Una de las preparaciones culinarias clásicas que quizá está un poco olvidada es el áspic, una preparación que se presenta como una gelatina que puede albergar en su interior distintos ingredientes, hortalizas, pescados, carnes, frutas… Recordemos que los primeros áspics se elaboraban ya en la Edad Media, principalmente con carne o pescado, os lo comentábamos en el post Áspic, donde también os explicábamos otros detalles.
Hoy nos centramos en los moldes para áspic, a lo largo de los años se ha ampliado el tipo de recipientes en los que se elabora esta elaboración que se sirve fría, es perfecta para los meses de calor. Según leemos en el Larousse Gastronomique, antiguamente se cuajaban en moldes con forma de espiral, se conocían como áspics, del latín aspis, éste designaba a una serpiente, y el mismo término se utilizaba para la serpiente aovillada o enroscada que portaban los escudos.
Al áspic se le da forma hoy en día con distintos tipos de moldes, desde tarrinas rectangulares, moldes de savarín (con orificio en el centro), moldes de charlota, darioles, ramequines o entre otros, los moldes ovalados que podéis ver en las fotografías, forman parte de los más clásicos, tanto los lisos como los que para embellecer la presentación del plato, cuentan con un grabado que puede tener forma de flor, estrella, serpiente, etc.
Este tipo de moldes para áspic son para hacer las gelatinas en raciones individuales, lo que mejora la presentación del plato a la hora de desmoldarlo. Además se puede decir que ofrece más garantías de estabilidad de la preparación por el pequeño formato, pues ya sabéis que un áspic no debe resultar una gelatina dura o gomosa, debe ser temblorosa, como la de un buen flan o una buena panna cotta.
El tamaño de estos moldes ovalados para áspic es de 7’5×5’5×3’8 cm., son los que podéis encontrar aquí por un precio que no llega a los 5 euros. Hay además otros modelos muy similares, cada fabricante de este tipo de utensilios de cocina ofrece sus calidades, los hay con una superficie antiadherente más duradera o de más o menos calidad.
Igual que es tiempo de disfrutar de sopas frías como el gazpacho, es un buen momento para elaborar todo tipo de platos que se degusten frescos, como los áspics, siendo además preparaciones que ayudan a dar rienda suelta a la creatividad y que nutricionalmente pueden resultar muy interesantes, es posible que tengáis alguna propuesta para compartir, alguna receta de áspic que nos queráis recomendar.
Si la compartís, la tendremos en cuenta, y por supuesto, podremos elaborarla en los moldes para áspic que hemos podido ver, o en cualquier otro que sea de nuestro agrado.