Se acaban de aprobar dos nuevas reglas de la irradiación en los alimentos de Estados Unidos, el comunicado lo realizó la FDA (Food and Drug Administration) el pasado viernes, y quienes utilizan la irradiación para mejorar la seguridad alimentaria las reciben con satisfacción. La irradiación es un proceso por el que mediante radiaciones ionizantes como los rayos ultravioletas, rayos gamma de cobalto o rayos X, se eliminan bacterias como la Salmonella o la Escherichia coli O157: H7, una de las cepas más peligrosas, cuya principal vía de infección en seres humanos son los alimentos. La irradiación, también denominada pasteurización fría, es una herramienta cuya finalidad es destruir el ADN celular de las bacterias contenidas en los alimentos, previniendo su reproducción y alargando la vida útil de los alimentos.
Las nuevas normas que se han aprobado permiten la irradiación de carne cruda sin refrigerar, anteriormente sólo se podían irradiar carnes refrigeradas o congeladas, pero tras las investigaciones llevadas a cabo por la agencia estadounidense, se determina que el proceso no encierra ningún peligro para la salud humana en este tipo de alimentos. La segunda regla recoge el incremento de la dosis de radiación ionizante en la carne de aves de corral, una dosis más alta que no encierra peligros según la FDA y que resulta más efectiva para la eliminación de los patógenos. Parece ser que estas nuevas normas son la respuesta a dos demandas que se presentaron en 1999 por el Departamento de Inocuidad de los Alimentos Agricultura y el Servicio de Inspección (FSIS), han sido necesarios 13 años para incluir estas normas.
Claro que las nuevas reglas no han sido muy bien recibidas por algunas asociaciones y organizaciones de consumidores, centros de seguridad alimentaria o fundaciones como Public Citizen, fundación que lucha en nombre de los estadounidenses de a pie, asegurándose de que el gobierno escucha las reclamaciones de la población. Se ha estado solicitando continuamente el rechazo de las dos nuevas reglas, a lo que hay que sumar el rechazo a la regla de irradiación de moluscos. Para la FDA los comentarios recibidos al respecto no contenían información que pudiera ser utilizada en las evaluaciones sanitarias realizadas en la carne de ave irradiada, la agencia ha realizado el mismo comentario en lo que respecta a la irradiación de carne cruda.
El proceso de la irradiación de los alimentos se recibe con desconfianza por consumidores y productores, los consumidores siguen asociando la irradiación a procesos de carácter nuclear que pueden afectar a su salud, también creen que este proceso encarece el precio de los alimentos y además indican que el actual nivel de seguridad alimentaria es más que suficiente como para utilizar técnicas de este tipo. Sin embargo, sería interesante retomar la lectura del post La carne de cerdo en Estados Unidos está contaminada, una investigación selectiva que muestra que las bacterias han desarrollado resistencia a los antibióticos y que están presentes en los alimentos derivados del cerdo que se adquieren en los supermercados. Un segundo post titulado Carne contaminada en Estados Unidos, muestra un estudio más amplio que abarca todo tipo de carnes y delata la presencia de bacterias peligrosas resistentes a los microorganismos en carne de vacuno, cerdo, pollo, pavo, etc. En este sentido, el laboratorio de investigación Translational Genomics Research Institute, mostraba su preocupación.
Este tipo de estudios delata que el nivel de seguridad alimentaria no es tan aceptable y que el riesgo de carne contaminada se incrementa año tras año a juzgar por las investigaciones realizadas. Con respecto a la irradiación de los alimentos, hay que recordar que con este proceso se logra garantizar la eliminación de un 99’99% de los microorganismos y la resistencia a los antibióticos evidentemente no supone un problema. De todos modos hay que apuntar que este no es un proceso milagroso que exime de la práctica y pautas higiénicas habituales, como lavar los productos (en el caso de verduras) antes de su consumo. La irradiación es un proceso que sanitiza y prolonga la vida útil de los productos, pero no son condiciones que se mantengan de forma indefinida.
En Estados Unidos la irradiación alimentaria es competencia de la FDA, la agencia se encarga de regular los aditivos y la irradiación se considera un aditivo alimentario, ya que se trata de un proceso que podría afectar a las características de los alimentos, aunque se ha constatado que no afecta a las cualidades organolépticas ni a su composición. De hecho, la agencia se encarga de analizar la posible toxicidad, la adecuación nutricional y los efectos que produce la irradiación sobre el perfil microbiológico de los alimentos. En los análisis realizados sobre las nuevas reglas de irradiación en los alimentos no se ha detectado aumento de toxicidad en la carne, los productos no han sufrido ningún cambio en su composición nutricional, ni tienen mayor probabilidad de que proliferen otro tipo de bacterias, la conclusión es que el proceso es apto y seguro para la carne cruda sin refrigerar o congelada.
Leemos en Food Safety News que, con respecto a la carne de ave, los nuevos valores utilizados, antes 3,0 kilogray (kGy) ahora 4,5 kGy (unidad de medida que indica el nivel de absorción de radiación), según la agencia son completamente seguros en otro tipo de carnes, por lo que también se puede utilizar en la carne de aves de corral. Ambas reglas han entrado en vigor el pasado 30 de noviembre y como en el resto de alimentos, se obliga a que los alimentos sean etiquetados con el símbolo que identifica que han sido sometidos al proceso. Actualmente la irradiación alimentaria es un proceso que no es bien recibido por los consumidores, pero es posible que en un futuro a medio plazo la percepción cambie y los alimentos irradiados sean los preferidos por su nivel de seguridad.
Claro, que para ello es necesario que se expliquen los procesos, que se identifiquen perfectamente los alimentos irradiados para que los consumidores puedan elegir. En nuestro país, por ejemplo, se importan muchos alimentos irradiados y se comercializan sin la oportuna etiqueta que los identifique, esto es contraproducente y genera aún más desconfianza. Según la legislación actual nacional y europea, es obligatorio que los alimentos irradiados sean identificados con una etiqueta indicando el proceso que han sufrido, algo que no se aplica y que a pesar de ser un sistema beneficioso, incurre en la ilegalidad, de ello hemos hablado en el post Alimentos irradiados en España.