AquaBounty Technologies, Inc, la empresa responsable del desarrollo del salmón transgénico, sigue teniendo esperanzas de que sea aprobado y finalmente comercializado su producto en Estados Unidos. La empresa ha tenido pérdidas considerables durante los últimos años y por ello ha llevado a cabo varios planes de recorte que le permitan, al menos, mantenerse hasta el 2013, esto indica que de no encontrar nuevos inversores y de no recibir la aprobación oportuna, se podría dar carpetazo a lo que habría sido el primer alimento animal transgénico aprobado para la libre venta.
En el mes de septiembre del año pasado podíamos saber que el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) concedía 494.162 dólares a la empresa, para que iniciara un proyecto de investigación de tecnologías que permitieran una completa esterilidad del salmón, recordemos que uno de los riesgos que se barajaban era la posibilidad de que este salmón modificado genéticamente alcanzase el mar abierto y con ello podría poner en peligro las variedades silvestres. Los expertos nos explicaban que al ser salmones de mayor tamaño, condición muy importante en la vida salvaje, lograrían reproducirse con más facilidad. Los alevines resultantes no heredarían las cualidades de fuerza, resistencia y capacidad para buscar comida que tienen los salmones salvajes, y por tanto se reducirían significativamente las posibilidades de supervivencia.
El caso es que la subvención ofrecida por el USDA sorprendía, dado que el Congreso de los Estados Unidos había prohibido que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) utilizara fondos para la tramitación y aprobación del salmón transgénico. No hace mucho se rechazó una enmienda presentada en el Senado, solicitando más estudios sobre el impacto medioambiental y económico que tendría el salmón, dichos estudios debía llevarlos a cabo la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) y sería un requisito para que la FDA pudiera aprobar el nuevo alimento.
El rechazo muestra que el Senado estadounidense respalda a la FDA, al menos así lo cree la empresa AquaBounty, además cree que el Congreso de Estados Unidos no debería interferir en la aprobación del salmón modificado genéticamente. La cámara alta del cuerpo legislativo camina en un sentido opuesto a la cámara baja, y se podría decir que la situación ha cambiado, el salmón transgénico podría finalmente comercializarse.
Según leemos en el artículo de Fis, ahora se espera la evaluación ambiental de la FDA, después de este paso, la empresa de salmones transgénicos espera la aprobación definitiva en el plazo de unos meses. Parece ser que son demasiados intereses los que hay de por medio, AquaBounty Technologies ha mantenido esta cruzada durante años y le ha supuesto cuantiosas pérdidas, pero ha seguido adelante, ahora habla con mucha confianza, se podría decir que está segura de poder alcanzar sus objetivos.
Son muchos los que se oponen al salmón desarrollado por la empresa, consumidores, asociaciones… no están convencidos de la seguridad del producto, no sólo en el medio ambiente, tampoco para los consumidores. Se indica que se debe evaluar al salmón con mayor rigor que cualquier nuevo aditivo alimentario, la razón es que este salmón puede contener altos niveles de IGF-1, la hormona que interviene en el desarrollo del animal, este elemento se asocia a la incidencia del cáncer de colon o el cáncer de mama en los seres humanos, de ello hablábamos en el post sobre las nuevas tecnologías alimentarias.
Tanto el tema medio ambiental, como la posibilidad de que puedan afectar a la salud humana, deben ser cuestiones consideradas de forma meticulosa, en cambio la FDA parece decantarse por el principio de equivalencia sustancial, es decir, un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es significativamente equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional. En principio parecería inevitable que el salmón modificado genéticamente se comercialice, aunque queda la posibilidad de que cambie de nuevo la situación como ha ocurrido en anteriores ocasiones.
Por cierto, aunque lograra llegar al mercado, quizá tendrá que identificarse como tal, y serán los consumidores quienes decidas si consumir o no este alimento modificado genéticamente, recordemos que hay en marcha un proyecto para crear una legislación transparente e informativa sobre los alimentos transgénicos, seguiremos hablando del tema.