Con este nombre se define a un utensilio de cocina, aunque en un principio se pueda pensar que hace alusión a un postre muy tradicional en nuestra gastronomía. Pero Lèchefrite es un término francés que procede de lécher, que significa lamer, y frire, que tiene relación con hornear un alimento en grasa caliente.
Lèchefrite, a veces también denominado en francés plat à jus, puede trasladarse a nuestro diccionario culinario como grasera, es decir, el recipiente que utilizamos para recoger los jugos de un asado.
En la foto que ilustra este post, vemos una grasera o lèchefrite antigua, se hacían con distintos materiales, terracota o cobre, muchas veces contaban con un mango largo central y en otros casos con dos pequeñas asas laterales. Estos modelos eran los utilizados para fuego a tierra, y siguen siendo muy útiles en hornos de leña o barbacoas, pero en las cocinas actuales no serían útiles.
Hoy los asados los hacemos en hornos eléctricos (al menos en la mayoría de hogares y restaurantes), por lo que la grasera o lèchefrite es algo tan básico como la bandeja del horno, sea la estándar o cualquier otro tipo de bandeja que podamos poner en el horno bajo la rejilla, en la que se pone la carne o el alimento que se vaya a asar.
La grasera es necesaria para recoger los jugos que va desprendiendo el asado, sea para después formar parte de la salsa del asado, o sea porque queremos desechar el exceso de grasa que pueda surgir de un asado o cuando queremos hacer bacon crujiente y con menos grasa.
También le damos otros usos a la grasera, por ejemplo, cuando hacemos pan casero la ponemos en la base del horno con agua para crear vapor. No vamos a comentar otros usos de la grasera, porque todos los conocéis, aunque si tenéis algún truco o consejo que aportar, siempre será bien recibido por todos.
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