Como cada año el ISAAA (Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas) da a conocer su informe sobre la situación y crecimiento de los cultivos transgénicos en el mundo, otra vez se habla de un nuevo récord en la producción, en el año 2013 se cultivaron 175 millones de hectáreas, estableciéndose la tasa de crecimiento en un 3%. En el periodo 1996-2013 el crecimiento ha sido continuo y algunos años el aumento de la tasa de crecimiento ha llegado a los dos dígitos, en este periodo se ha multiplicado por más de 100 el número de hectáreas destinadas al cultivo de alimentos modificados genéticamente, pasando de 1’7 millones de hectáreas en 1996 a 175’2 millones de hectáreas en el año 2013.
El informe destaca que los cultivos transgénicos alcanzaron 175 millones de hectáreas en 2013, esto ha sido gracias a que millones de agricultores se decantan por las semillas modificadas genéticamente, se siguen sumando nuevos agricultores persiguiendo la supuesta productividad y rentabilidad que ofrecen. Se destaca además que los agricultores que se aventuran a cultivar este tipo de alimentos repiten, una prueba más de la satisfacción que brinda a los pequeños y grandes productores. Durante los últimos 18 años, millones de agricultores de 30 países del mundo han adoptado los cultivos biotecnológicos y el crecimiento ha tenido un ritmo sin precedentes, considerándose que es la tecnología agrícola que más rápidamente se ha adoptado y expandido por el mundo en la historia reciente.
El ISAAA utiliza este informe como testimonio creíble y convincente de por qué se debe abrazar la biotecnología, es como si quisiera decir que tantos millones de agricultores no pueden equivocarse. Se destaca que los cultivos transgénicos ofrecen todo tipo de beneficios, productividad, rentabilidad, sostenibilidad y seguridad, en este punto se alaban aquellos estudios realizados por organismos competentes que confirman que los alimentos transgénicos son seguros. De los 27 países que cultivaron alimentos modificados genéticamente, 19 eran países en vías de desarrollo y 8 eran países industrializados.
En el ranking de países productores de cultivos biotecnológicos, encabeza la clasificación Estados Unidos con un área de 70’1 millones de hectáreas que comprenden cultivos modificados genéticamente de todo tipo, maíz, soja, colza, azúcar, papayas, etc. En segundo lugar se clasifica Brasil con una superficie de 40’3 millones de hectáreas destinadas al maíz, la soja y el algodón. El tercer puesto es para Argentina, destinó 24’4 millones de hectáreas para cultivar los mismos productos que Brasil.
La India aparece como cuarto productor con una superficie de 11 millones de hectáreas, pero se destinan únicamente al cultivo de algodón modificado genéticamente. El quinto país clasificado en este particular ranking es Canadá, destinó 10’8 millones de hectáreas al cultivo de maíz, soja, colza y remolacha azucarera. Se podía decir que este es el grueso de los países que más recursos destinan a la producción biotecnológica, superando los 10 millones de hectáreas.
China ocupa la sexta posición con 4’2 millones de ha, le siguen Paraguay con 3’6 millones de ha, Sudáfrica con 2’9 millones de ha, Pakistán con 2’8 millones de ha, Uruguay con 1’5 millones ha, Bolivia con 1 millón de ha, Filipinas con 0’8 millones de ha, Australia con 0’6 millones de ha, Burkina Faso con 0’5 millones de ha, Myanmar con 0’3 millones de ha y España con 0’1 millones de ha (esto es discutible, recordemos el post Datos falsos sobre el cultivo de transgénicos en España).
La clasificación continúa con México, Colombia y Sudán con la misma cantidad que España. Con menos de 100.000 hectáreas aparecen Chile, Honduras, Portugal, Cuba, República Checa, Costa Rica, Rumanía y finalmente Eslovaquia. En el mapa podéis ver de forma gráfica la distribución de los países productores de cultivos transgénicos.
En el informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas se destaca que Bangladesh aprobó el año pasado el cultivo de berenjenas transgénicas, este paso se considera importante, ya que puede servir como modelo a otros países pequeños y pobres, para que inicien su carrera en el cultivo biotecnológico. Otros dos países también se han sumado a la aventura, en Panamá e Indonesia se aprobó su producción el año pasado y este año iniciarán la comercialización de sus productos. En el caso de Egipto, los problemas políticos han paralizado la aprobación para el cultivo de transgénicos, se espera que cuando el país se estabilice se sume al resto de países productores. Esto quiere decir que habría que sumar algunas hectáreas más al total, ya que estos países que han iniciado su andadura en la siembra biotecnológica, no han sido incluidos en el mapa.
En el año 2012 unos 17’3 millones de pequeños agricultores sembraron productos transgénicos, en el año 2013 la cifra se ha elevado a 18 millones de agricultores, de ellos, unos 16’5 millones pertenecen a países en vías de desarrollo. Al respecto os recomendamos leer el post Consecuencias del cultivo de transgénicos en los países en vías de desarrollo. Parece ser que China es el país en el que más pequeños agricultores se han embarcado en el cultivo de alimentos modificados genéticamente, le sigue de cerca la India con 7’3 millones de agricultores. En este informe continuamente se ensalzan los supuestos beneficios económicos, la reducción del uso de insecticidas y por tanto, la menor exposición de los agricultores a estos productos fitosanitarios, se ensalza la contribución a un entorno más sostenible y una mejor calidad de vida.
Evidentemente no se habla de problemas, como por ejemplo la resistencia que han generado los insectos a los alimentos transgénicos, o los planes que se desarrollan en cada país para prevenir y frenar la resistencia (eso sí es que se lleva a cabo alguno). Se ensalza como un dato muy positivo que por segundo año consecutivo los países en vías de desarrollo han sido los que más se han esforzado para cultivar alimentos y otros productos transgénicos, quizá se obvia que en esos países la legislación es más precaria, es más fácil influir en los gobiernos y también más fácil «vender la moto» a los agricultores.
En el informe se destaca que se espera que esta tendencia continúe, algo que desmiente lo que declaraban los sectores más críticos de esta tecnología en 1996, cuando aseguraban que los cultivos biotecnológicos serían exclusivamente para los países industrializados y los países en vías de desarrollo no tendrían acceso a ellos. De todos modos, mucho ha llovido desde entonces, el rechazo de muchos países industrializados a este tipo de cultivos ha hecho que las empresas biotecnológicas incrementen sus esfuerzos para introducir sus productos en países con economías más deprimidas.
En el año 2012, una compañía proveedora de materias primas para la industria alimentaria advertía de que cada vez era más difícil encontrar materias primas alimentarias tradicionales, debido a la gran expansión de las materias primas modificadas genéticamente. Ante los datos que nos presenta este informe, es evidente que cada vez va a ser más complicado abastecer a aquellas empresas agroalimentarias que sólo quieren materias primas tradicionales. En definitiva, el avance de los cultivos biotecnológicos es imparable, ¿llegará el día en el que alimentos tradicionales y alimentos ecológicos serán un lujo debido a su escasez?
Podéis conocer el informe detallado sobre el récord de cultivos transgénicos en el mundo accediendo a la página web de la ISAAA.
Foto | UD Carvel REC