Una espátula es un utensilio de cocina y pastelería muy práctico y versátil, casi imprescindible tanto para uso profesional como para la cocina doméstica, según del tipo de espátula del que hablemos, claro. En esta ocasión nos vamos a referir a la espátula ballena, también denominada de forma más general como espátula de pastelero.
La cuestión es que en pastelería se utilizan muchas y muy variadas espátulas. Básicamente se trata de una hoja larga, plana, lisa y flexible, con un mango de tamaño medio, con estas características encontramos muchos modelos de espátula, con distintos anchos, distintas longitudes, con codo o sin codo, con punta redondeada o recta…
La espátula ballena se caracteriza por ser larga, con una hoja no muy ancha, ésta tiene el perfil abombado de una ballena en la parte más cercana al mango (aunque también la espátula recta es la espátula de pastelero). La finalidad de este utensilio es poder extender uniformemente una crema, mermelada, chocolate o cualquier otro ingrediente con el que se vaya a realizar un relleno o una cobertura.
Su larga hoja permite alcanzar una amplia superficie como la que puede tener un pastel de tamaño estándar, un bizcocho para hacer un brazo o rollo relleno, etc. También nos sirve para despegar las piezas recién horneadas o cocidas de la tela de cocción o del molde, y además como herramienta de corte.
El mango puede ser de madera o algún material plástico, pero la hoja es de acero inoxidable, con los laterales afilados que permiten extender de forma homogénea y fina la crema o glaseado, pero también nos facilita el corte de algunas masas de pastelería o panadería. En un momento dado puede ser más práctico para el pastelero que utilizar un cuchillo.
Dadas estas características es fácil que además de conocerla como espátula de pastelería, se encuentre como espátula cuchillo u otros nombres similares.
Si no disponéis de este utensilio entre vuestros básicos, es fácil encontrarlo en cualquier tienda de menaje de cocina. Su precio puede variar según el tamaño (de unos 12 a 25 centímetros), la calidad y la marca, pero rondará los 15-20 euros.
Se convertirá en imprescindible en el momento en el que se comprueba lo que facilita que el acabado de un pastel sea casi perfecto, o que en dos movimientos tienes extendido un relleno. Y seguro que le encontráis muchas utilidades más, para manipulaciones delicadas de pastelería y cocina, como dar la vuelta a algunas preparaciones o trasladarlas de la mesa de trabajo a otra superficie…