Quizá una cerveza al día no brinde los mismos efectos que ofrece una manzana al día, ya conocéis el refrán: «Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía», además de encontrar los beneficios de esta fruta en el refranero, es un hecho constatado científicamente, sobre todo si se come la manzana con piel, de ello hablábamos en el post Comer manzanas con piel. En lo que respecta a la cerveza, y concretamente algunos de los ingredientes que se utilizan en su elaboración como puede ser el lúpulo, una nueva investigación desarrollada por expertos de la Universidad de Washington, concluye que se podría utilizar en los tratamientos de diabetes y cáncer.
Parece ser que algunos componentes del lúpulo como la humulona o ácido a-lupúlico, un compuesto químico que le otorga el característico sabor amargo a la cerveza, tiene un efecto positivo en determinados tipos de cáncer y diabetes. Por otro lado, se apunta que puede ser eficaz para la reducción de peso o la inflamación. Aunque ya se han realizado pruebas con los ácidos amargos de la cerveza, los investigadores indican que será necesario comprender mejor la estructura química de la humulona para poder desarrollar nuevos fármacos más eficaces para la lucha contra las enfermedades indicadas.
Los investigadores extrajeron el ácido a-lupúlico de la cerveza, posteriormente lo purificaron y lo transformaron en cristales salinos mediante un proceso denominado cristalografía de rayos X, se trata de una técnica en la que los rayos X interactúan con los electrones, el resultado de este proceso da lugar a los cristales con los que se determinará la estructura química de la sustancia. Parece ser que en el proceso de elaboración de cerveza las moléculas de la humulona están dispuestas en una estructura única formando un anillo de cinco átomos de carbono, éstos se pueden configurar en cuatro patrones diferentes, los átomos se pueden disponer por encima, por debajo o a ambos lados del anillo, dependiendo de la estructura el producto farmacéutico resultante es más o menos eficaz.
Al respecto sería interesante retomar la lectura del post El gusto amargo de la cerveza, en él podíamos conocer una investigación desarrollada por expertos de la Universidad Técnica de Munich (Alemania), con la que se logró identificar 56 sustancias diferentes derivadas del lúpulo (Humulus lupulus), planta cuyas flores son las responsables de aportar determinados ácidos para favorecer la actividad de la levadura de la cerveza, proporcionando además las características notas amargas, aromáticas o mixtas.
Anteriormente se habían realizado investigaciones que determinaban los dos primeros patrones citados, pero no se había identificado la lateralidad, parece ser que esta es una variación significativa, cada una de ellas puede ser especialmente efectiva para una enfermedad concreta, ligeras disposiciones en los átomos hacen que la humulona sea eficaz o ineficaz. Los investigadores apuntan que las moléculas deben encajar perfectamente, de lo contrario el fármaco desarrollado no sería efectivo e incluso podría provocar algunos problemas. Un ejemplo que se cita es la denominada enfermedad de la mañana en las mujeres embarazadas, las náuseas y vómitos que aparecen alrededor de la sexta semana de embarazo y principalmente por la mañana. Parece ser que en la década de los 50 se diseñó un fármaco con el ácido del lúpulo para tratar estos síntomas, la disposición incorrecta de los átomos provocó defectos y problemas en los bebés.
Gracias al avance de la ciencia médica, ahora se puede utilizar de forma correcta este componente, determinar qué moléculas se adhieren a un receptor proteínico y conocer los resultados que permiten desarrollar un fármaco concreto, como hemos indicado, cada configuración química se utiliza para una determinada enfermedad. Ahora las investigaciones se centran en conocer con más profundidad las humulonas y determinar otras aplicaciones beneficiosas para la salud a la hora de introducirlas en nuevos fármacos. Con respecto a la cerveza, aquí leemos que los investigadores destacan que el contenido en ácido a-lupúlico es muy reducido por lo que no puede tener un efecto positivo, en cambio si se aíslan y se crea un concentrado, los efectos saludables se constatan.
Con respecto a la cerveza, pues ya sabemos todos los beneficios que ofrece, es un alimento hidratante y muy saludable siempre que se consuma de forma moderada y responsable. A través del artículo ‘Configuración absoluta de los componentes amargos de la cerveza’ publicado en la revista digital Wiley podréis conocer más detalles sobre esta investigación.