demasiado azúcar y sus valores no estén por debajo de lo recomendado por la OMS, al menos hasta que la industria alimentaria no haga un cambio de verdad en la formulación y deje de promocionar reducciones insignificantes. Por último, nos recuerda que en el marco de una dieta saludable, las bebidas endulzadas con azúcar no tienen cabida y su consumo deber ser muy reducido.
Podéis conocer más detalles sobre las declaraciones de Annie S. Anderson a través de este artículo publicado en la revista científica Public Health Nutrition.
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