Ayer se presentó una iniciativa de la Cofradía de Pescadores Virgen de Guía de Ribadesella, en colaboración con el Ayuntamiento de esta localidad, que nos ha parecido muy interesante, es la creación del sello de Garantía de Frescura y Calidad que otorgará a los restaurantes que compran el pescado en la lonja, esto informará a los clientes de que los productos del mar que se sirven proceden de la rula diaria que realiza esta cofradía.
Esta iniciativa tiene varias finalidades, además de informar a los clientes sobre el origen y la frescura de los pescados y mariscos de los restaurantes que luzcan el sello, fidelizar clientes y aumentarlos, fomentar el turismo gastronómico (en este aspecto potenciado por el plan estratégico de Turismo Marinero con el que organizan visitas guiadas a la lonja y mejoras en la Ruta Histórica del Puerto), fomentar la pesca artesanal, mejorar la economía local, animar a todas las cofradías de la región…
Las artes de pesca utilizadas por la cofradía de Ribadesella son prácticamente las mismas que utilizaban antaño, simplemente mejoradas con las nuevas tecnologías, pero siendo respetuosas con el ecosistema marino. Esto ya es un valor importante, igual que lo es potenciar la actividad económica de una localidad (en Ribadesella y en cualquier localidad), con más beneficios paralelos como el consumo del producto fresco, preservar la tradición gastronómica… en fin, que os vamos a contar, cada vez estamos todos más concienciados de la necesidad de mirar y abrazar a nuestro mercado, de exigir saber lo que comemos, de cuidar nuestro espacio vital.
De momento son nueve los restaurantes que se identifican con el sello de Garantía de Frescura y Calidad creado por la Cofradía de Pescadores Virgen de Guía de Ribadesella, ocho en este municipio y uno de Prado, en Caravia.
Como declaraba en la presentación de esta marca de garantía el director general de Pesca del Principado, está en manos de los restaurantes, la cofradía y el Ayuntamiento que esta iniciativa sea un éxito, y que sirva para que otras cofradías tomen ejemplo y apuesten también por trabajar juntos para fomentar la economía local, el respeto al producto, el mimo a los comensales y la conservación de una cultura gastronómica.
Tener la certeza de que el pescado que se va a consumir en un restaurante ha sido capturado, como mucho, veinticuatro horas antes de ser servido en un plato, actualmente es un lujo para los consumidores en el mundo de la desinformación en el que vivimos. Esperamos que los implicados cumplan con lo que simboliza el nuevo sello y también que esto no impida que comer en uno de estos restaurantes sea accesible a todos los bolsillos.