Alemania arrastra problemas con los huevos, de hecho, se podría hablar de la crisis del huevo en el país. Al parecer, más de un cuarto de millón de huevos se han retirado del mercado alemán por contener un nivel excesivo de dioxinas, una sustancia química muy tóxica asociada a diferentes problemas de salud, puede interferir en el sistema inmunitario, causar problemas en el sistema reproductivo y provocar cáncer según algunos investigadores. El origen del foco se ha establecido en una granja avícola situada en el distrito de Emsland (Baja Sajonia), la granja se ha cerrado y las gallinas están en cuarentena, sin embargo, en el mes de abril y mayo se descubrieron otras seis granjas que tenían el mismo problema aunque la noticia no trascendió del mismo modo.
Los huevos se han distribuido en siete Estados alemanes y según comunican, no se ha exportado ninguna partida de huevos alemanes a otros países, aunque eso está por ver, no es la primera vez que se asegura que un problema de seguridad alimentaria no ha trascendido a otros países y posteriormente se ha determinado lo contrario.
Por el momento se desconoce la causa de la contaminación por dioxinas y los expertos están analizando los posibles focos, aunque se apunta a la alimentación de las gallinas como principal causa de la contaminación por dioxinas. En este sentido existe un precedente, el año pasado hubo un problema similar, se contaminaron huevos, carne de ave y carne de cerdo a través de la alimentación animal que estaba adulterada con grasas industriales.
Esto provocó que se cerraran temporalmente cientos de granjas y se sacrificó a miles de animales, los huevos con dioxinas de entonces sí se exportaron a otros países, la UE determinó que se habían introducido hasta 14 toneladas de huevos sólo en el Reino Unido, se lanzó una alerta sobre los productos preparados que contenían huevo y que se comercializaban en el Reino Unido. Evidentemente, los primeros comunicados que se lanzaron a la población pretendían transmitir calma, garantizando que no existía riesgo alguno para la salud.
Tras detectar la contaminación por dioxinas el año pasado, Alemania estableció nuevas normas y controles para evitar que este tipo de problemas volvieran a producirse, parece evidente que los controles han servido de poco, la crisis del huevo alemán sigue muy activa, dado que se han distribuido 268.000 huevos, quizá más. Alemania asegura que las dioxinas sólo son peligrosas si se consumen durante largos periodos de tiempo y por el momento, el Gobierno indica que no existen riesgos inmediatos para la salud. Por otro lado, los estudios realizados hasta la fecha sobre las dioxinas no son concluyentes, en algunos casos no se ha encontrado que incrementen la probabilidad de sufrir cáncer, en otros estudios sí se intenta mostrar esta relación, pero muchas de estas investigaciones no se han ratificado. Ante la falta de datos, es lógico que se retiren los huevos como medida preventiva.
Los productos alemanes que se exportan a otros países y que en sus ingredientes contienen huevos, podrían estar contaminados con dioxinas, suponemos que se estarán realizando los análisis oportunos para determinar que no están presentes en los alimentos de origen alemán que se comercializan en España y en otros países.
Vía | World Poultry