Los cupcakes han irrumpido en nuestro país con mucha fuerza, es algo fácil, puesto que se trata de un pequeño pastel, en formato de las tradicionales magdalenas, y con coberturas cremosas, voluptuosas y recargadas, lo que no resulta tan fácil es comer un cupcake sin ensuciarse dado el volumen que adquieren.
Lo primero con lo que tropieza un frosting o cobertura de un cupcake si nos lo llevamos a la boca tal y como se presenta, es con la nariz, lo que no resulta nada agradable ni para el comensal ni para el que está enfrente. Hay unas cuantas pegas más que se pueden resaltar, por eso actualmente tan famosos son estos pastelitos, como los manuales que explican cómo comer un cupcake.
Además de lo incómodo que resulta comer un cupcake si no conoces el método para no ensuciarte, para los más golosos es un dilema decidir qué y cómo dejas el mejor bocado para el final, seguramente muchos compartimos lo que apena encontrarse en las manos con la base del cupcake, o sea, bizcocho ‘a palo seco’, que puede estar muy bueno, pero no como último bocado después de haberlo combinado con la cremosidad de un frosting de chocolate, de fresas, de queso, de licor…
Como en todo, lo ideal está en el equilibrio, a continuación podéis ver un vídeo un tanto cómico, pero que desvela cómo podemos disfrutar comiendo un cupcake y disfrutando de todos sus ingredientes en cada bocado.
En primer lugar hay que retirar la cápsula o papel de la magdalena, y con cuidado, se corta la mitad inferior de la misma, quedando recta. Ahora es cuestión de estropear la decoración del cupcake, pero merece la pena, nuestros ojos ya han admirado la creatividad, y ahora le toca disfrutar al paladar, así que la porción de magdalena se coloca sobre la cobertura, así ésta queda como un relleno.
Entonces es como comer un bocadillo, una galleta rellena… cómodo, limpio y con los sabores y las texturas en equilibrio para el paladar, una degustación para un cupcake inmejorable, ¿no os parece?
Foto | Foodbeast
3 comentarios
Muy divertido! jajajaa
Pruébalo, ya verás 😉
Dicen que el hambre puede con todo, éste además de hambriento es curioso.
Un saludo
apalaza