El próximo otoño la FDA (Food and Drug Administration), la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos, podría dar luz verde al consumo de salmón transgénico, una posibilidad que está considerando seriamente y que llega tras una década de continuas peticiones por parte de la empresa responsable del proyecto. Por el momento la FDA cuenta con la mayoría de los informes y la documentación relacionada con el desarrollo de estos peces transgénicos.
Los salmones transgénicos contienen un gen que evita que el salmón deje de crecer con la llegada del invierno y el cambio de temperaturas de las aguas, anulando así el gen original de crecimiento. En este caso, el gen que contiene el salmón transgénico pertenece a otra especie que habita en aguas más frías y que posibilita al salmón seguir creciendo, el resultado es un salmón que como mínimo crece hasta dos veces más rápido que un salmón tradicional, alimentándose los dos de forma similar. Recordemos que uno de estos salmones podía ser hasta cuatro veces más grande que un salmón tradicional, algo tentador para aprobar el consumo de salmón transgénico.
A diferencia de otros organismos genéticamente modificados, como puede ser el maíz Mon 810, la soja transgénica, etc., el salmón transgénico no ha utilizado material genético proveniente de un virus y una bacteria, pero sí de una especie similar, argumento con el que se puede abanderar la comercialización y consumo de este tipo de pescado. La FDA analizará si el salmón transgénico puede afectar de alguna manera al medio ambiente o a la salud humana, también se determinará si existe la misma equivalencia nutricional. Volvemos a lanzar una pregunta habitual al aire, ¿es lógico afirmar que un alimento transgénico cuya equivalencia en peso, imagen y contenido nutricional es similar a la de un alimento tradicional, es totalmente seguro?, ¿se puede decir que son alimentos idénticos y que un solo gen no implica cambios de ningún tipo que puedan afectar a la alimentación humana?
En lo que respecta al medio ambiente, recordemos el documental Alimentos transgénicos, dos posturas V, en él se hablaba de los peligros que encerraría el salmón si lograra alcanzar el mar abierto. El salmón transgénico lograría reproducirse con mayor facilidad, ya que el tamaño es uno de los aspectos condicionantes en la vida salvaje, mayor tamaño se traduce en mayor resistencia y fortaleza, mayor capacidad para encontrar comida y escapar de los depredadores (algo que no sería real).
Estas condiciones no se reproducirían en las siguientes generaciones de salmones y los alevines resultantes apenas podrían sobrevivir según nos informaba el investigador William Muir. Respaldando la afirmación del investigador, sería interesante leer el post riesgos asociados al pescado transgénico, un estudio de la Universidad de Gothemburg muestra los riesgos y las medidas que se deberían adoptar en lo que respecta a cría de peces transgénicos.
Parece que la aprobación del consumo humano de salmón transgénico está más cerca que nunca, y de obtener los correspondientes permisos, sería el primer animal modificado genéticamente para consumo humano. Hay algunas cuestiones que no van a resultar del agrado de muchos consumidores, al parecer también se debate si es necesario etiquetar el salmón indicando que es transgénico, posiblemente no se realice tal acción y más sabiendo que los alimentos agrícolas transgénicos no están etiquetados como tal. Por otro lado, el Gobierno estadounidense declara que no hay porque etiquetar a los alimentos transgénicos y menos si no existen diferencias nutricionales, es decir, que son equivalentes a su homónimo tradicional. Obviamente, no estamos en absoluto de acuerdo.
La aprobación del salmón modificado genéticamente sentará precedente y allanará el camino para que otras empresas tengan más posibilidades de comercializar los animales transgénicos con los que actualmente se está trabajando, un ejemplo que podemos leer en El Nuevo Herald son los cerdos ambientales, un tipo de cerdo creado en Canadá cuyo nivel de fósforo en las heces fecales es menor que el que produce un cerdo tradicional. Volviendo a los salmones transgénicos, según la empresa AquaBounty Technologies, no encierra riesgo alguno ni siquiera para el medio ambiente, afirma lo contrario a lo que indica el investigador William Muir, la procreación no se vería alterada.
La empresa AquaBounty se abandera tal y como lo hacen los alimentos transgénicos agrícolas, asegura que con el nuevo salmón se contribuiría a reducir el hambre en el mundo utilizando los mismos recursos que con los salmones tradicionales. Ahora es la FDA la que debe determinar si se le da luz verde al salmón transgénico, en todo caso, de ser así aún tardaría un par de años en llegar al mercado.
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