Desde que la situación económica empezó a dar sus peores cifras, no hemos dejado de leer noticias como que el consumo de fast food aumenta con la crisis económica, la comida preparada ante la crisis económica, la obesidad es un problema muy ligado a la educación y al nivel socioeconómico… noticias que generalmente llegaban de Estados Unidos pero que en mayor o menor medida se dan en otros países, como en España, a pesar de que desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) nos llegaba una noticia contraria, que la crisis económica puede mejorar la dieta. Podemos hacer balance de estas noticias y de nuestra experiencia como consumidores antes de conocer la iniciativa del Gobierno británico para reducir las tasas de obesidad del país, la campaña nacional de nutrición de Reino Unido.
Andrew Lansley, Ministro de Sanidad británico, ha dado a conocer la inversión que el Departamento de Salud y empresas privadas como Nestlé, Unilever, Mars o Kellogg’s entre otras, han destinado para que la población se sienta motivada a que en su cesta de la compra entren alimentos más saludables y que mejoren los hábitos del estilo de vida a través de la práctica de ejercicio habitual, dejando a un lado el sedentarismo. La campaña nacional de nutrición de Reino Unido pretende que la población cambie sus hábitos de alimentación y de vida a través de vales descuento o cupones que les permitan adquirir alimentos saludables más baratos, así como ciertos complementos para mantenerse en forma.
Esta campaña forma parte del programa Change4Life (Great Swapathon), cualquier familia puede obtener vales descuento en una página web, con algunos periódicos o supermercados como Asda o Surstart… hasta 250 millones de libras (que recibirán hasta cinco millones de familia con bonos descuento de 50 libras) se invertirán en esta campaña de la que, como es de esperar, se considera que se trata de una campaña de marketing, de limpieza de imagen, de incitación al consumo de ciertas marcas, etc. Según hemos podido saber, se promocionan productos como las judías verdes congeladas, el arroz integral, la cerveza sin alcohol en el campo de la alimentación, y vestuario deportivo o juegos como Wii Fit Plus como motivación para la práctica de ejercicio.
Las empresas privadas arriba mencionadas son algunas de las que también se hablaba en las noticias citadas al inicio: “Las grandes compañías alimentarias de Estados Unidos, como Kraft Foods, Kellogg Co., Hershey o General Mills entre otras, impulsan la comida preparada ante la crisis económica y no dudan en realizar grandes inversiones publicitarias para convencer a los consumidores de que es preferible disfrutar de una pizza preparada en casa que comer una pizza en un restaurante. Lo mismo ocurre con aquellos productos concebidos para el desayuno, Kellogg Co promueve sus cereales como una alternativa más rica y económica en lugar de disfrutar de un desayuno ofrecido en cualquier bar o restaurante de comida rápida.”
Mientras que Andrew Lansley defiende la campaña como un ‘ejemplo de cómo el Gobierno, la industria, los medios de comunicación y los minoristas pueden trabajar juntos para ayudar a la sociedad a estar más sano’, el profesor de política alimentaria de la London’s City University, Tim Lang, sostiene que no es una estrategia de salud pública, sino de protección de marca corporativa. Del mismo modo, se acusa al Gobierno de dejar en manos de multinacionales la salud pública, desde el Foro Nacional de Obesidad, formado por médicos para crear conciencia sobre el aumento y los riesgos asociados al sobrepeso y la obesidad, se considera que es una campaña poco eficaz, en cuanto se terminen los bonos descuento, la sociedad volverá a sus costumbres, a comprar lo que su bolsillo y sus hábitos le marquen.
¿Cómo lo veis vosotros?, ¿será efectiva la campaña nutricional del Reino Unido?, ¿lo sería si se realizara en nuestro país?, ¿es una estrategia para que las marcas se promocionen?